Sábado, 23 de noviembre de 2024

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Bienaventurados los pobres en espíritu

por El Blog de Juan del Carmelo

           Como sabemos el título de esta glosa…, es una de bienaventuranza y precisamente la primera que el Señor, nos dictó en el llamado Sermón de la Montaña. Era lo lógico que el Señor, después de haber hecho la elección de los doce apóstoles, empezase a anunciar su misión: el Reino de Dios. ¿Cuáles eran las directrices de comportamiento que su Padre esperaba de nosotros? ¿Qué doctrina habían de proclamar los doce elegidos? Y dentro del Sermón de la Montaña, una parte esencial de este, fue la proclamación de las bienaventuranzas, que podríamos decir que es el programa para alcanzar el Reino de Dios. Y empezó el Señor enunciando la primera, que si tenemos en cuenta, lo que es costumbre; lo primero que se manifiesta, es lo más importante, así en los mandamientos de la Ley de Dios el primero sin duda alguna, es el más importante: Amar a Dios sobre todas las cosas.

           Y en la primera bienaventuranza que enuncia el Señor, se nos dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. (Mt 5,3). Esta primera bienaventuranza, ha creado siempre problemas de hermenéutica, porque por ejemplo si en vez de decir como es lo correcto: los pobres en espíritu, decimos tal como es muy frecuente en muchas ediciones: los pobres de espíritu, se le está dando un significado distinto a las palabras del Señor. 

           Realmente ¿quiénes son los pobres de espíritu? Durante mucho tiempo esta bienaventuranza, se ha entendido referida a los pobres materiales, sobre todo en épocas pasadas, en que no se valoraba tanto como debe de valorarse la diferencia, que existe entre la posesión material y el desapego a esta. La gente entendía que solo había ricos y pobres materiales, pero no se tenía en cuenta que se puede ser pobre material y rico en deseos de posesión y rico en posesiones pero pobre en sus deseos de estas, es decir despegado de las mismas. Quizás por ello en la redacción de este versículo (Mt 5,3), que figura en la Webb de la Santa sede, se nos dice que son “Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos”. (Mt 5,3)

           Se sea rico o pobre material, la persona que ama y cree en el Señor, si es rico de bienes materiales no se apegará a ellos y si es pobre de bienes materiales, no se apegará tampoco a los deseos de poseer los bienes materiales que no tiene. En la medida en que una persona se está desprendida de sus bienes poseídos o del deseo de poseer, podrá llamarse Pobres de espíritu. Los ricos han de desapegarse de sus posesiones materiales y los pobres materiales del deseo de poseer los bienes materiales que no tienen. Esta es la esencia de la pobreza del espíritu. Dios, solo quiere de los ricos materiales, que le amen a Él, más que a sus riquezas cosa que desde luego, es bastante difícil de lograr en un rico material. Y del pobre material, quiere Dios que le ame más a Él, que al deseo que tiene de poseer los bienes materiales, con los que sueña.

           En un país desarrollado, es donde se puede asegurar que casi todos son ricos materiales, aunque muchos de sus habitantes, porque ven que hay otros ricos materiales, más ricos que él y por ello, no se lo consideren ellos a sí mismos como ricos. Si miramos para arriba por muy ricos que seamos siempre habrá otro u otros más ricos que nosotros, pero ello no anula nuestra condición de ricos, porque si miramos para abajo, veremos que hay un sinfín de países, donde la miseria campa a sus anchas. Los deseos materiales de cambiar de coche, cambiar de casa, ir de veraneo, renovar cada temporada el vestuario, comprar nuevos muebles para las casa… etc, están al orden del día y sería conveniente que mirásemos lo que sucede en otros países del tercer mundo.

           Es verdad, y creo haberlo dicho ya en otra glosa, que es más fácil a las personas, suprimir los deseos de posesión de bienes materiales que suprimir la posesión real de bienes materiales, pero esto no quiere decir, que el pobre material tiene ya un pasaporte para en cielo, ni el rico material tiene ya un billete para ir al infierno. Por lo que insistimos diciendo, que  para Dios lo principal es el deseo que se tenga, en los ricos de despojarse de sus apegos y en los pobre de despojarse de sus deseos de posesión de viene materiales.

