Rut, la humilde heroína
PRESENTACION
La Historia de Rut es una historia humana como tantas y de permanente actualidad. La emigración, un matrimonio con dos hijos que se casan con mujeres de otra región, y la viudedad de tres mujeres. Es una historia sencilla y llena de sobriedad que parece partir de la descripción de las simples condiciones de vida en lo material y sus necesidades, como la búsqueda de sustento en otros lugares que no son los de origen. Sin embargo, en la historia de Rut y detrás de esta aparente simplicidad, se esconden fundamentos anímicos y espirituales que van a implicar un paso adelante en la evolución personal y colectiva.
Al morir Elimelec, el marido de Noemí y también sus dos hijos fallecidos posteriormente, Noemí invita a sus nueras a que vuelvan con sus madres, y así como Orpah vuelve finalmente a su casa, Rut decide a pesar de todo quedarse con su suegra expresando con toda claridad su decisión de destino: “No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, iré y donde tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras, moriré yo y allí seré enterrada” (Rut 1:16-17).
No cabe la menor duda que nos encontramos en una lectura vista desde el punto de vista de la historia de las mujeres. Aquí se nos habla de emigración e inmigración, pérdida, vínculo, retorno al origen, fracaso, solidaridad, justicia, aceptación del otro, amor, y renovación. Rut se nos presenta como un nuevo arquetipo de persona al superar los lazos de sangre y decidir los nuevos lazos del destino: “Tu Pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios” (Rut 1:16).
Esto nos dice que el hogar está allí en donde están los vínculos que hemos escogido. Existen dos conceptos de familia: la familia genealógica, que nos es dada por el vínculo biológico de la sangre, y la familia del alma, aquella con la cual se identifica nuestra personalidad para dar nuevos pasos de reconocimiento y de trascendencia.
Conforme el alma se va ajustando a su proceso en el mundo, aprende a decidir sobre su destino y sus vínculos por un proceso de libertad. El yo y la libertad de elección van juntos, uno es imposible sin el otro. Esta individualidad se reconoce a través de la percepción del destino compartido con otros y aprende a percibir este nuevo impulso psíquico como una nueva necesidad, determinando así el principio biológico.
No es fácil saber acompañar al otro cuando éste se queda solo y desamparado, cuando no tiene nada que ofrecer porque lo necesita todo. Por eso, el acto de Rut al decidir quedarse con Noemí, contiene muchos más aspectos que el simple hecho de quererla con tierno afecto, porque además está dispuesta a compartir su destino con todas las consecuencias que esto pueda tener. Es una decisión no sólo afectiva, sino también ética y de una gran valentía moral.
El Libro de Rut, a través de las figuras de las dos mujeres nos habla de la posibilidad de ese cambio a través de la aceptación de la desposesión personal. Se observa en el Libro que es precisamente la humildad, la aceptación y la disponibilidad la que le dan la grandeza a Rut.
El lado femenino del Libro de Rut describe el arquetipo de la madre sabia, en la figura de Noemí; la figura que sabe aceptar las contradicciones y el dolor de la vida y sus polaridades. De llamarse mi dulzura, pasa a llamarse Mará, amargura, pues son muchas las pérdidas que ha tenido que soportar esta mujer. Al entrar en Belén, su ciudad natal, Noemí cambia su nombre: “no me llaméis más Noemí (mi dulzura), llamadme Mará (la amarga) porque de amargura me ha llenado Sadday (Yahvé)” (Rut 1:20).
Pero la sabiduría primordial también describe, que frente a los límites que impone la vida y las pérdidas que podamos tener, siempre podemos revivir de nuevo si nos conectamos con la parte juvenil de nuestra personalidad, como en el caso de Rut. Ella también es por esto una parte de Noemí, un aspecto de su ánima femenina que aún permanece con la ilusión, energía y fuerzas suficientes como para seguir caminando. Este aspecto es el que tiene que trabajar en el mundo y la realidad física, la que debe buscar el sustento, pero siempre bajo el sabio consejo de la parte más madura. De esta forma, los aspectos jóvenes de la personalidad no son impulsivos, sino reflexivos, escuchan su voz interior y la sabiduría profunda. Con una gran practicidad, piensan sus acciones y saben invertir sus esfuerzos en el lugar adecuado y con las personas adecuadas que el destino dispone en el camino.
