José Gabriel Vera es el responsable de Comunicación en la Conferencia Episcopal
Católicos en los medios: «No se puede improvisar, si uno no está preparado es mejor no salir»
José Gabriel Vera, director del Secretariado para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal, consiliario en la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España, ha publicado La senda de la reputación (PPC), donde expone las claves que podrían impulsar una comunicación eclesial más eficaz.
-En su experiencia de comunicación de la Iglesia en España, ¿cuáles son los momentos más satisfactorios?
-La experiencia de comunicación de la Iglesia es siempre positiva. El trabajo es inmenso porque hagas lo que hagas no se agota nunca. Siempre hay algo que aclarar, algo que contrastar, algo en lo que profundizar. Pero ese empeño siempre es valioso. Cuando ves que los medios reflejan las cosas como han pasado sientes que el trabajo está bien hecho y que el esfuerzo ha merecido la pena. A veces, detrás hay muchas explicaciones personales, muchas conversaciones, muchos cambios de impresiones y eso suele dar fruto.
-¿Cómo los laicos no profesionales de los medios pueden mejorar la Iglesia a través de la comunicación, por ejemplo, a través de entrevistas?
-La comunicación de la Iglesia es misión de todos, de los laicos, de los religiosos, de los obispos. Cada uno según su lugar y según su responsabilidad. En los medios de comunicación las apariciones no se pueden improvisar y si uno no está preparado es mejor no salir. Por eso vale la pena dejarse acompañar por el responsable de comunicación que permita anticipar las preguntas y señalar las líneas de respuesta. Por otro lado, a través de las redes sociales, con algo de formación se puede hacer un buen servicio a la comunicación de la Iglesia. Pero la comunicación no es simplemente una intuición, una habilidad o una herramienta, es también una ciencia, que tiene sus reglas y que exige también un cierto estudio y una cierta implicación personal. La buena voluntad no basta pues sólo con eso, a veces se cometen muchos errores.
-¿Qué podemos mejorar todos los católicos en nuestro estilo de comunicación y testimonio de la identidad, misión, cultura, imagen y reputación de la Iglesia?
-El mejor servicio a la comunicación de la Iglesia que podemos hacer todos los católicos es ser realmente católicos: vivir los mandamientos, amar al prójimo, tratar bien a la gente, preocuparnos del bien común, cuidar el entorno... La mejor comunicación de la Iglesia la hacen los santos, los que han encarnado en su vida el rostro de Jesús. Su testimonio es valioso para siempre y sigue dando frutos muchos años y siglos después de que hayan marchado al cielo. La coherencia de vida y el testimonio de esa vida es siempre buena noticia.
Pincha aquí para adquirir ahora "La senda de la reputación".
-¿Qué le parecen las iniciativas de plataformas o equipos de evangelización como Catholic Voices, Católicos y Vida Pública, Arguments e iMisión?
-Me parece muy alentador. Cuanta más gente se dé cuenta de que además de hacer bien las cosas hay que contarlas bien más mejorará la imagen de la Iglesia y su reputación. Conocemos cientos de actividades de personas en la Iglesia que son impresionantes pero que nadie las cuenta (a veces por humildad, a veces por falta de tiempo...). En la medida en que se cuenten más gente percibirá que la Iglesia es auténtica, es el Pueblo de Dios que actúa en este mundo haciendo posible el Reino.
-En su libro hay un apartado dedicado a la evangelización en internet como una misión incompleta. ¿Podría señalar propuestas de mejora en la misión digital?
-Evangelizar es continuar la misión de Jesús en el tiempo, es decir anunciar la salvación de Dios, celebrarla y compartirla con todos los hombres de todos los tiempos. Creo que el anuncio se está haciendo bien en el aspecto digital, que se puede encontrar ya mucha información y mucha formación en todos los aspectos eclesiales dentro de internet. Me parece que el punto de mejora, de buscar nuevos lugares en internet se refiere sobre todo a la vida de caridad. En esto hace falta una mirada joven y desenfadada a las tecnologías para sacar de ella nuevas herramientas: crear grupos de visitadores de enfermos a través de internet, crear plataformas para enseñar al que no sabe, aunque esté lejos, grupos de duelo, de acompañamiento en el dolor, etc. Se trata de implantar esa Iglesia hospital de campaña de la que habla el Papa, en el continente digital, para acompañar, cuidar, sanar y servir a todos los que tienen una vida digital.