Carpintero en la Compañía
José María Escribá Fernández SJ
10 de abril de 2015
Oremos en acción de gracias por la vida de nuestro hermano José María Escribá Fernández SJ, que ha
fallecido el 10 de abril de 2015, en Lima, Perú, a los 82 años de edad, 63 años de Compañía y 51 de sus
últimos votos. Que descanse en paz.
El H. José María Escribá Fernández nació en Madrid el 4 de abril de 1933. Vivía en el barrio de La Ventilla,
El H. José María Escribá Fernández nació en Madrid el 4 de abril de 1933. Vivía en el barrio de La Ventilla,
donde conoció a la Compañía y, alentado por el ejemplo de san José María Rubio, ingresó al Noviciado de
Aranjuez el 29 de octubre de 1951. Durante sus años de noviciado aprendió el oficio de carpintero, lo cual
fue la razón de su venida al Perú en 1955. Llegó para ayudar en las obras de la iglesia de Fátima en todo
lo referente a la carpintería.
De 1960 a 1965 estuvo destinado en la Misión del Marañón viviendo en Santa María de Nieva y
colaborando en toda clase de oficios, especialmente en el aserradero. De su estancia en la misión siempre
guardó un recuerdo fresco y palabras en awajún que le gustaba compartir. En este periodo acabó su
formación haciendo la tercera probación en Cochabamba (Bolivia) en 1962 y los últimos votos en 1963 en
Miraflores.
En dos ocasiones estuvo destinado al Colegio san Ignacio de Piura. En la primera, de 1965 a 1968, ejerció
como encargado de mantenimiento y, en la segunda, de 19851993, fue profesor de religión y carpintero.
Al finalizar su primer periodo en Piura, realizó un año de formación en España, dedicando un tiempo a
estudios bíblicos en el seminario de Madrid y, otro tiempo, a formación técnica en matricería en la escuela
Virgen de Guadalupe (Badajoz). Completó su formación pastoral en la escuela de catequistas en Lima.
Regresando al Perú fue destinado al Colegio de La Inmaculada, donde también pasó dos periodos. De
1969 a 1985 fue profesor de religión y tutor. Le gustaba acompañar a los alumnos en campamentos, viajes
y experiencias sociales. Además, era el encargado de la carpintería del colegio. De vuelta en el colegio en
1993, se desempeñó como coordinador de obreros y administrador del PEBAL, donde tuvo una clara
opción por atender la zona más pobre, la de La Rinconada.
Al sufrir un infarto en 2005 fue destinado a la enfermería de Fátima, donde pasó los últimos años cuidando
su salud. El día de su muerte almorzó con normalidad y estuvo bien hasta media tarde. Al sentir un
malestar, bajó a la enfermería, donde se desencadenó un infarto masivo que ocasionó su muerte.
De José María recordamos su gran identidad como hermano jesuita y su buen humor. Era hombre de una
gran habilidad manual no solo demostrada en su oficio de carpintero, sino también como tornero y
fresador. Prueba de ello es el actual reloj del Colegio de La Inmaculada que él instaló después del traslado
de La Colmena y que todavía hoy funciona con las piezas que fabricó para dicha instalación.
Demos gracias a Dios por su vida ejemplar, de entrega apasionada al Señor, anunciando siempre su
Palabra, y la confianza en el cariño maternal de María.
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