Una más del diario socialista
La Conferencia Episcopal Española acusa al diario «El País» de falsear la imagen de la Iglesia
«En el editorial Púlpitos en las aulas se ofrece una visión deformada de la Iglesia católica que se basa en falsedades», afirma su portavoz.
Todo comenzó cuando el editorial del diario El País de ayer lunes 7 de marzo, titulado Púlpitos en las aulas, referido al acuerdo alcanzado en la Comunidad autónoma valenciana para que la Iglesia pueda ofrecer una clase alternativa de sexualidad, entre otras afirmaciones vertía una según la cual el cardenal Rouco Varela, en su discurso de apertura de la pasada asamblea plenaria, había olvidado “el papel decisivo –y la suprema dignidad- de esas redes [se refiere a las redes sociales de Internet] en algunas de las revueltas de los países árabes contra sus tiranos”.
Ante esa afirmación, el director de la Oficina de información de la Conferencia Episcopal Española, Isidro Catela Marcos, ha hecho llegar una carta al director del diario, publicada hoy día 8, en la que escribe: “En el editorial Púlpitos en las aulas, publicado el día 7 de marzo en EL PAÍS, se ofrece una visión deformada de la Iglesia católica que se basa en falsedades. Por el límite de espacio de esta carta me limito a señalarle una de ellas”. Y explica lo siguiente:
“En el mencionado discurso [el de apertura de la asamblea plenaria] el Arzobispo de Madrid dijo lo siguiente: ‘el ideal humano de la libertad reconquistada, -bien antiguo y bien nuevo en las particulares expresiones de la moderna cultura de la libertad- ha sido propuesto y elaborado por mil caminos en los dos últimos decenios Entre esos caminos adquiere un puesto relevante el del mundo de la cibernética, cuyo desarrollo y popularización ha llegado a crear una nueva situación de intercomunicación globalizada de la que los jóvenes son actores principales. Prueba de ello son, por ejemplo, los acontecimientos de las últimas semanas y de ahora mismo en el mundo árabe, propiciados en buena medida por la aludida nueva situación’”.
Finaliza la carta Isidro Catela con esta afirmación: “La discrepancia en las ideas, en este caso expresadas en forma de editorial, es legítima. Lo que no se sostiene es que esas ideas se basen en hechos que no son verdad”.