Luis María Anson denuncia a un sector social «cutre y vulgar», Cobo y García Beltrán piden respeto
El veterano periodista Luis María Anson no tiene "la menor esperanza" de que los autores de la "afrenta anticristiana" de las campanadas de Año Nuevo en Televisión Española "reconozcan su error y dejen en paz a los que no piensan como ellos".
No por ello ha dejado de abordar lo sucedido, enmarcándolo en el contexto del odio antirreligioso que llevó al fusilamiento y posterior voladura del monumento al Sagrado Corazón del Cerro de los Ángeles al inicio de la guerra civil española.
La "explosión popular de fe religiosa" que habían supuesto su construcción y la consagración de España al Sagrado Corazón en 1919 "irritó a la extrema izquierda comunista", que se cobró su venganza en 1936. Y "ahora un sector especialmente cutre y vulgar de nuestra sociedad ha pretendido dar la razón a los fusileros de la estatua y en los minutos de máxima audiencia anual de la televisión, se complacieron en interpretar una burla procaz y tabernaria del Sagrado Corazón de Jesús", describe este martes en La Razón.
El fusilamiento del monumento al Sagrado Corazón de Jesús, el 28 de julio de 1936, precedió a su voladura y es una muestra gráfica del odio inspirador de la persecución religiosa que vivió la zona en poder del Frente Popular durante la guerra civil.
"En la democracia española el odio antirreligioso permanece y se manifiesta de cien formas distintas", entre ellas una falta de respeto que no se da en otros países, señala el fundador y primer director del diario madrileño, y aunque considera que tal vez "la respuesta más inteligente a la ofensa que desde la televisión pública se ha hecho al sentimiento religioso de la mayoría del pueblo español sea ignorar el despropósito" y "perdonar a los que no saben lo que hacen", ha preferido hacer esas consideraciones porque "es la verdad la que nos hace libres".
Respeto
En una línea similar de exigencia de respeto se manifestaron dos obispos madrileños con motivo de la Epifanía del Señor.
En la homilía del día de Reyes, Ginés García Beltrán, obispo de Getafe (diócesis donde se ubica el monumento del Cerro de los Ángeles, reinaugurado en 1965) hizo "un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad al respeto que merecen las creencias religiosas de todos, y mucho más en una sociedad democrática", porque "la convivencia pacífica y el respeto mutuo son pilares esenciales de nuestra comunidad".
"No todo vale, no todo está permitido, por eso es fácil entender el dolor, y hasta la indignación, de muchas personas que se sienten ofendidas ante la ridiculización soez de lo que para la mayoría es sagrado", continuó: "La imagen del Sagrado Corazón de Jesús, devoción tan arraigada en esta diócesis, es símbolo del amor y la misericordia divina, que nos recuerda que debemos tratar a los demás con el mismo respeto y dignidad que deseamos para nosotros".
Las palabras del obispo de Getafe sobre la ofensa al Sagrado Corazón, al que está dedicado en su diócesis un impresionante monumento.
Del mismo modo, en la homilía del domingo víspera de la Epifanía, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, afirmó que "las imágenes que forman parte de la vida religiosa de un pueblo... deben caer fuera del terreno de la burla si de verdad queremos construir una sociedad respetuosa, tolerante, asentada en valores y, por qué no, con sentido del humor".
El purpurado lamentó "la polarización y la ridiculización de símbolos religiosos en espacios públicos" y atribuyó a "ignorancia o falta de sensibilidad" el no comprender que "las identidades, las creencias, las imágenes de la fe y, por supuesto, los rasgos físicos de las personas... deben de estar por encima de la ideología o de la trivialización".
La libertad de expresión, añadió "es legítima y necesaria", pero "no debe usarse para herir la convivencia pacífica ni minimizar los valores y creencias de una parte significativa de la sociedad".