El aspecto masculino en el Libro de Rut nos muestra el hombre en la figura de Boaz, con los signos psíquicos que van a componer el arquetipo de masculinidad en el Pueblo de Israel y que será el molde para el resto de los Pueblos. Podemos observar como el Patriarcado se establece no como un principio de fuerza, sino de constitución de la personalidad. El Patriarca refleja los valores de la protección, sustento y cuidado físico de la tribu y dichos valores, se hallan en línea directa con un orden de acción determinado.
El tipo de hombre que representa Boaz, es un tipo protector, caballeroso, elegante, empático con la situación anímica ajena, generoso y coherente con las Leyes de su pueblo. Representa un arquetipo de autoridad, pero no prepotente, sino de gran sobriedad.
En cuanto a la nueva posición del Pueblo de Israel en el Libro de Rut, podemos decir que Rut es mujer, es extranjera, es viuda y además es pobre. Nos la representa como un ser que nada tiene y por tanto nada puede aportar. Ella solo puede recoger lo que dejan tras de sí los otros, los segadores. No puede haber mayor estado de vulnerabilidad, es una especie de emigrante indigente. Sin embargo, es su posición ética ante este aspecto de carencia básica así como su clara decisión de pertenencia, lo que resalta el aspecto moral y psicológico que el pueblo sabe valorar. A partir de esta actitud Rut no puede ser considerada como una extraña, sino como una más de la colectividad. Rut es un ejemplo de adaptación adecuada y madura, pero también el pueblo que la recibe sabe leer los signos indicativos y esenciales del otro ser. La nueva inclusión de un inmigrante encuentra aquí todo su sentido y significado.
En un tiempo en que la conciencia social estaba fundamentada en los dogmas tribales, Israel valora moralmente el aspecto contrario: el abandono del principio de necesidad biológico y territorial. Si la persona se valora en esos aspectos esenciales desde la propia capacidad de decisión moral individual, aquellos que la rodean también los valoran permitiendo que acontezca lo que ha de acontecer si existe la autodecisión de incorporarse efectivamente a su nueva comunidad.
Estas posiciones permiten entonces que la vida se abra camino y que desarrolle nuevos estados y nuevos frutos, representados en este caso por el hijo de Rut y Boaz. Es por tanto una posición creativa de la que al final nace un niño, Obed, que será el padre de Jesé y el abuelo de David, de donde surgirá la semilla de la esperanza: el Mesías.
En el Libro de Rut nos hallamos ante una paradoja: lo más bajo es enaltecido a lo más alto, lo más precario contiene en sí mismo la semilla de la riqueza, la más humilde se convierte en la heroína y matriarca de la saga más brillante: la del Mesías.
Nunca olvidemos que el arquetipo del Mesías lleva en su memoria colectiva lo extraño, lo más olvidado, la carencia, la falta, la pérdida y por ello al mismo tiempo, la solidaridad, el vínculo, la decisión moral esencial de compromiso con los otros, y la esperanza cuando creemos tenerlo todo perdido.
Estas son lecciones y alimento para el alma en un tiempo que, como el nuestro, parece haber olvidado lo esencial.
ARGUMENTO DEL LIBRO DE RUT
El Libro de Ruth narra la historia de Elimelec, un hombre de Belén de Judá (Efrata) quien emigró con su familia al país de Moab. Su esposa era Noemí y sus hijos Quilión y Majlón. Al morir Elimelec sus dos hijos se casaron con Orfá y con Rut respectivamente, ambas de Moab.
Años más tarde murieron Quilión y Majlón, y Noemí decidió regresar a Belén de Judá acompañada por sus dos nueras. Pero así como Rut decidió quedarse con Noemí a pesar de que ésta pidió a ambas que regresaran con sus familias a Moab, sólo Orfá decidió hacer el viaje de regreso.
Debido a la pobreza en que vivían Noemí y Rut en Belén, ésta se puso a trabajar en el campo de Booz recogiendo los granos sobrantes de la cosecha. Booz era uno de los goeles (descendientes de un antepasado común, quienes se hacían responsables de la familia, si ésta no tenía descendencia) de la familia de Elimelec y, como otro goel no estuvo dispuesto a casarse con Rut ni a hacerse responsable de la pésima situación en que se encontraban Noemí y Rut, ese deber lo aceptó Booz, quien ya se había sentido atraído por la moabita. De ese matrimonio nació un hijo, Obed, quien más tarde fue el abuelo del rey David.
