Sábado, 23 de noviembre de 2024

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El auténtico valor de las profecias

El auténtico valor de las profecias

por Juan García Inza

Cuando hay desgracias, fenómenos naturales dolorosos, proyectos socio-políticos contrarios a la dignidad del ser humano, odios, crímenes, degradación de la sociedad, etc., muchos piensan que la humanidad así no puede seguir mucho tiempo. Y recurren a profecías y augurios dolorosos. ¿Hay realmente vaticinios sobre el presente y el futuro? Los hay en abundancia. Pero vamos a ofrecer los que nos merecen más garantía. Advirtiendo que nada hay de infalibilidad en ello, y que la verdadera profecía está en la Sagrada Escritura. Muy especialmente en el Apocalipsis.
 
LA PROFECÍA DE ANNA KATERINA EMMERICK (Beata de la Iglesia Católica)
Originaria de Dullmen, vivió de 1819 a 1822. Siendo una pobre campesina y desconociendo completamente cualquier doctrina católica escribió el libro Visiones y Revelaciones Completas” donde describe aspectos muy detallados sobre la vida de Cristo, destacando principalmente Su Pasión  sufrida (estos mismos sirvieron como guia principal de la reciente película La Pasión de Cristo de Mel Gibson). Así mismo entre las visiones que recibió se encuentran varias revelaciones sobre el Final de los Tiempos Mesiánicos. En realidad su profecía es muy extensa y completa.

Entre sus profecías menciona que llegará un momento en que la Iglesia será muy atacada y habrá muchos sacerdotes tibios. No obstante, la Iglesia será protegida por la Virgen y un Papa.

Este Papa se esconderá y la gente no sabrá dónde está. Surgirá una Iglesia falsa y perversa. Aparecerá el Anticristo y perseguirá a los Católicos, también desaparecerá la presencia Eucarística de la Iglesia. La tierra quedará desolada y en ruinas. Habrán luchas y batallas por doquier. Sin embargo, 12 nuevos apóstoles obrarán el bien. Finalmente la Virgen y los suyos vencerán Aparecerán un nuevo Papa (¿Pedro El Romano?)y la Nueva Jerusalén.

LA PROFECÍA DE SAN JUAN BOSCO (Santo de la Iglesia Católica)
Advirtió al Papa Pío IX (siglo XIX) de que llegará un día en que una luz brillante resplandecerá en el cielo, en pleno fragor de una batalla. En ese instante, el Papa y sus servidores abandonarán el Vaticano pasando por una plaza cubierta de muertos y heridos. Todo el paìs sufrirá una gran pérdida de población y la tierra se agitará como arrasada por un huracán y caerá un fuerte pedrisco. Durante doscientos amaneceres, el Papa y su séquito vagarán por tierras extranjeras.

PROFECÍA DE PIO X
Tuvo una visión similar a la de Don Bosco en 1909. Durante una audiencia, el Papa se desmayó y, al recobrar el conocimiento, dijo que llegará un día en el que el Papa abandonará Roma y será transportado, enfermo, por encima de los cadáveres de sus cardenales.

Sor Faustina Kowalska, la profeta que reveló a Juan Pablo II como el Papa previo al Fin de todos los tiempos.
Sor Faustina nació en Glogowice, cerca de Lodz (Polonia) en 1905. Recibió de sus padres, Estanislao y Mariana, una gran educación cristiana, lo que hizo que a los veinte años, Faustina decidiera ingresar en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios, o lo que es lo mismo, las Magdalenas. Éstas se dedicaban a la formación moral de los más necesitados, principalmente jovencitas.

