La izquierda Visa Oro
La izquierda Visa Oro
por Juan García Inza
No se muy bien lo que es la izquierda. Parece que se le llama a esa facción, u opción política, que pretende defender a los más desfavorecidos de la sociedad. Pretenden ser los adalides del progreso. Se consideran los árbitros de la verdad del hombre. Son, al menos los que se refugian bajo ese paraguas ideológico fuertemente enquistado en un pasado lamentable, como los fieles de una nueva religión. Dan culto al líder, profesan una fe ciega a los dogmas de su programa, desprecian a todo aquel que se mueve fuera de su órbita, tienen a gala ir contra Dios y contra la Iglesia Católica…
Me llamó la atención el calificativo de “Progresía Visa Oro” que le dedica Antonio Burgos en su artículo del domingo en ABC. Y no se queda ahí el andaluz. Los llama los pijos de la izquierda forreta, los del Sindicato de la Zeja, los profesionales del manifiesto y la pancarta, los que trincan tantas subvenciones que mucho presumir de izquierdas pero viven como marqueses, los que dicen pestes del franquismo, pero no del comunismo. Los que se olvidan que la guerra del 36 fue la respuesta lamentable a la provocación de los crímenes que empezaron años antes, y que diezmaron los efectivos de la sociedad y Iglesia Católica en España.
Esa misma izquierda progre está estos días aireando las vergüenzas de algunos eclesiásticos. Arremete en plan revanchista contra Benedicto XVI. Y a bombo y platillo en casi todos los medios de comunicación no se cansan de hablar de lo mismo. Me recuerda aquel pasaje evangélico de los que querían apedrear a la mujer adultera. “El que esté libre de pecado que le tire la primera piedra”, dijo Jesucristo. No restamos gravedad a los hechos ocurridos hace unos años, pero ¿no basta con pedir sinceramente perdón? ¿No es suficiente que Benedicto XVI exprese llorando su dolor de Padre en Malta? ¿Ninguno de los acusadores, ni de los que gritan como energúmenos palabras ofensivas, tiene nada de qué arrepentirse?
Como dice en su artículo A. Burgos, los que defienden a Garzón se olvidan de Paracuellos del Jarama. Todavía no ha pedido perdón el Sr. Carrillo por los asesinatos de miles de sacerdotes y civiles, por el gran delito que cometieron de ser católicos. ¿No deberíamos ya pasar página, y dejar a los abuelos del ayer descansar en paz, y mirar los problemas del presente y las soluciones para el futuro? Parece que el “meter presión” es su arma más preciada. Y gran parte del pueblo se lo cree todo. Yo prefiero rezar una oración por el pueblo, por sus dirigentes, por todos los pecadores, que somos todos, y mirar el futuro con esperanza. Si nos quedamos mirando el pasado, nos podemos convertir en estatuas de sal, como la mujer de Lot, pero de una sal desgraciada.
Juan García Inza
Comentarios