           Nosotros, a los que nuestros cuerpos materiales dominan nuestras almas, pensamos que lo importante es poseer la materialidad de un bien, sean coches, casas, barcos, aviones, joyas, acciones, propiedades u otros signos materiales de riqueza poseída. Pero para Dios, las cosas son distintas, Él es el creador absoluto de toda la materia y por supuesto de los bienes materiales que poseemos o deseamos poseer. Para Dios que es espíritu puro, lo que tiene valor, es lo que es expresión de sí mismo, es decir los bienes espirituales, sobre todo el amor. Para Él, lo que cuenta y le interesa es nuestra alma, que es espíritu puro inmortal, pero no nuestro cuerpo, que es materia pura corruptible y mortal. Por lo tanto nada tiene de extraño, que Dios valore más el deseo humano de no poseer, es decir el desapego, que la posesión de bienes materiales y ve con tristeza, como el hombre ansía o desea más la posesión de bienes materiales, que el amor que Él nos ofrece.

           San Agustín escribía: “Sé pobre, lo mismo si tienes mucho que si no tienes nada en este mundo. Precisamente porque no consiste la pobreza de espíritu en no tener, sino en estar de veras despegados, debemos permanecer atentos para no engañarnos con imaginarios motivos de fuerza mayor. Buscad lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí es agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar”. Y sigue diciendo San Agustín: “Si a pesar de no poseer nada, deseas los bienes terrenos y te envaneces, serás contado entre los ricos y los réprobos…. ¿De qué te aprovecha tener pocas riquezas si ardes en deseos de poseerlas? El Señor juzga a ricos y pobres por lo que hay en el corazón, no en la casa o en las arcas”. El que así procede, aunque tenga muchas riquezas, debe ser contado entre los pobres del Señor”.

           Slawomir Biela, expone en sus libros una serie de pensamientos sobre este tema de la pobreza de espíritu, que nos llevan a reflexionar más profundamente en este tema. Y así nos dice: Los bienes espirituales constituyen un apoyo importante para la persona que trata de vivir la vida interior, pues considera que, en la perspectiva del camino hacia Dios estos bienes le hacen “alguien” y le aseguran una “fuerte posición espiritual”. ¿Pero realmente consiste en esto el verdadero progreso espiritual? El pobre de espíritu es aquel que no posee ningún otro apoyo fuera de Dios. Convertirse en pobre de espíritu es un camino de apertura incesante a la gracia, de sometimiento continuo a la acción de Dios y de reconocimiento humilde de que todo bien que posee proviene y es obra de Dios, que actúa en nosotros y a través de nosotros.

           Sigue escribiendo Slawomir Biela: En el camino de la pobreza espiritual podrás convertirte en verdadero cristiano, en un buen marido o en una esposa que ama verdaderamente, pero solo en cuanto aceptes que nunca serás propietario de las virtudes y disposiciones interiores necesarias para ello. Dios no quiere que el orgullo de ser propietario de la fe constituya nuestro apoyo, sino que aprendamos a apoyarnos en la fe misma, que es sin duda un don suyo, gracia concedida gratuitamente que nunca podrá llegar a ser propiedad nuestra. Aunque supuestamente lo sabemos bien, continuamente pisoteamos como puercos las perlas de la fe, considerándonos sus dueños y propietarios.

           Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

           Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  • Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
  • Libro. LOS DESEOS HUMANOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316298
  • Deseos humanos       27-02-10
  • Deseos fundamentales en la vida espiritual            03-07-11
  • Deseos de amar a Dios         17-03-10
  • Voluntad de desear amar      10-01-11
  • Deseo de seguridad humana 14-08-09
  • Don de seguridad      14-07-10
  • Ansias humanas de seguridad          09-09-11
  • Apegos humanos       23-11-09
  • Limpios de apegos    31-10-11
  • Apego y recuerdos    24-04-12
  • Desapegarse y desposesionarse       02-05-12
  • Ataduras humanas    01-03-13
  • Atarse a este mundo 19-07-13
  • Apego a este mundo 25-11-09
  • Ansias de vida           23-12-09
  • Despojamiento y vaciamiento interior        05-08-09
  • Pobreza y riqueza     17-07-13 

            La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

           Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com 
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