Don Demetrio: «El Papa nos dijo que un divorciado vuelto a casar no puede acceder a los sacramentos»
Don Demetrio: «El Papa nos dijo que un divorciado vuelto a casar no puede acceder a los sacramentos»
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha concedido una entrevista a Juan M. Niza para el diario Córdoba donde aborda las principales cuestiones de actualidad en su diócesis y en el resto de España y de la Iglesia.
Por ejemplo, ante el asedio de la Junta de Andalucía a algunos centros de enseñanza, apunta: "A veces uno escucha que solo tendría que existir la enseñanza pública, y la postura nuestra es una postura inclusiva. Se trata de incluir todo tipo de enseñanza según los padres elijan. La postura que postula una única enseñanza pública es muy dictatorial y excluyente".
Sobre la titularidad de la catedral de Córdoba, no se muestra "cansado" de defender lo obvio: "Yo creo que es un asunto legalmente muy claro, pero mediática y políticamente da mucho de sí. Aquí nos atenemos todos a la ley y todas las opiniones son muy respetables, sobre todo por cauces democráticos, como se ha hecho con la propuesta del Parlamento andaluz. Que siga adelante. La ley dirá lo que ya dice la ley".
En cuanto a la crisis económica, explica que "en la ciudad hay tres bolsas de pobreza que son tremendas. Primero, porque son muy numerosas, y segundo, porque el umbral en el que está mucha gente es mínimo. Me impacta y lo digo. Y la Iglesia siempre ha sido amiga de los pobres... Una ciudad que mayoritariamente es católica no puede ser insensible ante estas necesidades. No digo que se pueda arreglar, pero al menos no se debe ser insensible".
"Cada Papa ha aportado lo mejor de sí mismo", responde cuando le preguntan por Francisco: "Cada uno tiene su propio perfil. El Papa Francisco tiene ese perfil de hombre directo, cercano, con gestos muy expresivos que le hace estar muy cerca de la gente... Como el gesto de acercarse a los inmigrantes en la isla de Lampedusa. Es un grito. El Papa no lo va a resolver, ni nosotros tampoco, pero insiste en que no entremos en la indiferencia globalizada".
El obispo de Córdoba hace una descripción cruda de la realidad social de la vida familiar que abordará el próximo sínodo: "Tenemos en España dos millones de parejas rotas al día de hoy. Eso es muy fuerte . Muchísimas de ellas están sufriendo la ruptura y el desamor. Tenemos una natalidad en un descenso que no garantiza ni la renovación generacional. Todo eso es una alarma social tremenda".
"La Iglesia nos está diciendo continuamente que acojamos, que las personas no se sientan excluidas y siempre podemos ensanchar esas medidas de acogida", añade: "Ahora bien, al Papa mismo se lo preguntamos y él nos respondió que una persona casada por la Iglesia, que se haya divorciado y se haya vuelto a casar por lo civil, no puede acceder a los sacramentos. Dijo el Papa que ´esto lo estableció Jesucristo y el Papa no lo puede cambiar´. Digo esto porque a veces dice la gente que ´va a cambiar todo´ y hay cosas que no pueden cambiar. La Iglesia se debe a su Señor y su Señor sigue vivo"
Don Demetrio no rehuyó tampoco la cuestión del nacionalismo, interrogado por los 180.000 cordobeses que viven en Cataluña: "La Iglesia en este punto ha proclamado un principio y es que la unidad de España es un valor moral antes incluso que un valor político o social. Somos herederos de una herencia común de siglos y siglos. Por tanto, la postura de los obispos españoles en su conjunto, en su inmensa o casi totalidad, es salvaguardar la unidad de España como un bien moral. Después, ya los políticos dirán cómo debe hacerse eso. Es a ellos a quienes les corresponde, no a nosotros".
Pincha aquí para leer la entrevista en su integridad.
Por ejemplo, ante el asedio de la Junta de Andalucía a algunos centros de enseñanza, apunta: "A veces uno escucha que solo tendría que existir la enseñanza pública, y la postura nuestra es una postura inclusiva. Se trata de incluir todo tipo de enseñanza según los padres elijan. La postura que postula una única enseñanza pública es muy dictatorial y excluyente".
Sobre la titularidad de la catedral de Córdoba, no se muestra "cansado" de defender lo obvio: "Yo creo que es un asunto legalmente muy claro, pero mediática y políticamente da mucho de sí. Aquí nos atenemos todos a la ley y todas las opiniones son muy respetables, sobre todo por cauces democráticos, como se ha hecho con la propuesta del Parlamento andaluz. Que siga adelante. La ley dirá lo que ya dice la ley".
En cuanto a la crisis económica, explica que "en la ciudad hay tres bolsas de pobreza que son tremendas. Primero, porque son muy numerosas, y segundo, porque el umbral en el que está mucha gente es mínimo. Me impacta y lo digo. Y la Iglesia siempre ha sido amiga de los pobres... Una ciudad que mayoritariamente es católica no puede ser insensible ante estas necesidades. No digo que se pueda arreglar, pero al menos no se debe ser insensible".
"Cada Papa ha aportado lo mejor de sí mismo", responde cuando le preguntan por Francisco: "Cada uno tiene su propio perfil. El Papa Francisco tiene ese perfil de hombre directo, cercano, con gestos muy expresivos que le hace estar muy cerca de la gente... Como el gesto de acercarse a los inmigrantes en la isla de Lampedusa. Es un grito. El Papa no lo va a resolver, ni nosotros tampoco, pero insiste en que no entremos en la indiferencia globalizada".
El obispo de Córdoba hace una descripción cruda de la realidad social de la vida familiar que abordará el próximo sínodo: "Tenemos en España dos millones de parejas rotas al día de hoy. Eso es muy fuerte . Muchísimas de ellas están sufriendo la ruptura y el desamor. Tenemos una natalidad en un descenso que no garantiza ni la renovación generacional. Todo eso es una alarma social tremenda".
"La Iglesia nos está diciendo continuamente que acojamos, que las personas no se sientan excluidas y siempre podemos ensanchar esas medidas de acogida", añade: "Ahora bien, al Papa mismo se lo preguntamos y él nos respondió que una persona casada por la Iglesia, que se haya divorciado y se haya vuelto a casar por lo civil, no puede acceder a los sacramentos. Dijo el Papa que ´esto lo estableció Jesucristo y el Papa no lo puede cambiar´. Digo esto porque a veces dice la gente que ´va a cambiar todo´ y hay cosas que no pueden cambiar. La Iglesia se debe a su Señor y su Señor sigue vivo"
Don Demetrio no rehuyó tampoco la cuestión del nacionalismo, interrogado por los 180.000 cordobeses que viven en Cataluña: "La Iglesia en este punto ha proclamado un principio y es que la unidad de España es un valor moral antes incluso que un valor político o social. Somos herederos de una herencia común de siglos y siglos. Por tanto, la postura de los obispos españoles en su conjunto, en su inmensa o casi totalidad, es salvaguardar la unidad de España como un bien moral. Después, ya los políticos dirán cómo debe hacerse eso. Es a ellos a quienes les corresponde, no a nosotros".
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