Párroco actualizándose
Esta es la portada de la Facultad de Teología de Granada, donde cursé toda la Sagrada Teología, compartiendo con el nuevo y actual edificio, situado un poco más abajo de este que vemos en la fotografía.
Cuando el Concilio Vaticano II acabó, muchos sacerdotes diocesanos, urgidos por el documento Presbiterorum ordinis, desearon actualizar sus estudios de Sagrada Teologia. Con el permiso del obispo respectivo, tomaban sus cochecillos los lunes por la mañana, estaban en la Facultad toda la semana y volvían a sus parroquias el viernes a medio día. Atendiendo sus feligresías junto a su coadjutor en el fin de semana. El coadjutor le había sacado la pastoral diaria lo mejor que pudo.
Uno de aquellos curas fue don Rafael Martínez Díaz, que era párroco de San Juan Evangelista del pueblo de Mancha Real, donde él había llevado una comunidad de religión de cooperación parroquial.
Recuerdo a don Rafael, con su sombrerillo, por los pasillos de la Facultad, hablando con profesores, haciendose de apuntes y metido en la biblioteca. Consiguió actualizar sus conocimientos y sacó su grado académico.
Más tarde, cayó enfermo, obligatoriamente tuvo que retirarse, hasta que sitiendose un poco más fuerte deseó volver la pastoral activa. Le dieron la parroquia de San José Obrero de Bailén.
Allí permaneció hasta que dejó este mundo en paz.
Descanse en esa paz, don Rafael.
Tomás de la Torre Lendínez
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