Sor Faustina moriría muy joven a la edad de 33 años, en 1938. Unos años antes sería cuando comenzaría a recibir las grandes revelaciones. Precisamente el 22 de febrero de 1931, sor Faustina pudo ver, muy cerca de Cracovia, la figura de Jesús. Éste se le apareció en frente, y lo contaba diciendo:

“Vi a Jesucristo vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir, y con la otra mano se tocaba el vestido en el pecho. De su manto brotaban dos rayos de luz: el uno rojo y el otro blanco. Él me dijo: estos dos rayos de luz representan la sangre y el agua que brotaron de mi corazón al ser herido por la lanza del soldado en la cruz. El rayo rojo significa la sangre y el blanco el agua. Debes mandar pintar una imagen mía así como la estás viendo ahora, y que lleve esta inscripción: “JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ”

“Deseo que esta imagen sea venerada en todas partes, y prometo que a quienes veneren mi imagen y confíen en mí, les concederé gracias y favores mucho más grandes de los que me pidan. Y los asistiré en el momento de su muerte”.

Faustina fue religiosa que propagaría la devoción a la Divina Misericordia y expondría claramente sus visiones: fue capaz de anunciar ocho años antes la última guerra mundial y también le fue revelado el bombardeo a Varsovia, además de, por supuesto, saber con total exactitud, el día y el año de su muerte, debida a que sufría tuberculosis.

El 15 de abril de 1978 la Santa Sede permitió la práctica a ésta devoción, después de prohibirla durante 19 años. El artífice de esto fue el cardenal Vojtila, arzobispo de la diócesis de sor Faustina, en Cracovia. Juan Pablo II sería elevado a Sumo Pontificado el 16 de octubre de 1978.

Más tarde, sería beatificada por el Papa el 18 de abril de 1993.

Entre sus revelaciones, se encuentran otras como:

“Esta mirada que aparece en mi rostro es la misma que desde la cruz dirigí en favor de los pecadores. Dile a los pecadores que si acuden a mi Misericordia, entonces por más grandes que sean sus pecados, en vez de castigarles, les concederé mi perdón. Que recurran a mi Misericordia y me supliquen perdón, antes de que les llegue mi justicia”.

"Antes de venir como juez, abro de par en par las puertas de mi Misericordia. Solamente quienes no quieran acudir a mi Misericordia tendrán que recibir todo el peso de mi justicia. Precediendo el día de la justicia, HARÁ UNA SEÑAL EN EL CIELO a todos los hombres. Toda luz será apagada en el firmamento y en la Tierra. Entonces aparecerá venida del Cielo la señal de la Cruz, de cada una de mis llagas de las manos y de los pies saldrán luces que iluminarán la Tierra por un momento".

"Quiero a Polonia de una manera especial. Si es fiel y dócil a mi voluntad, la elevaré en poder y santidad, y DE ELLA SALTARÁ LA CHISPA QUE PREPARARÁ AL MUNDO A MI ÚLTIMA VENIDA".

Puede parecer que se refería al Papa Juan Pablo II. En ese caso, coincidiría con aquellas profecías de la Virgen en las apariciones de Umbe y Garabandal, cuando decía que Juan Pablo II era el último Papa previo al fin de los tiempos.

Pocas veces Jesús se revela de forma tan manifiesta, mostrándonos un aspecto tan profundo como el de su misericordia; estas revelaciones tan actuales y aplicables a los  tiempos que vivimos, nos pueden dar a entender que el final de los tiempos podría estar realmente cerca. Pero, ¿a que llamamos final de los tiempos? ¿Es lo mismo que final del mundo? No parece. Sí puede tratarse del final de una etapa importante de la historia de la humanidad. Aunque la oración y la ofrenda de sacrificios expiatorio, sobre todo el Santo Sacrifico de la Misa, puede cambiar los planes de Dios, como tantas veces ha ocurrido.
No se trata de atemorizarnos, sino de ser conscientes de que los camino torcidos del hombre no llevan a nada bueno, y eso ha ocurrido muchísimas veces en la historia. Decía hace muy poco el Cardenal Cañizares que hay que releer con frecuencia el Apocalipsis.
 
Son muy conocidas las advertencias y anuncios que hizo a los tres partorcitos la Virgen en Fátima.
Y están publicadas las advertencias constantes de la Virgen en Medjugorje.

¿Cuándo ocurrirán estas cosas?  Solo Dios lo sabe. Pero no estaría de más que pusiéramos los medios para mejorar la Iglesia y el mundo.
 
Juan García Inza
 
 
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