Elecciones en Adviento
Elecciones en Adviento
El clima político que nos invade todo el rato deja arrinconado para muchos el espíritu del Adviento. Parece que el acontecimiento religioso que estamos celebrando no tiene la mayor importancia. Es la hora de elegir a los que van a tomar posesión de la riendas de la Nación. Para los aspirantes es como una noche de Reyes anticipada. El ansia de poder les vuelve locos, y lleva a los líderes de un lado para otro, recorriendo todos los rincones del mapa. Es el juego del yo más, y tu menos. Lo mío es lo mejor, los demás no saben nada. Y el pueblo inocente mira en todas direcciones para descubrir quien saca de la chistera el conejo más vistoso. Y hay quien se queda embobado con el juego de prestidigitación de los magos de la política.
Realmente es como un juego de niños: los mío es lo mejor, tú no vales nada, dame lo que tiene que yo te daré a cambio lo que a ti te gusta. Y todos nos presenta un futuro fantástico, el país de las maravillas, Jauja, siempre y cuando pongamos en sus manos la papeleta que nos piden con cara de lastima y sonrisa estudiada y felicidad fingida
Parece que en nuestra competidora sociedad solo hay dos tipos de encuentros, dos clases de debates: el futbol y la política. Pero el hombre concreto, tú y yo, contamos poco. Hay “estrellas” que llaman más la atención. En la película “Titanes, hicieron historia” dice uno de los protagonistas: -No todo en esta vida es ganar o perder
- Soy un ganador y voy a ganar.
– Todavía estamos hablando de futbol, ¿o hablamos de ti?
En los debates políticos se hablan de muchas cosas. Se lanzan diatribas contra todos los contrincantes. Se juzga hasta del peinado y la corbata del adversario, pero se habla muy poco del hombre, del ser humano. Se entiende que se pretende gobernar a personas, no a un ganado. Y nosotros, personas que somos, no podemos dejarnos encantar por la baratija que nos ofrecen algunos. Se trata de algo muy serio. Están en juego muchas cosas que trascienden la mera economía. ¿Quién defiende a los niños, a los jóvenes, a los discapacitados, a las familias, a los inocentes, a los que viven en la pura calle, a los que quieren ser respetados por sus convicciones morales y religiosas, a los que exigen el respeto a la libertad de escoger lo mejor para sus hijos, a controlar el mercado de la droga y el negocio del aborto…? De esto se habla poco. A los políticos les falta más coraje para descender al terreno de lo humano, a no olvidar que tenemos un espíritu que nos hace dignos de consideración y respeto.
Mientras no se hable del ser humano con toda la carga de dignidad que comporta su racionalidad y su dimensión trascendente, estamos todavía en el juego de quítate tu para que me ponga yo, porque yo soy mejor y a mí también me gusta mandar. Me hizo gracia aquella descripción de político que daba Nikita Kruschev: “Los políticos son siempre iguales. Prometen construir un puente incluso donde no hay rio”.
Esperemos que los aspirantes sean más realistas y se acuerden que la Religión también cuenta ¿Es mucho pedir? Mientras tanto yo sigo celebrando el Adviento.
Juan García Inza
juan.garciainza@gmail.com