Así Rut ingresa por sus propios méritos y virtudes en la religión judía, a pesar de su ascendencia moabita y de adorar a un diferente dios, Quemós.
EL AUTOR Y SU EPOCA
El Libro de Rut es de autor o autores desconocidos. Por su texto histórico se supone que el escrito data de fechas posteriores a la coronación del rey David, puesto que al final del Libro se encuentra la genealogía de Rut y su esposo Booz, pero en ella ya no se hace referencia a Salomón, sino que la finaliza en David. Basándonos en este hecho, existe la posibilidad de que el
Libro de Rut haya sido escrito en vida del rey David, pero antes del nacimiento de Salomón, por lo que la fecha aproximada del Libro sería alrededor del año 1010 a.C.
PERSONAJES (directos o indirectos) DEL LIBRO DE RUT:
AMMI Segundo hijo de Lot, fruto de un incesto con su hija menor después de la destrucción de Sodoma, quien junto con su hija mayor emborracharon a Lot y fornicaron con él, sin que Lot se diera cuenta (Génesis 19:31).
JUDA Suegro de Tamar.
LABAN Hijo de Bethuel el Sirio, hermano de Rebeca, tío de Jacob y padre de Lía y de Raquel, quienes se casaron con Jacob.
LIA Hija de Labán y primera esposa de Jacob.
LOT Hijo de Arán y sobrino de Abraham. Era Sacerdote de Melquisedec.
MELQUISEDEC Sumo Sacerdote de Dios, profeta, líder y rey de Salem (Jerusalén), quien bendijo a Abraham y a Lot, que le acompañaba en su misión. Según un manuscrito hallado en Nag Hammadi (Egipto), Melquisedec ha estado en el mundo desde el principio de los tiempos y se quedará hasta el final. Es el primer peldaño de la escalera por la que ascienden las almas iluminadas. En un fragmento de un rollo encontrado en Qumrán se identifica a Melquisedec como un ángel o ser divino. En Hebreos 6:20 se compara el sacerdocio de Jesús con el de Melquisedec.
MOAB Primer hijo de Lot, fruto de un incesto con su hija mayor, igual que en el caso de Ammi.
OBED Hijo de Rut y de Booz. Abuelo de David.
RAQUEL Hija de Labán, hermana menor de Lía y segunda esposa de Jacob.
TAMAR Esposa de Er, hijo de Judá.
GLOSARIO
AMONITAS Descendientes de Ammi, hijo menor de Lot.
EFRATEOS Miembros de la tribu de Efraín y habitantes de Efrata (Belén de Judá).
GOEL Varón de una misma familia, descendiente de un antepasado común y que era quien se hacía responsable por la familia y sus bienes cuando el fallecido no había dejado descendencia.
LEVIRATO Cuando una mujer se casaba con uno de los hermanos de su marido (cuñado) a la muerte de éste no habiendo tenido hijos, con el fin de continuar la línea sucesoria y la descendencia familiar. El término se deriva del latín levir, que significa hermano del marido.
MOABITAS Pueblo emparentado con los israelitas y con los amonitas. Descendientes de Moab, hijo mayor de Lot. Como los moabitas impidieron el paso de los israelitas durante el Éxodo, fueron excluidos de la Congregación del Señor durante diez generaciones. Los moabitas adoraban al dios Quemós, ignorando a Yahvé.
SIGNIFICADO DE LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES DEL LIBRO DE RUT:
Nombre Relación familiar Significado
ELIMELEC Esposo de Noemí Mi Dios es rey
MAJLON Esposo de Orfá Languidez
NAOMI Esposa de Elimelec Mi dulzura
NAOMI/MARA Viuda de Elimelec La amarga
ORFA Esposa de Majlón La que vuelve la espalda
QUILION Esposo de Rut Consunción
RUT Nuera de Noemí La compañera
SADDAY Otro nombre de Yahvé usado por los israelitas.
LIBRO DE RUT
A continuación se describe y se analiza el contenido de los distintos versículos incluidos en este Libro, para una mayor y mejor comprensión de la historia de Rut.
