Entrevista al nuevo estratega vaticano para China
¿Obispos o mandarines? El dilema de la Iglesia en China
Frustrada in extremis una ordenación episcopal ilegítima. Gracias a la resistencia de los fieles y a la fuerte protesta de Roma.
La Asociación patriótica de los católicos chinos, el organismo con el que las autoridades de Pekín promueven la "autonomía" de la Iglesia china respecto al Papa, agita desde hace algún tiempo la amenaza de crear una decena de nuevos obispos suyos, ordenados sin la aprobación de Roma.
El 20 de noviembre del 2010 la amenaza se cumplió con la ordenación ilegítima en Chengde de un nuevo obispo, José Guo Jincai.
Para ayer, 9 de junio, estaba prevista otra ordenación ilícita, en la diócesis de Hankow.
Pero esta ordenación ha sido aplazada in extremis, sin explicar por qué.
Pero todo hace pensar que tuvieron peso las resistencias de los fieles y del mismo candidato al nombramiento, el sacerdote Shen Guoan.
Y quizás ha pesado todavía más la energía con la que desde Roma, el 3 de junio, elevó su voz el nuevo secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el chino Savio Hon Taifai (en la foto), en una entrevista publicada en Asia News.
La franqueza con la que el arzobispo Hon expresó sus críticas a la política eclesiástica de Pekín y a esa parte de la Iglesia china que adhiere a ella confirma que en Roma prevalece una línea de confrontación, en vez de una de arreglo.
La entrevista a Hon
A continuación presentamos los pasajes más significativos de la entrevista a Hon, a quien desde ahora habrá que considerar como el principal estratega de la política vaticana respecto a China.
– Sobre la amenazada ordenación episcopal ilegítima en Hankow
- Por lo que sé, los fieles de Hankow han reaccionado, y con el Código de Derecho Canónico en la mano han pedido al gobierno y a la Asociación patriótica no hacer este gesto y evitar esta ordenación.
Parece que también el candidato, el padre Shen Guoan, no quería ceder. De hermano a hermano, quiero decirle: tengo confianza en ti, porque obraste en forma justa. Y no hay otra forma justa que no sea la de rehusarse.
– Sobre las consecuencias de las ordenaciones ilegítimas
- Practicar durante mucho tiempo el método de la elección y de la ordenación autónoma de obispos, sin el mandato del Papa, antes o después destruye a la Iglesia y antes o después ni siquiera los fieles seguirán a esos obispos separados de la Santa Sede.
– Sobre por qué algunos obispos y sacerdotes se someten
- Porque si no lo hacen son castigados. Pierden las subvenciones del Estado para la diócesis; encuentran obstáculos en su trabajo pastoral cotidiano; son penalizados en su carrera (por ejemplo, no son promovidos en el asamblea consultiva del gobierno); no reciben permisos para viajar al exterior o para recorrer el interior de China; son obligados a sufrir cursos de reeducación. Un castigo pesado es también el aislamiento forzado de los otros obispos, de los sacerdotes, de los fieles.
Un ejemplo: Li Lianghui, obispo de Cangzhou, que en el pasado mes de diciembre se negó a participar en la Asamblea de los representantes católicos, ahora está recibiendo sesiones de reeducación. Pero precisamente este ejemplo muestra que es posible negarse a estar sometido.
– También sobre quienes se someten, y quienes por el contrario resisten
- Son oportunistas que aceptan el compromiso y lo revisten de altas motivaciones: dicen hacerlo por el bien de la Iglesia, por la urgencia de la evangelización, para tener ayuda del Estado... Pero estos beneficios son falsos: cuando la Iglesia es separada de la piedra, de Pedro, automáticamente la Iglesia se torna débil. Cuando un obispo se somete, de hecho cumple un acto público que crea escándalo y es un anti-testimonio para los fieles, y debilita la historia heroica de tantos obispos que han resistido.
Naturalmente, las autoridades chinas saben elegir a sus candidatos entre los que son más frágiles y están más dispuestos al compromiso. Pero sabemos que hoy varios de estos candidatos al episcopado resisten y no quieren ser ordenados sin todas las garantías canónicas y el mandato del Papa. Hay candidatos que se han puesto firmes y no han aceptado ser ordenados por obispos excomulgados, o hasta que no llegara el mandato papal. Frente a su firme resistencia, el gobierno no ha podido hacer nada.
– Sobre una vía de salida para los más débiles
- En la situación actual en China, vale la pena aconsejar a esos obispos y sacerdotes que se sienten débiles o incapaces de resistir a las presiones que pidan ser exonerados del servicio pastoral y tengan el coraje de suspender el ministerio.
