¿Qué hay detrás de Agora?

                La publicidad está en todas partes. Se anuncia con todo lujo de detalles la nueva película de Amenábar. Dicen que es una de las producciones cinematográficas españolas mas costosa. Y así será por teniendo a juzgar por el reparto, los decorados, y todo el lujo de detalles desplegados a lo grande.
 

                Cuenta la historia de Hepatia, filósofa y matemática, en la que se personifica el saber de la antigua Alejandría. Corría el siglo V, y el imperio pagano se ve amenazado por el auge de los cristianos. Se involucra en la persecución que termina con la vida de Hepatia y otros muchos a San Cirilo. Había luchado contra los cultos paganos, en especial contra la diosa Isis, cuyo templo fue convertido en la iglesia cristiana.
 

                Se mezclan en esta historia cuestiones religiosos y políticas en momento de expansión del cristianismo en un ambiente culto, como lo era la antigua Alejandría, que se enorgullecía de contar con la mayor y mejor biblioteca del mundo. Un incendio, según la historia provocado, acabó con ella.

                Todo este asunto de hace quince siglos da pié a Amenábar para intentar demostrar una vez más que la religión, que conduce al fanatismo, es contraria a la cultura. Su ideología le lleva a enfrentar dos mundos que él considera irreconciliables: la fe y la razón. Ya expuso sus tesis en la controvertida película “Mar adentro”, en donde cuenta la historia de aquel parapléjico, Sampedro, que lucha por la eutanasia hasta que la consigue, y muere voluntariamente para no sufrir más.

                La película puede ser un gran espectáculo, y el proyecto que ha desarrollado muy ambicioso. Pero hay que dejar claro que religión no es equiparable a fanatismo. Los fanáticos no viven de acuerdo con la fe que dicen profesar. Al menos la religión católica que predica el amor, el perdón, el respeto por la persona, la no violencia, y el diálogo fe-cultura. Si alguna vez algunos católicos fueron, o son violentos, están fuera de camino. Y si atentaron contra Hepatia, y la ciencia acumulada en Alejandría, muy mal estuvo, pero la Religión Católica no es eso, nunca debió ser eso, y debemos los católicos intentar para que nunca lo sea. Por eso habla tanto Benedicto XVI del deber que tenemos de acercarnos y acoger la cultura con los brazos largos de la fe, la admiración  y el amor.