Francisco Vázquez se desmarca de la ofensiva del PSOE contra los Acuerdos con la Santa Sede
En la conferencia de clausura del XV Congreso Católicos y Vida Pública, que durante este fin de semana ha tenido lugar en Madrid organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Francisco Vázquez se desmarcó con claridad de la resolución del PSOE en su conferencia política del fin de semana pasado, donde se planteó como objetivo, si vuelven al Gobierno, la supresión de los Acuerdos de 1979 del Estado español con la Santa Sede.
El antiguo alcalde de La Coruña y embajador de España cerca de la Santa Sede durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero considera que considera que abrir la polémica sobre los vigentes Acuerdos con la Santa Sede "está fuera de lugar". No hay fundamento para denunciarlos, afirmó, porque "en la España de hoy la Iglesia no disfruta de ninguna situación de privilegio".
En efecto, dichos Acuerdos no se distinguen de "todos los concordatos, tratados y acuerdos que la Iglesia tiene suscritos con una parte de los 180 estados con los que mantiene relaciones". "No es comprensible", por tanto, buscar ese pretexto para convertir a la Iglesia "en un enemigo a batir", y recordó que fue la misma Conferencia Episcopal Española la que en aquel entonces, antes incluso de aprobarse la constitución actual, "tomó la iniciativa de solicitar la derogación del anterior concordato, renunciando a cualquier privilegio que diera carácter de oficialidad gubernativa a sus actividades".
En otro orden de cosas, y en referencia a las obligaciones morales de los políticos, señaló que "se hace preciso que en las cuestiones fundamentales prevalezca la necesaria irrenunciabilidad a los dictados morales de nuestra conciencia", en particular en cuanto a "la naturaleza trascendental de la vida" y la "defensa" de la misma "desde la concepción hasta la muerte".
El antiguo alcalde de La Coruña y embajador de España cerca de la Santa Sede durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero considera que considera que abrir la polémica sobre los vigentes Acuerdos con la Santa Sede "está fuera de lugar". No hay fundamento para denunciarlos, afirmó, porque "en la España de hoy la Iglesia no disfruta de ninguna situación de privilegio".
En efecto, dichos Acuerdos no se distinguen de "todos los concordatos, tratados y acuerdos que la Iglesia tiene suscritos con una parte de los 180 estados con los que mantiene relaciones". "No es comprensible", por tanto, buscar ese pretexto para convertir a la Iglesia "en un enemigo a batir", y recordó que fue la misma Conferencia Episcopal Española la que en aquel entonces, antes incluso de aprobarse la constitución actual, "tomó la iniciativa de solicitar la derogación del anterior concordato, renunciando a cualquier privilegio que diera carácter de oficialidad gubernativa a sus actividades".
En otro orden de cosas, y en referencia a las obligaciones morales de los políticos, señaló que "se hace preciso que en las cuestiones fundamentales prevalezca la necesaria irrenunciabilidad a los dictados morales de nuestra conciencia", en particular en cuanto a "la naturaleza trascendental de la vida" y la "defensa" de la misma "desde la concepción hasta la muerte".
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