¿Sólo para padres?
El otro día, mientras llevaba a mis hijos al colegio, les planteé este enigma:
¿En qué se diferencia un día de un cristiano, de un día de uno… que no lo es?
Para mayor claridad (e intención) les propuse que esas diferencias las concretaran en la primera hora de un día cualquiera de colegio, es decir, en qué se diferencia un cristiano de uno que no lo es desde que suena el despertador (8.00 h.) hasta que suena el timbre para entrar al cole (9.00 h.)
La primera respuesta no se hizo esperar:
“¡Está claro!… en que uno reza y el otro, no”.
“Bien, vale pero… ¿sólo en eso? Venga algo más se os ocurrirá”.
Por sus caras deduje que la cosa se les complicaba inesperadamente, pero aceptaron el reto, así que quedamos que por la noche resolveríamos juntos el enigma. Y esa noche en la cena llegamos a estas cuatro diferencias:
Primera.- El que lo es: se despierta, apaga el despertador y su primer pensamiento es para Dios. Y es que el cristiano desea una RELACION PERSONAL CON DIOS por eso no concibe iniciar el día sin Él, pues en su vida y ante todo, quiere Amarle inmensamente.
El que no lo es: se despierta sin más.
Segunda.– El que lo es: durante el desayuno, yendo en el coche, en la fila,… con sus padres, con su hermana, con los compañeros, con todos aprende a tener en cuenta lo de “primero los demás, luego yo” porque sabe que amar a los demás como a uno mismo, es LA AUTENTICA SEÑAL del cristiano.
El que no lo es: va más a lo suyo.
Tercera. - Al que lo es, cada vez menos sus padres tienen que andar con el "venga levántate que llegas tarde… vamos pega un bote y haz la cama…” porque como cristiano quiere perfeccionarse y por eso aprende (su inteligencia se lo dice) que a la pereza es bueno combatirla con voluntad y que si su cuerpo o sus ganas le vencen, él debe responder con la virtud de la diligencia. El cristiano es el hombre que ASPIRA A SER PERFECTO y para ello aprende a guiarse de ese “trinomio”de inteligencia, voluntad y virtud.
El que no lo es: pues eso… “a trancas y barrancas”, porque se lo mandan y de mala manera.
Y Cuarta. - Al cristiano mejorar su entorno le interesa, el Mundo le interesa, los demás le interesan, por eso saluda y sonríe dando los buenos días, se preocupa de que las cosas se hagan bien, “pasa” de modas tontas y aprende a divertirse y ser divertido con los amigos, etc. El cristianismo propugna la “CIVILIZACION DEL OTRO”,
Para el que no lo es, lo que importa es la civilización "del yo": mi tiempo, mis cosas, mis gustos, mi plan…
En resumen el cristiano:
- desea y cultiva una relación personal con Dios,
- tiene la señal: el amor entre cristianos,