Pablo Iglesias y el Holocausto español

            En el debate electoral del pasado lunes, uno de los participantes, el Sr. Abascal, apeló a la reconciliación entre españoles en base al argumento de que una gran mayoría de los habitantes de nuestro país tiene entre sus ascendientes a personas que combatieron o simpatizaron con el bando nacional, y a otros que lo hicieron con el bando republicano.

             El Sr. Iglesias, siempre atento a destrozar cualquier argumento que abogue por la reconciliación entre españoles, la cual le produce una erisipela que le revienta los ojos y se le manifiesta en todo el rostro, se apresuró a preguntarse, creyéndose muy ingenioso, si en Alemania sería posible la reconciliación entre alemanes sobre la base de que muchos de ellos pudieran tener entre sus ascendientes a un miembro de las SS y a un judío.

             Lo primero que hay que decirle al ingenioso Sr. Iglesias es que mientras en España el caso mencionado por el Sr. Abascal es sumamente frecuente y seguramente afecta a bastante más de la mitad de la población, el mencionado por él en Alemania es prácticamente inexistente, pues los judíos, como sin duda no desconoce el ingenioso representante de Unidas Podemos, fueron exterminados, por lo que difícilmente pudieron dejar descendencia.

             Lo segundo que hay que decirle al ingenioso Sr. Iglesias, por muy pesadito que se ponga con su cantinela, es que si, por un lado, ni la ideología ni las circunstancias históricas permiten la comparación entre el nazismo alemán y el franquismo español, menos aún es admisible, por otro, la comparación entre lo que fue un bando en una guerra, el republicano, y lo que fue un pueblo que no hizo la guerra, y cuyo papel en ella se limitó al de ser exterminado, el hebreo.

            Y lo tercero que cabe decirle al ingenioso representante de Unidas Podemos es que en el caso español sí existe, por desgracia, una comparación que casa mejor con el precedente alemán que él mencionó, y que no es sino el que se produjo en la zona roja entre las milicias anarco-socialisto-comunistas que son objeto de su más encendida y evidente admiración, y los cristianos practicantes, a los que aquéllas sometieron a un holocausto que se cobró la vida de diez mil mártires, no por inferior en número, menos genocida que el judío.

             Tenga Vd. cuidado Sr. Iglesias. Es Vd., por más que así se lo hagan creer en su casa, muy poco ingenioso, y sí, por el contrario, muy frívolo.

             Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.

            ^©L.A.

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