– Sobre los sacramentos administrados por obispos ilegítimos
- La carta del Papa a los católicos chinos, del año 2007, ha consentido hasta ahora, por el bien de los fieles y en circunstancias excepcionales, recibir los sacrament6s también de obispos ilegítimos. Pero si esta situación se tornase permanente, temo que se deberá revisar esta indicación y explicar a los fieles, chinos y también extranjeros, que no es posible recibir los sacramentos por parte de ellos. Si efectivamente se continuase sin hacer diferencia alguna, los fieles no entenderían más quien es fiel al Papa y quien no, y se correría el riesgo de confundir la fe de los sencillos.
– Sobre qué procedimientos habría que llevar a cabo respecto a los obispos ilegítimos
- Luego de la ordenación ilegítima de Chengde la Santa Sede ha emitido un comunicado de condena. Pero no ha dicho algo: que ser obispo y el ministerio pastoral son dos cosas distintas. Uno llega a ser obispo gracias a la ordenación sacramental, pero se convierte en pastor de una parte del pueblo de Dios gracias al mandato del Papa. Lo que significa que un obispo ilegítimo ha arrebatado efectivamente la ordenación y es entonces obispo, pero no tiene ningún derecho de gobernar a los fieles porque no tiene el mandato papal. En el caso de Chengde, la ordenación es válida aunque ilícita, pero el nuevo ordenado no tiene ningún poder de guía sobre su grey. Lo que significa que los fieles de Chengde no tienen el deber de obedecerle y él mismo no tiene el poder de ordenar sacerdotes
Pienso que para salir de esta situación de ambigüedad es importante pedir a los obispos que han llegado a realizar gestos contrarios al mandato del Papa – ordenaciones, asambleas, etc. – que hagan gestos públicos de penitencia.
– Sobre el apoyo dado por teólogos de América y de Europa a la "autonomía" de la Iglesia china
- Lamentablemente hay una teología en América y en Europa que está penetrando también en la Iglesia china. Esta teología reivindica precisamente la autonomía en la elección de los obispos y la independencia frente a la Santa Sede. Así hay personas en América y en Europa que incitan a los obispos chinos a comportarse de este modo. “Si ustedes lo hacen – dicen – nosotros después los seguiremos”.
Hasta hace poco tiempo estos problemas de independencia y autonomía estaban solamente a nivel de las relaciones con el gobierno. Ahora están también a nivel teológico.
– Sobre cómo liberar a los obispos que están en prisión
- En todos los encuentros con representantes del gobierno chino nosotros insistimos continuamente en la liberación de estos hermanos nuestros. Pero el gobierno no nos concede ese derecho. Estos obispos son ancianos, están enfermos, su liberación debería ser también un acto humanitario. Pero lamentablemente no recibimos respuesta. Quizás sería necesario hacer apelaciones públicas, en vez de pedirlo de tú a tú, en forma privada.
El 20 de noviembre del 2010 la amenaza se cumplió con la ordenación ilegítima en Chengde de un nuevo obispo, José Guo Jincai.
Para ayer, 9 de junio, estaba prevista otra ordenación ilícita, en la diócesis de Hankow.
Pero esta ordenación ha sido aplazada in extremis, sin explicar por qué.
Pero todo hace pensar que tuvieron peso las resistencias de los fieles y del mismo candidato al nombramiento, el sacerdote Shen Guoan.
Y quizás ha pesado todavía más la energía con la que desde Roma, el 3 de junio, elevó su voz el nuevo secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el chino Savio Hon Taifai (en la foto), en una entrevista publicada en Asia News.
La franqueza con la que el arzobispo Hon expresó sus críticas a la política eclesiástica de Pekín y a esa parte de la Iglesia china que adhiere a ella confirma que en Roma prevalece una línea de confrontación, en vez de una de arreglo.
La entrevista a Hon
A continuación presentamos los pasajes más significativos de la entrevista a Hon, a quien desde ahora habrá que considerar como el principal estratega de la política vaticana respecto a China.
– Sobre la amenazada ordenación episcopal ilegítima en Hankow
- Por lo que sé, los fieles de Hankow han reaccionado, y con el Código de Derecho Canónico en la mano han pedido al gobierno y a la Asociación patriótica no hacer este gesto y evitar esta ordenación.
Parece que también el candidato, el padre Shen Guoan, no quería ceder. De hermano a hermano, quiero decirle: tengo confianza en ti, porque obraste en forma justa. Y no hay otra forma justa que no sea la de rehusarse.
– Sobre las consecuencias de las ordenaciones ilegítimas
- Practicar durante mucho tiempo el método de la elección y de la ordenación autónoma de obispos, sin el mandato del Papa, antes o después destruye a la Iglesia y antes o después ni siquiera los fieles seguirán a esos obispos separados de la Santa Sede.
