China retiene por enésima vez en 13 años al obispo Agustín Cui Tai, siempre sin acusación ni juicio
Agustín Cui Tai, de 70 años, obispo de Xuanghua (Hebei, China) ha sido detenido por enésima vez.
O mejor dicho, secuestrado por la policía del país comunista y trasladado a un lugar desconocido, sin acusaciones ni juicio.
Desde 2007 el obispo Cui Tai -reconocido por la Santa Sede pero no por las autoridades chinas- ha pasado la mayor parte del tiempo en confinamiento policial, sin juicio ni acusaciones. De vez en cuando se le libera unos días o semanas con motivo de algunas fiestas tradicionales chinas.
El último periodo de libertad ha sido el más largo: de mayo a junio de 2020, coincidiendo con la pandemia del coronvirus, pudo estar con sus parientes. Pero los fieles de su diócesis cuentan que el 19 de junio la policía se lo llevó de nuevo a paradero desconocido.
No le permiten celebrar ni pastorear a sus fieles
“Es una vergüenza que una persona tan dulce como monseñor Agustín sea tratada de esta forma, además esto va contra la ley china”, protestan los fieles de su diócesis desde la agencia misionera AsiaNews. Lo cierto es que la prisión “se ha convertido en una suerte de rutina, pero al obispo no le permiten celebrar y tampoco ocuparse de su grey. En realidad, este pastor es un cordero que está siendo sacrificado”.
Los formatos del arresto desde 2007 han sido variados. A veces lo retienen en centros de detención secretos. Otras veces en hoteles o se lo llevan a hacer “viajes” acompañado de funcionarios del régimen.
Lo suelen liberar unos días para el Año Nuevo Chino o la la Fiesta de la Luna de mediados de otoño. Una vez, el gobierno le concedió el permiso para regresar a su casa y hacer una breve visita a su hermana anciana.
El resto del tiempo siempre está bajo la guardia y el control del gobierno.
Agustín Cui Tai es sacerdote desde 1990. En el 2013 fue designado por Roma obispo coadjutor de Xuanghua, cuyo obispo ordinario, el anciano Tomás Zhao Kexun ya cumplió 96 años.
La diócesis de Xuanghua fue fundada por la Santa Sede en 1946, pero en 1980 el gobierno chino creó una diócesis oficialista (controlada por el régimen) llamada Zhangjiakou, uniendo Xuanghua y Xiwanzi. Roma no reconoce esta diócesis de Zhangjiakou.