Aceite de oliva
Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 35
Según el informe publicado en nuestras páginas el aire de Jaén se llena de polen del olivo. Los millones de árboles plantados en la provincia han abierto sus flores y han soltado al viento su polen que es nocivo para los alérgicos, tanto antiguos como nuevos, y siempre que no hayan entrado en el tratamiento que el servicio médico correspondiente presta la sanidad pública.
Sumado a este estado ambiental, llega la edición de la Expoliva que está edición tendrá más expositores que nunca y será más internacional de la historia. Siempre coincide la muestra olivarera jaenera con la campaña electoral camino de las urnas municipales o europeas.
Allí, en el extranjero, es donde interesa llevar el aceite de oliva virgen extra, como el gran oro verde que sanea las venas, reduce el colesterol y produce salud con sabor a tierra de Jaén. Con este motivo la empresa Renfe ha sacado un tren AVE completamente decorado con motivos invitando al consumo del aceite, dirigido a los extranjeros que tomen la línea Madrid-Sevilla. Todos los reclamos están en inglés con esa intención publicitaria.
Jesús de Nazaret, en la noche del Jueves Santo, salió del Cenáculo, acompañado de Pedro, Santiago y Juan, camino del Monte de los Olivos, donde se puso a orar a su Padre para que apartara el duro cáliz de la Pasión que le esperaba. Los tres discípulos se durmieron como troncos, hasta que Jesús los despertó ante el gentío, capitaneado por Judas Iscariote, el traidor, quien mediante la señal de un beso al Maestro señaló a quien debían prender los facinerosos que componían aquella patulea de desalmados.
Los olivos de aquel monte fueron testigos mudos de un hito histórico. Hoy permanecen para memoria y recuerdo del hecho y muestrario abierto a los peregrinos que hemos visitado la Tierra Santa y orado en aquel mismo lugar del prendimiento de Jesús. La Iglesia Católica, posteriormente, tomará el aceite como una de las materias de cuatro sacramentos esenciales en la vida de los cristianos: Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Santa Unción de enfermos. Tan esencial es el aceite en la vida sacramental de la Iglesia, que existe una Misa propia, que preside el obispo acompañado de todos los sacerdotes, celebrada cada Martes Santo por la mañana en la catedral. En ella se consagran los óleos para la recepción de los sacramentos citados más arriba.
En nuestra diócesis siempre se toma el aceite prensado en nuestros molinos. En otros lugares son los comerciantes aceiteros los que venden este oro líquido a otras tierras donde no tienen la suerte de ser millonarias en la plantación del árbol, testigo del prendimiento del Señor. Por lo tanto, aplaudimos todos los certámenes que se hagan favoreciendo el consumo alimenticio saludable del producto de la aceituna machacada. Sentimos, además, los pesares que los alérgicos al polen olivarero sufren durante la floración aumentada por la subida de las temperaturas de una primavera alocada. Recomendamos que nadie abomine de nuestro preciado producto aceitero, porque para algo tan esencial que tenemos debemos mimarlo, alentarlo, aconsejarlo y consumirlo en nuestra variada cocina provincial. Lo contrario, sería tirar piedras contra nuestro propio tejado, deporte tan jaenero como fuera del sentido común.
Tomás de la Torre Lendínez