¿Generación NI. NI, o SIN, SIN?

18 febrero 2010 00:00

Se habla mucho últimamente de la llamada generación NI, NI. Ni estudia, ni trabaja. Es verdaderamente una desgracia. Pasar por la vida sin hacer nada es tremendo, ya que se vive solo una vez. Al final puede quedar el amargo resabio de haber perdido el tiempo viviendo, o malviviendo, a costa de los demás. Estos voluntarios de NI, NI, demuestran tener muy poca personalidad y una muy baja autoestima. No les lleva a buen fin esta actitud de pasotas. Una vez pude leer en un cementerio este epitafio: Aquí yace un hombre que hizo dos cosas: vivir y morir. La lástima es que no se especificara de qué vivió y de que murió. Tal vez de aburrimiento.

Otra cosa muy distinta es el caso de tantos, tantísimos en estos momentos, que por la mala coyuntura económica se ven obligados a no poder estudiar, y a no tener un puesto de trabajo. Es lo que se viene llamando la generación SIN, SIN. Esta situación muy lamentable la comentaba con acierto en un artículo Nicola L. con estas palabras: Pero al paso que va la burra, si el nombre, como pensaban los antiguos, ha de describir o al menos anunciar algo consustancial al sujeto que lo recibe, y la etiqueta contemporánea, debe detallar lo que hay… creo que la presente generación, será la “ Generación del SIN-SIN”, no porque se hallen en una jaula de oro modelo, comidos, bebidos, drogados, cuidados, recogidos, desocupados, con sexo vigilado y regular, sin necesidad de trabajar, sin las molestias de tener que votar, pero privados de libertad como si estuvieran en la cárcel, sino porque están sin responsabilidades –si nos descuidamos sin hacer los recados- sin empleo, sin casa propia, sin hijos, sin parejas estables, sin sexo satisfactorio, sin perspectivas de futuro, y pronto se van a quedar sin becas, sin subvenciones, sin seguridad social, sin pensiones, sin jubilación y sin esperanza. (Puede consultar:
http://www.loquesomos.org/joom/index.php?option=com_content&view=article&id=5247:la-generacion-del-sin-sin&catid=25:los-otros-y-yo&Itemid=60)

Los políticos no paran de enfrentarse y tirarse a la cara los problemas y los proyectos de solución SIN solución. Cada uno va a lo suyo. Parece que priva el imperativo ideológico. Y siguen cobrando su buen sueldo. Ellos no son SIN, SIN, sino más bien CON, CON. Mientras tanto más de cuatro millones de parados, SIN TRABAJO, SIN FUTURO INMEDIATO, SIN VERDADERA ALEGRIA DE VIVIR, se recomen de tristezas y preocupaciones porque se les van los años y tienen prisa por hacer algo positivo, por ganar el pan con el sudor de su frente.

La situación es muy lamentable. Pienso que debe haber una solución. Otras veces las ha habido. Pero hay que invertir audacia y valentía para hurgar en la herida y limpiar la miseria ética y moral que está pudriendo el cuerpo social.

Esto ya no es cuestión de signos políticos. Lo que hay que hacer es remangarse y buscar la solución técnica. ¿Habrá que echar mano tal vez de nuevos tecnócratas que saneen esta empresa que se llama España? Parece que no importa que nos vayamos al garete con tal que mi bandera siga ondeando. Se empeñan en aplicar recetas placebo, inocuas, que no enerve a los que viven de lo social, de la defensa de sus inamovibles utopías clasistas. Y al final terminarán por lamentar la defunción de los que ya no pueden vivir.

Generación SIN, SIN. Sin nada. Sin esperanza. Sin futuro. Sin solución. Al menos a la vista. Parece que los brotes verdes se han congelado. Cuando vaya a crecer el árbol ya va a dar mala sombra a más de cuatro de los SIN, SIN. Al menos que nos alegre un poco la cara la esperanza, que es lo último que se pierde.

Juan García Inza

juan.garciainza@gmail.com