3 misioneros de 3 continentes reciben el Premio Corazón Amigo 2020: con Cristo, al fin del mundo
En Italia, el Premio Corazón Amigo es una especie de "Nobel" para misioneros, que se entrega desde hace 30 años, No hay nada parecido en España. Sirve para poner el foco cada año en el trabajo de algunos misioneros ejemplares.
Estos han sido los 3 misioneros premiados este año:
- Padre Rinaldo Do, veterano todoterreno en el Congo
Misionero de la Consolata, ordenado sacerdote en 1984, vivió en España sus primeros 6 años sacerdotales y en 1991 desembarcó en el entonces Zaire (República Democrática del Congo), donde lleva ya 30 años.
Pasó de los inmensos suburbios urbanos y pobrísimos de Kinshasa, la capital, a la sabana de Doruma y los bosques de Neisu, en el norte. Resistió a la malaria, al ébola y a las guerrillas de los rebeldes del norte. Ha predicado a Cristo y su Evangelio, ha repartido Biblias, y también bicicletas, ha perforado pozos, ha hecho construir casas, escuelas, puestos de salud, centros de nutrición...
Dice que de niño era travieso y que por eso cuando comentó a su párroco que quería ser misionero. éste le dijo: "no, Rinaldo, no". Por suerte, se equivocó.
- la Hermana Caterina Gasparotto
Nació en 1966 y se volcó al servicio de los pobres y los niños en las Escuelas de Caridad de los Padres Cavanis, una entidad pequeña nacida en Italia en el siglo XIX. Llegó a Filipinas en 2005, en las periferias de la ciudad de Davao. En 2013 llegó a Papúa Nueva Guinea, en zonas rurales muy aisladas que viven según su estilo tradicional.
Allí combate muchos problemas sociales: analfabetismo, alta mortalidad infantil, sida, abuso de alcohol y drogas. Caterina comenzó una misión en la estación de Bereina con una escuela primaria, una escuela para adultos, una imprenta para imprimir libros escolares, una panadería, un pozo y una huerta para que las mujeres cultiven que proporciona alimentos a los niños.
- doctor Gabriele Lonardi
Gabriele Lonardi, laico, médico originario de Verona, se licenció en Padua y se especializó en enfermedades tropicales en Lisboa (Portugal). En 1980 llegó a Brasil para colaborar con una ONG de Padua. Estuvo en distintas regiones, desde hace años está en Lábrea, en la Amazonía, recorriendo largas distancias para llegar a los enfermos, especialmente de la etnia suruwahá.
Un viaje por el río le puede llevar de 15 a 20 días. Combate la malaria, la tuberculosis, la anemia, la filariosis (parasitaria), la lepra y las verminosas que atacan principalmente a los niños. Las peores enfermedades tropicales son transmitidas por insectos y agravadas por el clima, las condiciones de higiene y la falta de medicamentos y hospitales.
Dice que “simplemente seguí el mensaje de la Encíclica Populorum Progressio de San Pablo VI, que invitaba a la Iglesia a escuchar el grito de los pobres y a ponerse a su disposición, exhortando a los laicos a un compromiso personal. Los indígenas son seres humanos y también tienen derecho a la salud. Aquí me siento realmente útil, para los demás y para mí mismo".
Un premio para apoyar los proyectos de estos misioneros... y otro más
El Premio Corazón Amigo repartirá 150.000 euros entre los ganadores. Se otorga cada año en Octubre, mes de las misiones. Este año los ganadores lo destinarán a cañerías y sistemas de alcantarillado en Kinshasa (República Democrática del Congo), la ayuda a los pobres de la diócesis de Bereina (Papúa Nueva Guinea) y la atención sanitaria a la población del río Javari (Brasil).
También se realizó la segunda edición del Premio Carlo Marchini, que concede 10.000 euros a un misionero. La Asociación Carlo Marchini destaca su compromiso con los niños del Brasil.
El premio se entregó a la Hermana salesiana Celuta da Cunha Teles que, de 1998 a 2017, realizó una importante labor de evangelización y promoción social en los centros de acogida creados por la Asociación Carlo Marchini en Nova Contagem (Minas Gerais) y en Aparecida de Goiânia (Goiás).