Grandeza de Dios

             Todos tenemos una distinta idea y mentalidad acerca de quien es Dios. Todos los que creemos en su existencia, coincidimos en que es un Ser omnisciente, omnipresente, omnipotente y todos los demás omnis… que podamos imaginar, porque Dios es el Todo absoluto ilimitado y eterno de todo lo que nos es visible y también de lo invisible, de lo que nuestra mente pueda imaginar y de lo que nuestra mente ni siquiera es capaz de imaginar ni nunca en esta vida podrá ni imaginar ni comprender, dada la gran limitación de sus capacidades. Y este Ser maravilloso, pleno ilimitadamente de bondad, belleza, y toda esa serie de atributos  que tiene la divinidad y que no son del caso enumerar y menos clasificar, este Ser tan extraordinario que todo lo conoce y lo puede nos ha creado y nos ama, como Él solo puede hacerlo, total e ilimitadamente.

           Y este nuestro único Dios existente, tiene una extraña configuración, poco comprensible para nosotros, ya que siendo solo uno, se comportan como si fuesen tres… Y de hecho son tres personas y este que es uno de los varios misterios de Dios, al que se le conoce con el nombre de Santísima Trinidad. Desde luego que la Trinidad, es un misterios que sobrepasa la capacidad de nuestras mentes y al no poder comprender este misterio, hemos de apoyarnos en nuestra fe, que es la visión que nos da el Señor, por medio de los ojos y sentidos de nuestras almas, que alcanzan a ver y comprender, lo que nuestras mentes y ojos materiales de nuestra cara, no aciertan a ver ni ha comprender. Y esto es así, ya que si pudiésemos claramente ver y comprender toda, esta divinidad a la que venerásemos, ella sería inferior a nuestro propio entendimiento, seria un Dios carente de grandeza. Por ello solo podemos vislumbrar pero no ver claramente.

            Y no es que existan muchos misterios más, sino muchísimo más, que no pueden ser objeto de nuestro conocimiento por nuestras limitadas mentes y de los que solo tenemos un escaso conocimiento. Pero es más, es de estimar que, además de lo mencionado haya muchos, más misterios que nuestra limitada mente ahora ignora e ignorará hasta el día que pueda contemplar el rostro de Dios, y los conocimientos y ciencia que emanan de su Luz divina, inunde nuestras pobres mentes, permitiéndosenos entonces ver y comprender lo que ahora, unas veces se nos muestra velado, con los cual algo vislumbramos, pero otras está completamente tapado. Pero es que además, si nos atenemos a San Pablo, que daremos asombrados, por qué: “Ni el ojo vio ni el oído oyó, las maravillas que Dios tiene preparadas para los que le aman”. (1Cor 2,9).

            Y lo curioso de todo esto, es que lo que para nosotros, dada nuestra escasa capacidad mental, pensamos que es complicadísimo, todo esto que esta creado y regido por un Ser, cuyo uno de sus atributos principales es la simplicidad. Dios es un ser espiritualmente puro, cuya esencia tal como nos indica San Juan, es amor y solo amor  (1Jn 4,16) y de este simple Amor, que es Dios, se genera todo lo creado, sea visible o invisible. Lo que nosotros hemos podido llegar a ver o vislumbrar de Dios, es esencialmente una ínfima parte del resultado de su creación y concretamente este planeta Tierra donde nos hallamos, cuya belleza es fantástica. Lo que el hombre ha visto de Dios, es casi nada, solo unos pequeños contornos. Lo que del Señor conocemos es nada, en comparación con los que nos queda por saber y conocer.

            ¡Eh aquí pues! algo muy fundamental, a lo que nuestra escasa y limitada mentalidad no acaba de tomar una auténtica conciencia de ello: Y es la tremenda grandeza de Dios y la diferencia que media entre Él Creador de todo lo visible y lo invisible y no ya en nuestro planeta sino en el universo conocido e intuido y en el que además pueda existir con desconocimiento nuestro absoluto. Nuestra mentalidad es tan pobre e imperfecta, que es incapaz de tomar conciencia de esta diferencia entre Dios y el hombre, aunque hay que reconocer que existen personas más conscientes de esta realidad, que otras que son unos auténticos inconscientes. Precisamente el tomar conciencia de esta realidad, es abrir los ojos de nuestra alma a nuestra mísera condición y generar algo tan querido por Dios en nosotros como es la virtud de la Humildad. Darnos cuenta de la tremenda diferencia que media entre Dios y nosotros.

            Precisamente la humildad es la virtud que podemos fomentar en nuestra vida espiritual, tomando conciencia de esa tremenda diferencia, que existe entre la grandeza del Señor, y nuestra propia miseria. Dios no necesita nada de nosotros y a pesar de ello nos ama desinteresadamente, como si su vida dependiese de nuestro amor hacia Él. Que menos podemos hacer nosotros que tratar ce corresponderle a ese amor que nos tiene. La humildad es a los ojos de Dios, la madre de todas las virtudes que necesitamos practicar, para cumplimentar la aseveración: “Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial”. (Mt 5,48). Así como el orgullo es el padre de todos los vicios y ofensas al Señor..

           Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

           Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-               Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107

-               Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281    

-               Libro. MANDAMIENTOS DE AMOR.- http://www.readontime.com/isbn=9788461557080

-               Maravillas que no nos asombran. Glosa del 23-03-10

-               Todo lo que dispone Dios, es perfecto. Glosa del 06-07-10

-               Nada permanece, todo pasa. Glosa del 09-03-11

-               A.M.G.D. Glosa del 03-06-09

-               Manifestación de la gloria de Dios. Glosa del 27-03-10

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