– Sobre por qué algunos obispos y sacerdotes se someten
- Porque si no lo hacen son castigados. Pierden las subvenciones del Estado para la diócesis; encuentran obstáculos en su trabajo pastoral cotidiano; son penalizados en su carrera (por ejemplo, no son promovidos en el asamblea consultiva del gobierno); no reciben permisos para viajar al exterior o para recorrer el interior de China; son obligados a sufrir cursos de reeducación. Un castigo pesado es también el aislamiento forzado de los otros obispos, de los sacerdotes, de los fieles.
Un ejemplo: Li Lianghui, obispo de Cangzhou, que en el pasado mes de diciembre se negó a participar en la Asamblea de los representantes católicos, ahora está recibiendo sesiones de reeducación. Pero precisamente este ejemplo muestra que es posible negarse a estar sometido.
– También sobre quienes se someten, y quienes por el contrario resisten
- Son oportunistas que aceptan el compromiso y lo revisten de altas motivaciones: dicen hacerlo por el bien de la Iglesia, por la urgencia de la evangelización, para tener ayuda del Estado... Pero estos beneficios son falsos: cuando la Iglesia es separada de la piedra, de Pedro, automáticamente la Iglesia se torna débil. Cuando un obispo se somete, de hecho cumple un acto público que crea escándalo y es un anti-testimonio para los fieles, y debilita la historia heroica de tantos obispos que han resistido.
Naturalmente, las autoridades chinas saben elegir a sus candidatos entre los que son más frágiles y están más dispuestos al compromiso. Pero sabemos que hoy varios de estos candidatos al episcopado resisten y no quieren ser ordenados sin todas las garantías canónicas y el mandato del Papa. Hay candidatos que se han puesto firmes y no han aceptado ser ordenados por obispos excomulgados, o hasta que no llegara el mandato papal. Frente a su firme resistencia, el gobierno no ha podido hacer nada.
– Sobre una vía de salida para los más débiles
- En la situación actual en China, vale la pena aconsejar a esos obispos y sacerdotes que se sienten débiles o incapaces de resistir a las presiones que pidan ser exonerados del servicio pastoral y tengan el coraje de suspender el ministerio.
– Sobre los sacramentos administrados por obispos ilegítimos
- La carta del Papa a los católicos chinos, del año 2007, ha consentido hasta ahora, por el bien de los fieles y en circunstancias excepcionales, recibir los sacrament6s también de obispos ilegítimos. Pero si esta situación se tornase permanente, temo que se deberá revisar esta indicación y explicar a los fieles, chinos y también extranjeros, que no es posible recibir los sacramentos por parte de ellos. Si efectivamente se continuase sin hacer diferencia alguna, los fieles no entenderían más quien es fiel al Papa y quien no, y se correría el riesgo de confundir la fe de los sencillos.
– Sobre qué procedimientos habría que llevar a cabo respecto a los obispos ilegítimos
- Luego de la ordenación ilegítima de Chengde la Santa Sede ha emitido un comunicado de condena. Pero no ha dicho algo: que ser obispo y el ministerio pastoral son dos cosas distintas. Uno llega a ser obispo gracias a la ordenación sacramental, pero se convierte en pastor de una parte del pueblo de Dios gracias al mandato del Papa. Lo que significa que un obispo ilegítimo ha arrebatado efectivamente la ordenación y es entonces obispo, pero no tiene ningún derecho de gobernar a los fieles porque no tiene el mandato papal. En el caso de Chengde, la ordenación es válida aunque ilícita, pero el nuevo ordenado no tiene ningún poder de guía sobre su grey. Lo que significa que los fieles de Chengde no tienen el deber de obedecerle y él mismo no tiene el poder de ordenar sacerdotes
Pienso que para salir de esta situación de ambigüedad es importante pedir a los obispos que han llegado a realizar gestos contrarios al mandato del Papa – ordenaciones, asambleas, etc. – que hagan gestos públicos de penitencia.
– Sobre el apoyo dado por teólogos de América y de Europa a la "autonomía" de la Iglesia china
- Lamentablemente hay una teología en América y en Europa que está penetrando también en la Iglesia china. Esta teología reivindica precisamente la autonomía en la elección de los obispos y la independencia frente a la Santa Sede. Así hay personas en América y en Europa que incitan a los obispos chinos a comportarse de este modo. “Si ustedes lo hacen – dicen – nosotros después los seguiremos”.
Hasta hace poco tiempo estos problemas de independencia y autonomía estaban solamente a nivel de las relaciones con el gobierno. Ahora están también a nivel teológico.
– Sobre cómo liberar a los obispos que están en prisión
- En todos los encuentros con representantes del gobierno chino nosotros insistimos continuamente en la liberación de estos hermanos nuestros. Pero el gobierno no nos concede ese derecho. Estos obispos son ancianos, están enfermos, su liberación debería ser también un acto humanitario. Pero lamentablemente no recibimos respuesta. Quizás sería necesario hacer apelaciones públicas, en vez de pedirlo de tú a tú, en forma privada.
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