Fallece el misionero gallego Bernárdez Gándara al caer un árbol encima de su tienda en Zambia
"Era un hombre muy generoso, alegre, muy entregado a la misión. Su vida era África. Era su mundo y allí se sentía feliz". El sacerdote Xosé Manuel Pereira Vidal recuerda así al misionero José Manuel Bernárdez Gándara, quien fue su amigo desde la infancia y con el que compartió vocación así como pasos en el seminario.
Hace unos días le llegaba la noticia de su fallecimiento a los 50 años de edad. "Fue un accidente, en Zambia, donde vivía desde 2000. Se encontraba dentro de la tienda durmiendo y le cayó un árbol. El Instituto Español de Misiones Extranjeras comunicó la noticia a un hermano que tiene en Vigo (provincia de Pontevedra, España) y él, a su vez, al Obispado desde donde me llamaron. ´Murió Gándara´, me dijeron. Al parecer, un fuerte viento levantado en la zona provocó el desplome del árbol", señala Pereira.
Lo dejó todo en Galicia
Pereira Vidal se mantiene entero con voz de tristeza pero en su cabeza se agolpan recuerdos, frases, momentos, todos alrededor de un hombre que lo dejó todo en Galicia con el fin de mejorar la vida de varias comunidades en Zambia. Desde allí, desde el lugar de Kamakechi, en Kasempa, Gándara había escrito en noviembre una misiva que se publicó en el blog Misiones Tui-Vigo, y enviaba las primeras fotos de la casa en la que vivía en Kamakechi.
"Es una zona nueva en la que tuvimos que trabajar un montón. En la práctica, es un empezar de cero; así son las cosas aquí. Estamos bien rodeados de todo tipo de bichos, en esta época del año es cuando más hay. Ahí construiremos la iglesia, el salón parroquial y, con el paso del tiempo, la casa rectoral. (...) La gente está encantada de tener entre ellos a un blanco; nunca vieron tal cosa y muchos no acaban de creérselo", escribió. Hacia el final de la misiva, detallaba su rudimentaria vivienda y explicaba que allí no había ni asfalto, ni internet.
Con huérfanos, leprosos, parturientas...
Su morada era humilde pero al describirla denotaba un cariño inmenso. El mismo que profesaba por África y su gente. En una entrevista concedida a FARO en abril pasado, describía cómo en la misión de Kasempa se implicaba en proyectos de agricultura, trabajaba con huérfanos y atendía a leprosos, además de conducir a parturientas al hospital... Llegando a cortar el cordón umbilical a varios bebés. En aquella conversación, confesaba que "siempre me gustó África por todo lo que la diferencia y porque suponía un desafío en todos los aspectos".
"Él -recordaba Pereira Vidal- siempre quiso ser misionero, desde cuando éramos estudiantes. Estuvo en la parroquia del Sagrado Corazón de Vigo pero después se marchó a estudiar inglés a Reino Unido para estar bien preparado para ir a África. Fue el Instituto Español de Misiones Extranjeras el que lo destinó, atendiendo a las necesidades, a Zambia. Desde allí, seguíamos en contacto".
Bodas de plata como curas
La última vez que Bernárdez Gándara pisó suelo gallego fue la pasada primavera. Entre enero y mayo pasados, viajó a Vigo (él había nacido en Alxán, Salvaterra do Miño) para recaudar fondos para la misión. Su sueño era empezar otra nueva en un lugar de la misma región de Zambia. Un día especial de su último viaje fue el 13 de mayo cuando Gándara y Pereira celebraron sus bodas de plata como curas en la Catedral de Tui.
"Era una persona muy entusiasta. Veía las dificultades pero no les tenía miedo. Era tan desprendido, tan generoso", recuerda su amigo Pereira Vidal. La Fundación Lusekelo-Alegría de Vigo (www.lusekelo.es) era la encargada de recaudar fondos para enviar a la misión de Gándara.