CAPITULO I
1:1-2 Debido a la hambruna que había en Judea, Elimelec junto con su esposa Noemí y sus dos hijos, Majlón y Quilión, se trasladaron a Moab. Elimelec y su familia eran efrateos, o sea, oriundos de Efrata (Belén de Judá) y fueron a residir a la tierra de los moabitas, a pesar de que éstos no estaban considerados como miembros de la Congregación del Señor por haber impedido el paso de los israelitas durante el Éxodo. No se les tenía además como discípulos y seguidores de Yahvé ya que adoraban al dios Quemós.
1:3-5 Una vez establecidos en Moab, Elimelec falleció al poco tiempo, quedando viuda Noemí a cargo de sus dos hijos. Sin embargo después ambos se casaron con dos mujeres moabitas, sin hacer caso a la diferencia de religiones. Majlón se casó con Orfá y Quilión hizo lo propio con Rut. Al cabo de diez años murieron los dos hijos de Elimelec y de Noemí, dejando como viudas a Orfá y a Rut.
1:6-7 Estando en Moab, Noemí se enteró de que la bonanza económica había regresado a belén y entonces decidió regresar a su lugar de origen acompañada por sus dos nueras, Orfá y Rut.
1:8-18 Cuando ya estaban en camino hacia Belén de Judá, Noemí urgió a sus nueras a que regresaran a Moab junto a sus familias y que la dejaran continuar sola el camino. Para ello
Noemí adujo que seguir con ella era perder el tiempo ya que la obligación de ambas nueras era la de volverse a casar para así engendrar hijos y dar continuación a la estirpe de Elimelec. Además Noemí les confió que si seguían con ella no tendrían un buen futuro ya que ella misma sentía encima suyo una maldición que no la dejaría prosperar.
Aunque ambas en un principio lloraron y le suplicaron a Noemí que permitiera que siguieran con ella, al final Orfá decidió regresar a Moab, pero Rut insistió denodadamente en quedarse con Noemí, a pesar de la insistencia de su suegra de quedarse sola.
Las poéticas palabras que Rut dirigió a Noemí para convencerla de que la dejara seguir a su lado, entrañan un gran significado. Con ellas Rut le dice a su suegra que está decidida a abandonar a su dios Quemós para reconocer como a su único Dios a Yahvé, y que además desea integrarse plenamente al pueblo de Judea (1:16). Rut también formula un juramento muy común en aquella época para con ello demostrar su decisión irrevocable a Noemí (1:17).
Ante la irrefutable seguridad y la sinceridad demostrada por Rut, incluso llegando al límite de decirle que solamente la muerte las podrá separar, al final Noemí no volvió a insistir y aceptó la compañía de Rut.
1:19-22 Al llegar a Belén al comienzo de la siega de la cebada, la gente reconoció a Noemí y la llamaban por su nombre, ante lo cual la propia Noemí les pidió que no la siguieran llamando por su nombre (que significa mi dulzura), sino que a partir de entonces la conocieran bajo el nombre de Mará, que significa amargura. Con ello Noemí les manifestaba su convencimiento de que Dios la había castigado haciéndola una desdichada.
CAPITULO II
2:1-2 Debido a la penuria económica en que se hallaban Noemí y Rut, ésta le pidió permiso a su suegra para ir a espigar al campo. El hecho de ir a espigar a un campo con la autorización de su propietario era un derecho legal de los pobres de entonces.
2:3-7 Noemí le dio su autorización y Rut se puso a espigar, o mejor dicho, a recoger los granos sobrantes que caen al suelo y, sin saberlo estaba trabajando en un campo propiedad de Booz, pariente de su suegro Elimelec. Cuando Booz vió a Rut preguntó al encargado de los segadores a quién pertenecía Rut, ya que en aquel tiempo toda mujer debía pertenecer a alguien, ya sea al padre, hermano, marido o dueño.
2:8-13 Booz no sólo autorizó a Rut a quedarse en su campo, sino también a que estuviera con sus empleados con total libertad, porque ya les había dado instrucciones de que no la molestaran. Extrañada ante tal consideración por parte de Booz, Rut se postró ante Booz agradeciéndole tal favor, pero él le respondió que lo hacía porque ya se había enterado de su comportamiento con su suegra Noemí.
2:14-17 Y Booz siguió autorizando a Rut no sólo a espigar, sino también a comer con ellos y a untar su pan en vinagre, que en realidad era una mezcla de agua, vinagre de vino y cualquier otra bebida fermentada. Al final de la comida Booz dio instrucciones a sus criados de que la dejasen espigar también entre las gavillas, lo cual representaba un gran honor ya que la ley permitía a los pobres espigar solamente de lo que caía de las gavillas, detrás de los segadores.
