Buscar la Verdad

            Escribía el obispo Fulton Sheen, ahora a punto de ser beatificado…, que el hombre necesita esencialmente tres cosas: Vida, conocimiento y amor. La vida que el hombre quiere, no es la vida por dos o tres minutos, sino la plenitud de la vida sin desazones, sin enfermedades, sin hastío, sin ancianidad, es decir el hombre sin conocerla aún, ansía la vida eterna, pues para ella ha sido creado. También necesita amor, el hombre es una criatura que necesita amar y ser amado, porque el también ha sido creado por el sumo Amor que es el Señor y creado para amar y ser amado eternamente. Y sobre todo necesita el conocimiento de la Verdad, necesita conocer la Verdad, que es el Señor. Ya en esta vida vemos que el hombre es sumamente curioso, necesita conocer todo y sobre todo, lo que se refiere aquello a lo que ama, porque cuando se ama se desea conocer todo sobre el amado, ya que como ya hemos dicho, él ha sido creado para amar y ser amado por su Creador que es la suma Verdad.

            Pero en relación a la Verdad, hay que distinguir que ella tiene dos vertientes o facetas. Porque todo en nosotros, dado que somos cuerpo material y alma espiritual, todo repito, tiene esas dos facetas una espiritual correspondiente a las necesidades de nuestra alma y otra material correspondiente a las necesidades de nuestro cuerpo. Pero como resulta que en nosotros, más nos domina nuestro cuerpo que nuestra alma, es por lo que estamos más acostumbrados,  a ver solo la parte material y muchas veces no distinguimos entre las consecuencias del orden material y las del orden espiritual, que podemos encontrar en muchos conceptos y reflexiones que nos hacemos.

            Es por ello, que en la apreciación de la Verdad hay que distinguir entre la Verdad espiritual y la verdad material. La conversación entre el Señor y Pilatos nos aclara esto: "Le dijo entonces Pilato: ¿Luego tú eres rey? Respondió Jesús: Tú dices que soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la Verdad; todo el que es de la Verdad oye mi voz. Pilato le dijo: ¿Y qué es la verdad? Y dicho esto, de nuevo salió a los judíos y les dijo: Yo no hallo en éste ningún delito”. (Jn 18,37-38). El Señor, se refería a la única Verdad verdadera, a Él mismo que es la Verdad inmutable. Pilatos solo conocía las verdades materiales mutables, por ello escépticamente comentó. ¿Y que es la verdad? Porque la verdad material humana, si no se apoya en la inmutabilidad de la Verdad espiritual, es siempre falsa y aunque tenga visos de veracidad, si no se apoya en la única Verdad que es  el Señor, será en todo caso un sofisma. 

            Nuestra vida material está plena de falsas verdades y no solo actuales sino históricas. Se dice que la verdad histórica la escriben los vencedores. Desde siempre hemos leído que, por ejemplo, en las guerras púnicas entre romanos y cartaginenses, los romanos eran los buenos y los malos eran los cartaginenses. Desde luego que los romanos fueron los vencedores y escribieron la historia. Pienso que Pilatos, carente de una visión espiritual, materialmente tenia razón, cada pueblo y cada persona tiene su razón verdadera. Nosotros pensamos que hicimos una buena labor en américa y los ingleses hicieron una mala labor exterminando de los indios, pero ellos piensan que los malos fuimos nosotros que nos llevamos el oro de américa. Cada uno tiene su verdad y si esta no se entronca ni se apoya en la Verdad espiritual que es el Señor, la verdad es falsa y el mundo está lleno de falsas verdades, como por ejemplo la que desvirtúa a los papas del renacimiento o el tema de la Inquisición, temas manejados y propagados hábilmente en el mundo, por los protestantes en todas sus ramas heréticas.

            La Verdad espiritual que es Dios mismo, podemos y debemos de alcanzarla y para ello hay que seguir las indicaciones del Señor: "Díjole Tomás: No sabemos adónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me habéis conocido, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora le conocéis y le habéis visto”. (Jn 14,5-7). Efectivamente, Él es el camino, la Verdad y la vida.

            Volviendo a Fulton Sheen. El hombre necesita vida, y por ello busca una plenitud de vida, y esa vida que busca aquí abajo jamás la encontrará, porque él está hecho para una vida eterna. Esta hecho para amar y ser amado y no solo aquí, en esta vida terrenal y caduca, sino para la vida eterna, a la que muchas veces sin él saberlo, su alma se lo solicita y él,  hundido en el fango de la materia, no acierta ni a ver ni a comprender. Y esa vida que su alma sabe que existe y la desea, ella misma su alma, le incita a buscarla, pero solo puede lograrla alcanzando la Verdad que es el Señor. Y para alcanzar esa Verdad ha de recorrer un camino, razón por la cual a nosotros se nos llama viadores o peregrinos caminando hacia la eternidad.

            Pero para caminar en la buena dirección, hay que tomar un modelo al que hay que serle fiel. Y para ser fiel, para tener fidelidad, hemos de imitar. Nuestro modelo es bien claro y patente, es el mismo Jesucristo que se hizo hombre para redimirnos de la esclavitud de satanás. Él y solo Él es la autentica Verdad. Pero como antes decíamos, también existe una verdad material y ella para que sea auténtica tiene que estar entroncada con la Verdad espiritual, que es el Señor. Por ello, solo podemos encontrar una autentica verdad material, si previamente estamos ya caminando hacia el amor de la Verdad espiritual que es el Señor. Porque solo Él es la autentica Verdad.

            Teniendo en cuanta todo los ya escrito, es como le encontramos sentido a las palabras del Señor, cuando dijo: "Jesús decía a los judíos que había creído en El: Si permanecéis en mi palabra, seréis en verdad discípulos míos  y conoceréis la verdad, y la verdad os librará. Les respondieron ellos: Somos linaje de Abraham, y de nadie hemos sido jamás siervos; ¿cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les contestó: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es siervo del pecado. El siervo no permanece en la casa para siempre; el hijo permanece para siempre. Si, pues, el Hijo os librare seréis verdaderamente libres”. (Jn 8,31-36).

            La Verdad auténtica, que es el Señor, tiene su antítesis en el maligno que es el padre de la mentira, por ello más adelante, dentro de este mismo capitulo 8, el Señor les dice a los judíos: “¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra. Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio  no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira. Pero a mí, porque os digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis? El que es de Dios oye las palabras de Dios; por eso vosotros no las oís, por que no sois de Dios”. (Jn 8,43-45).  

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

            Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-        Libro. BUSCAR A DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461164516

-        Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 

-        Calumnia y difamación. Glosa del 15-02-10

-        ¿Es buena la objetividad? Glosa del 12-10-10

-        Solo la Verdad salva. Glosa del 26-01-11

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