Los funerales por el misionero se celebraron el sábado 18 a las 12:30 horas en San Paio de Alxén (Salvaterra de Miño) y el lunes 20 a las 20 horas en la parroquia del Sagrado Corazón de Vigo.
Hace unos días le llegaba la noticia de su fallecimiento a los 50 años de edad. "Fue un accidente, en Zambia, donde vivía desde 2000. Se encontraba dentro de la tienda durmiendo y le cayó un árbol. El Instituto Español de Misiones Extranjeras comunicó la noticia a un hermano que tiene en Vigo (provincia de Pontevedra, España) y él, a su vez, al Obispado desde donde me llamaron. ´Murió Gándara´, me dijeron. Al parecer, un fuerte viento levantado en la zona provocó el desplome del árbol", señala Pereira.
Lo dejó todo en Galicia
Pereira Vidal se mantiene entero con voz de tristeza pero en su cabeza se agolpan recuerdos, frases, momentos, todos alrededor de un hombre que lo dejó todo en Galicia con el fin de mejorar la vida de varias comunidades en Zambia. Desde allí, desde el lugar de Kamakechi, en Kasempa, Gándara había escrito en noviembre una misiva que se publicó en el blog Misiones Tui-Vigo, y enviaba las primeras fotos de la casa en la que vivía en Kamakechi.
"Es una zona nueva en la que tuvimos que trabajar un montón. En la práctica, es un empezar de cero; así son las cosas aquí. Estamos bien rodeados de todo tipo de bichos, en esta época del año es cuando más hay. Ahí construiremos la iglesia, el salón parroquial y, con el paso del tiempo, la casa rectoral. (...) La gente está encantada de tener entre ellos a un blanco; nunca vieron tal cosa y muchos no acaban de creérselo", escribió. Hacia el final de la misiva, detallaba su rudimentaria vivienda y explicaba que allí no había ni asfalto, ni internet.
Con huérfanos, leprosos, parturientas...
Su morada era humilde pero al describirla denotaba un cariño inmenso. El mismo que profesaba por África y su gente. En una entrevista concedida a FARO en abril pasado, describía cómo en la misión de Kasempa se implicaba en proyectos de agricultura, trabajaba con huérfanos y atendía a leprosos, además de conducir a parturientas al hospital... Llegando a cortar el cordón umbilical a varios bebés. En aquella conversación, confesaba que "siempre me gustó África por todo lo que la diferencia y porque suponía un desafío en todos los aspectos".
"Él -recordaba Pereira Vidal- siempre quiso ser misionero, desde cuando éramos estudiantes. Estuvo en la parroquia del Sagrado Corazón de Vigo pero después se marchó a estudiar inglés a Reino Unido para estar bien preparado para ir a África. Fue el Instituto Español de Misiones Extranjeras el que lo destinó, atendiendo a las necesidades, a Zambia. Desde allí, seguíamos en contacto".
Bodas de plata como curas
La última vez que Bernárdez Gándara pisó suelo gallego fue la pasada primavera. Entre enero y mayo pasados, viajó a Vigo (él había nacido en Alxán, Salvaterra do Miño) para recaudar fondos para la misión. Su sueño era empezar otra nueva en un lugar de la misma región de Zambia. Un día especial de su último viaje fue el 13 de mayo cuando Gándara y Pereira celebraron sus bodas de plata como curas en la Catedral de Tui.
"Era una persona muy entusiasta. Veía las dificultades pero no les tenía miedo. Era tan desprendido, tan generoso", recuerda su amigo Pereira Vidal. La Fundación Lusekelo-Alegría de Vigo (www.lusekelo.es) era la encargada de recaudar fondos para enviar a la misión de Gándara.
Los funerales por el misionero se celebraron el sábado 18 a las 12:30 horas en San Paio de Alxén (Salvaterra de Miño) y el lunes 20 a las 20 horas en la parroquia del Sagrado Corazón de Vigo.
Comentarios