Gil Tamayo pide a «el PSOE y otros partidos» que «dejen de usar a la Iglesia para distraer»
El recién elegido portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el sacerdote y periodista José María Gil Tamayo, ha pedido que "el PSOE y otros partidos del espectro político expresen sus ideas y cumplan sus programas pero dejen de usar a la Iglesia como bandera para distraer de asuntos que son graves e importantes". Así lo afirmó en declaraciones a Radio Nacional de España, recogidas por Europa Press.
Gil Tamayo ha insistido en que la Iglesia "no debe ser considerada como un contrincante político" por los partidos "dado que no juega en la contienda" y ha exhortado a que no se presente a la Iglesia en clave de política partidista.
"Los contagios políticos de los medios de comunicación hacen que a menudo se vea todo en clave política, pero existen otras dimensiones en la vida del ser humano", ha afirmado.
¿Modificar acuerdos? Experimentos, con gaseosa
Ha pedido que "los experimentos se hagan con gaseosa y no con las cosas que van bien" en referencia a la intención del Partido Socialista de modificar los acuerdos del Estado con la Santa Sede.
"España lleva una trayectoria democrática lo suficientemente amplia y los acuerdos que fueron firmados después de la Constitución y ratificados por el Congreso están dando resultados", ha asegurado.
En el ámbito de la enseñanza religiosa en las escuelas, el nuevo portavoz de los obispos ha pedido que, incluso antes que se cumpla el Concordato, "se posibilite el ejercicio de un derecho constitucional como es el de que los padres puedan elegir la educación de sus hijos conforme a sus convicciones". "Hay cosas que están antes que lo pactado", ha recordado.
Denunciar el aborto es defender al hombre
Gil Tamayo ha señalado también en la rueda de prensa tras la Asamblea Plenaria de los obispos españoles que la cuestión del aborto "no está en la agenda de la Iglesia sino en la de la defensa de los Derechos Humanos" y ha indicado que la implicación de la Iglesia en el debate sobre el aborto se enmarca en "su implicación en la defensa del hombre".
Ha argumentado que "un hijo no es un derecho que pueda ser manipulado en función del deseo de sus progenitores" y que, en la misma línea, "el aborto no es una derecho sino un problema y algo grave para la mujer que lo sufre".
Lo que pide la Iglesia, señaló, "no es que se persiga a nadie sino que se establezca un marco legal que proteja el derecho a la vida de la persona humana, y por tanto también la del no nacido".
Al mismo tiempo se ha mostrado «partidario de desclerizar las cosas», y de que las manifestaciones públicas y acciones cívicas en defensa de la vida sean convocadas por los católicos y la sociedad civil, no por el clero.
Contra las cuchillas en la valla de Melilla
En relación a la instalación de las cuchillas en la valla que separa Melilla de terrritorio marroquí, algo condenado ya públicamente por Cáritas Española y personalidades católicas, Gil Tamayo ha asegurado que «esa no es la manera» de regular la inmigración y ha subrayado que «el inmigrante no es un peligro».
«Yo soy hijo de inmigrante en Alemania, tengo una especial sensibilidad en esas cuestiones. Yo creo que esa no es la manera, y no se puede atentar a la vida y, sobre todo, a la de personas desvalidas que buscan mejores condiciones de vida como un derecho humano también que es el de la libre movilidad. Sí habrá que regular pero regular desde el respeto básico y esencial a la vida», ha subrayado.
Ha recordado la doctrina social de la Iglesia, que considera que el inmigrante «es alguien con una riqueza que aporta a la construcción social de un país» y, por ello, ha pedido a las autoridades: «No podemos estar en las claves de la cultura del descarte», ha dicho citando este concepto muy usado por el Papa Francisco.
En COPE, un perfil personal
Gil Tamayo concedió además el jueves una entrevista a la cadena COPE, la radio participada por la Conferencia Episcopal. En ella se le preguntó por sus aspectos biográficos y personales, para acercar la figura del nuevo portavoz de los obispos al oyente católico.
Explicó que, por edad, es "un cura de la transición española" y uno de los primeros curas que hizo el servicio militar obligatorio, la ´mili´, en virtud de los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, "sin privilegios".
Se crió, dijo, en una zona pobre pero "de ricos valores" como es Extremadura. Detalló que es hijo de un emigrante en Alemania y que ha conocido "el dolor, el sufrimiento" y lo ha vivido desde "unas profundas raíces cristianas".
También se ha definido como "un cura periodista" desde que el arzobispo Antonio Montero, su mentor, le llamó para que estudiara periodismo. Desde entonces, admite que son "sus dos pasiones" y añade que se acuesta como un periodista, es decir, tarde, y se levanta pronto como un sacerdote.
A partir de ahora, según afirmó, intentará "hacer atractiva la verdad, el Evangelio, la virtud" y aunque haya "gente empeñada en que la opción por Dios, por la verdad es una opción dura" ha defendido que es "la condición de la verdadera belleza definitiva".
A su juicio, "hay que redescubrir también con una autoestima más creciente por parte de los católicos, el inmenso bien que hace la Iglesia, con tantas y tantas Teresas de Calcuta, y tantas madres, familias, abuelas, tantos hombres y mujeres que expresan la cercanía al que sufre en esta España".
En esta tarea de secretario general, según ha manifestado, también contará con la ayuda de "la buena gente" que trabaja en la CEE, esa gente que está "en el silencio" pero que para él es "lo más valioso".
Gil Tamayo también mencionó que el Papa Francisco viene de América Latina, un continente que, a su parecer, desprende un "dinamismo y unas ganas de vivir que hacen falta en la sociedad occidental envejecida". Y eso es lo que cree que trae el Pontífice: "frescura".
"Hemos pasado de un Papa con unas cualidades inmensas que la historia agigantará a también un gigante que no solo es como nosotros sino que es uno de nosotros, esto llega a España, creo que la gente lo está percibiendo. A Benedicto XVI la gente le mira con una gran simpatía que se ha acrecentado después de su renuncia por ese gesto y en el Papa Francisco cada gesto es más expresivo que una encíclica o un largo discurso", ha declarado.