Hablemos del Opus Dei
Hablemos del Opus Dei
por Juan García Inza
Un lector de mi Blog me solicita que hable del Opus Dei. Con mucho gusto intentaré informar de algo que conozco bastante bien. Soy sacerdote diocesano, asociado a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz que pretende ayudar a los sacerdotes en su vida espiritual y humana. Desde los años sesenta conozco la Obra, y siempre me gustó su espíritu. Por ello hablo de ella con gusto y gratitud.
No soy ni forofo, y menos aún fanático. Sigo un camino que Dios me hizo ver y noto la ayuda que recibo por la Gracia de Dios. Sé que muchos no comprenden el Opus Dei, y algunos puede que tengan reservas mentales sobre este camino. Debo decir que todo lo formado por humanos tiene las limitaciones propias de nuestras flaquezas personales. Y sin duda hay fallos. Y si esos fallos se deben a nuestra condición de pecadores nos impulsan a pedir perdón y buscar la absolución en el Sacramento de la Penitencia. En el Opus Dei, como en otras instituciones y realidades eclesiales, hay muchos santos, pero hasta ellos mismos son pecadores y pueden fallar en cualquier momento.
El Opus Dei es una partecita pequeña de la Iglesia que intenta difundir en el mundo la llamada universal a la santidad de todos los bautizados. Algo que hoy es doctrina común, pero que cuando nació la Obra en el año 1928 no se comprendía. La labor que ejerce en el mundo esta institución es como una gran catequesis, en la que intenta poner al alcance de los que se acercan a los medios de formación el tesoro común de la Verdad revelada y enseñada siempre por la Iglesia.
Después cada uno debe traducir esa doctrina en vida, para que la fe vaya acompañada de las obras. Es lo que todos conocemos por testimonio y apostolado. En el Opus Dei no se funciona con consignas, sino por propuestas tomadas del Evangelio, del Catecismo de la Iglesia Católica, del Magisterio ordinario de la Jerarquía, de las enseñanzas vividas y trasmitidas por San Josemaría y otros santos. La santidad es la garantía de que el camino es querido por Dios y, por tanto, es seguro.
¿A quién dirige el Opus Dei su mensaje y apostolado? A todos los cristianos que, desde una concepción secular de su fe cristiana, están en disposición de asumir la llamada universal a la santidad. Niños, jóvenes, casados, célibes, sacerdotes, seminaristas… Todos somos hijos de Dios, y Dios nos ama a todos. Están abiertos para todos los caminos divinos de la tierra.
De un modo especial esta catequesis cristiana tiene muy en cuenta el mundo de la cultura, del arte, de las ciencias, del trabajo honesto, de los medios de comunicación, de la familia, de la juventud, de la política, de la economía… Mundo difícil, pero del que nunca debe estar Dios ausente. Tarea de todos es intentar implantar el Reino de Dios en todas las actividades de los hombres.
Como dice San Pablo, la Iglesia es como un cuerpo con muchos miembros. Cada uno de ellos tiene una función concreta, y todos colaboran al bien del cuerpo entero. En la Iglesia hay carismas para todos los gustos. Muchos modos de seguir a Cristo con la Verdad. Lo importante es que nos respetemos, nos queramos y nos complementemos para, entre todos, hacer posible que la Iglesia cumpla con su misión.
Estoy escribiendo esto en la fiesta de la Conversión de San Pablo, día en que se clausura el Octavario por la Unión de los cristianos. Pienso que para invitar a los cristianos a la unión, hace falta que antes estemos unidos los católicos. Cada caminante siga su camino, pero en la misma dirección, buscando la misma meta que es Cristo. Y siempre reconociendo nuestros fallos y perdonando con caridad al hermano que se equivoca.
Muchas gracias por el tiempo que ha empleado en leer este post.
Para mayor información sugiero entre en la dirección de la página oficial del Opus Dei:
http://www.opusdei.es/
Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com
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Juan García Inza
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