2:18-23 Cuando Rut llegó a su casa le entregó a Noemí una medida de efá (45 litros) con los granos de cebada que había recogido espigando y además lo que había sobrado de la comida a la que la había invitado Booz. A requerimiento de Noemí, Rut le contó a su suegra todo lo que había sucedido y Noemí, después de dar las gracias a Yahvé por la bondad que les había mostrado, pasó a contarle a Rut que en realidad Booz era su goel, o sea, alguien quien tiene derecho de rescate sobre ellas, aunque al hacerlo debe responsabilizarse también del patrimonio familiar y de las propias integrantes de la familia.
Y siguiendo las instrucciones de Noemí, Rut siguió trabajando en el campo de Booz junto a las criadas, para evitar así cualquier problema o situación conflictiva con los hombres.
CAPITULO III
3:1-8 Pero Noemí no se conformó con el trabajo y el sustento que les proporcionaba Booz, sino que pensaba también en que Rut debía tener una posición social y familiar más segura para el resto de su vida. Por ello le instruye a que aquella mismo noche fuese a altas horas de la noche a la era porque sabía que Booz se quedaría a dormir ahí ya que se había pasado el día trabajando en la era. Así lo hizo Rut y se recostó a los pies de Booz, atenta a sus peticiones. Este gesto era simbólico y con ello Rut le estaba pidiendo a Booz, su goel, que la desposase.
3:9-18 Cuando Booz despertó a medianoche y se dio cuenta de que Rut estaba acostada a sus pies, le agradeció su gesto y el hecho de que no hubiese elegido a otro hombre más joven o más rico que él. Booz le informó a Rut que, en efecto, él es su goel y por lo tanto tiene el derecho de rescate, pero había otro goel con los mismos derechos que Booz, pero que al tratarse de un familiar más cercano a Elimelec, tenía prioridad sobre Booz.
Al amanecer Booz entregó a Rut seis medidas de cebada (seis efá) para que se las llevara a la casa que compartía con Noemí, mientras él iba en búsqueda del otro goel para exponerle la situación.
CAPITULO IV
4:1-12 Cuando Booz encontró al otro goel le pidió que se reunieran en compañía de diez ancianos de la ciudad para que les sirvieran de testigos y le expuso la situación de Noemí y de Rut, apremiándole a que tomara la decisión de si ejercería su derecho de propiedad o si abdicaría al mismo.
En principio, el otro goel aceptó de inmediato ejercer su derecho, pero cuando Booz le indicó que debía hacerse cargo de ambas, de Noemí y de Rut, para de esa forma perpetuar la descendencia de Elimelec, el goel alegó que ello podría perjudicar su herencia y, por consiguiente claudicó y le dio todos sus derechos a Booz.
En efecto, Booz estaba uniendo el matrimonio con Rut, según la ley del levirato, a la compra de tierra. El niño que naciera sería el heredero legal de Majlón, cuñado de Rut, y el de Elimelec, su suegro, y a él pertenecería la tierra. En realidad el primer goel teme hacer un mal negocio y por ello renuncia a sus prerrogativas a favor de Booz.
Como confirmación plena a su renuncia, el primer goel se quitó una sandalia y se la entregó a Booz a modo de símbolo del derecho de propiedad. Quitándosela y entregándosela a Booz, el primer goel le transmite los derechos de propiedad de acuerdo a la ley vigente entonces.
Los diez ancianos confirmaron tal transmisión de derechos, como testigos que eran del trato, y auguraron a Booz todo poder y popularidad en belén, comparándolo con lo acaecido anteriormente con la familia de Peres, antepasado de Booz en Belén.
4:13-22 Booz se casó con Rut y nació su hijo, a quien pusieron por nombre Obed, que significa el siervo de Yahvé. Obed fue el abuelo del rey David.
Después del nacimiento de Obed, las mujeres de belén Efrata alabaron a Noemí y la elogiaron porque por medio de su nuera Rut, Yahvé le había concedido consuelo para su alma y apoyo en su ancianidad. Como lo subraya en Evangelio (Mateo 1:3-6 y Lucas 3:31-36) una extranjera, Rut, es la bisabuela de David y, por él, de Cristo. Noemí adoptó a Obed como su nieto poniéndolo en su seno, que era el ritual de adopción en aquellos tiempos.