Domingo, 24 de noviembre de 2024

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Importancia del amor fraterno

por El Blog de Juan del Carmelo

          Son muchos los pasajes evangélicos…, en lo que el Señor de forma directa o indirecta nos señala no la recomendación, sino la obligación que tenemos de amar al prójimo. Así claramente nos dice: "Habéis oído que fue dicho: Amaras a tu prójimo y aborrecerás a tus enemigos. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre, que esta en los cielos, que hace salir el sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos e injustos”. (Mt 5,43-46).

          En otra ocasión le preguntan: "Maestro, ¿cual es el mandamiento más grande de la Ley? Él le dijo: Amaras al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a este, es: Amaras al prójimo como a ti mismo. De estos dos preceptos penden toda la Ley y los Profetas”. (Mt 22,36-40).

 

         Directamente como el segundo mandamiento suyo nos dice: “Un precepto nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; como yo os he amado, así que también amaos mutuamente. En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si tenéis amor unos a otros”. (Jn 13,34-35). Y culmina sus referencias al amor fraterno, señalándonos que: "Nadie tiene amor mayor que este de dar uno la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor; pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que cuanto pidierais al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando, que os améis unos a otros”. (Jn 15,1317).

 

          Como es lógico suponer  y dada la importancia que el tema tenía, los apóstoles en sus epístolas no olvidaron este tema del amor fraterno y así San Juan, el apóstol del amor en su primera Epístola, nos dice: “Carísimos amémonos los unos a los otros, porque la caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es Amor”. (1Jn 4,7-8). Más adelante en este mismo capítulo cuarto de esta primera Epístola suya, nos dice también: “Si alguno dice: Amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano”. (1Jn 4,20-21). San Pablo también directamente se ocupa de este tema y en su Epístola a los romanos, les dice a estos: “Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. (Rm 13,8).

 

          Me decía hace años un fraile conventual, con más de cuarenta años de vida al servicio del Señor: Cuando entré en el convento me hablaron del voto de castidad, del voto de obediencia y del voto de pobreza y con mis luchas interiores más o menos, he cumplido con los tres votos, pero es el caso de que nadie me habló de un cuarto voto, que es el voto de convivencia. Todos tenemos votos de convivencia y continuamente estamos faltando a él y el que este libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Quién es, el que nunca ha tenido un simple sentimiento de animadversión, hacía alguien? Y no hablo ya, de antipatía ni de sentimientos que el demonio se encarga de enmascararlos y en el fondo son de odio. A todos nos afloran en la mente, los recuerdos de ofensas verbales o incluso económicas, que hemos sufrido a lo largo de la vida. Son estos recuerdos que queremos  debemos olvidar, porque nos hacen perder la paz interior, pero que el demonio se encarga de mantenérnoslos vivitos y coleando.

 

          Amar a Dios es fácil, a pesar de ser difícil, sobre todo cuando resulta que el Señor se lo propone en serio a uno. Amar, pero amar a los demás tan absolutamente, tal como el Señor desea que les amemos, es prácticamente imposible. Hace falta un nivel de vida espiritual tremendo. Para hacernos una idea, hasta los santos han tenido aquí sus problemas. Cuenta Santa Teresa de Lisieux, que sentía una cierta antipatía hacia una persona que tenía el don de desagradarla en todo: me apliqué a hacer por aquella hermana lo que hubiera hecho por la persona más querida. Cada vez que la encontraba rogaba a Dios por ella, ofreciéndole todas sus virtudes y méritos. Conocía que esto agradaba mucho a mi Jesús, pues no hay artista que no le guste recibir alabanzas por su obra y el divino Artista de las almas se complace en que uno no se detenga en el exterior, sino que penetrando hasta en el santuario íntimo que ha elegido por morada, admiremos la belleza de este.

 

           Y uno se pregunta: ¿Por qué esa tremenda importancia en amar a los demás? Si reflexionamos para encontrar la respuesta a esta pregunta, nos daremos cuenta de que nosotros no podemos darle nada al Señor que Él no tenga o quiera, porque todo lo que quiere lo tiene. Y Él nos tiene a todos, un amor tan tremendo, que si hay algo que podemos darle, es el amor a todo lo por él creado y en especial a nuestros semejantes. Como hemos visto antes Santa Teresa de Lisieux, nos recuerda un algo muy importante: Todo artista desea que valoren su obra, que la amen  y la cuiden y todos somos obra especial y querida de Dios.  Todo lo que hagamos por el prójimo lo estamos haciendo por el Señor: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; peregrine y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; preso y vinisteis a verme. Y le responderán los justos: Señor, ¿cuando te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Cuando te vimos peregrino y te acogimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuando te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis”. (Mt 25,35-40).

 

           Por otro lado, todos somos incapaces de dañarle directamente al Señor, es imposible nunca podremos hacerlo. Pero si se le puede dañar, indirectamente dañando a lo que más quiere, que somos nosotros mismos. Este principio, es el demonio quien bien lo sabe y por ello nos daña a nosotros porque sabe que es la única forma que tiene para tratar de satisfacer su odio a Dios, dañándonos a nosotros, él sabe que daña a Dios. En el Apocalipsis podemos leer: “El Dragón, al verse precipitado sobre la tierra, se lanzó en persecución de la Mujer que había dado a luz al hijo varón.  Pero la Mujer recibió las dos alas de la gran águila para volar hasta su refugio en el desierto, donde debía ser alimentada durante tres años y medio, lejos de la Serpiente. La Serpiente vomitó detrás de la Mujer como un río de agua, para que la arrastrara. Pero la tierra vino en ayuda de la Mujer: abrió su boca y se tragó el río que el Dragón había vomitado. El Dragón, enfurecido contra la Mujer, se fue a luchar contra el resto de su descendencia, contra los que obedecen los mandamientos de Dios y poseen el testimonio de Jesús”. (Ap 12,1317). Y esos somos nosotros.

 

          Concluyendo esta glosa, diremos que es imposible ama al Señor, si no amamos a nuestro prójimo. Es aplicable aquí el refrán que dice: “Quien quiere la flor quiere la hojas de alrededor”

 

           Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

          Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-       Libro. AMAR A DIOS.- www.readontime.com/isbn=978461164509

-       Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 

-       Acompañantes sobrenaturales y humanos. Glosa del 30-0811

-       Amar en el gozo, amar en la tristeza. Glosa del 291110

-       Ojos que no ven, corazón que no siente. Glosa del 051210

-       Nuestro espejo de vida. Glosa del 01-0711

-       Paralelo treinta. Glosa del 10-0712

-       La fuerza de la amistad. Glosa del 10-0610

-       Esta persona me cae gorda. Glosa del 101010-

-       Juzgar a los demás           . Glosa del 12-0710

-       ¿Seriamos capaces, nosotros también? Glosa del 11-0612

-       La ratonera. Glosa del 08-0511

-       Servir a los demás para servir al Señor. Glosa del 01-0810

-       Siempre servir. Glosa del            04-0511

-       Antipatía. Glosa del 131011

 

          Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

 

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