Progresista no es partidario del progreso, igual que comunista no es el amigo de la comunidad
Montones de personas, y también periodistas (a los que habría que suponer más "enteraos") cuando critican algunos comportamientos negativos de personas públicas o de entidades políticas o sociales que se autoconsideran "progres" emplean la manida frase "ese no es progresista", rindiéndose a considerar el concepto progresista como positivo.
La palabra progresista, al tener la misma raiz que progreso, mucha gente le adjudica una connotación buena.
Un caso muy manido por extendido y que todos hemos escuchado es el de un político del PSOE que en su gestión perjudica a los trabajadores y se le afea que no actua como socialista. Cuando precisamente perjudica a los trabajadores por actuar como socialista.
La causa es que hemos aceptado, rindiendonos, la mayor parte de las veces inconscientes de ello, a las tesis de que es socialismo es bueno porque lo asimilamos con la búsqueda de lo social.
Indicábamos en un post anterior, el cual retomo, que quien controla el lenguaje impone el Discurso Cultural Dominante mecesario para el control ideológico de la sociedad:
Y por ello se produce la manipulación del lenguaje.
Como enseñaba un pensador hoy maldito, la Babel de nuestro tiempo no está en la confusión de lenguas, sino en la confusión de conceptos; y esta confusión es mucho más dañina que aquélla.
Aquélla se resuelve con los traductores políglotas, los diccionarios, y actualmente, con los programas informáticos, pero la confusión ideológica requiere de un esfuerzo de la voluntad primero, y de la inteligencia, después, a fin de que sea posible entendernos.
- Una de las confusiones ideológicas a que nos referimos, y que hoy constituye un lugar común, surge del empleo de una misma palabra para expresar conceptos distintos y aún antagónicos. En este sentido hay palabras que no son unívocas, sino equívocas, porque son portadoras no de un solo mensaje, sino de mensajes contradictorios.
Tal ocurre, por ejemplo con vocablos tan usuales como Iglesia, paz, libertad, democracia, monarquía, etc..
- La segunda de las confusiones consiste en el enredo voluntario entre palabras homófonas, que suenan parecido, pero antitéticas, que suponen conceptos o juicios opuestos.
Así ocurre con unidad y uniformidad [1] , social y socialista [2] , libertad y liberalismo [3] , pacíficos y pacifistas [4] , comunidad y comunismo, etc...
- Un tercer grupo de confusiones es entre palabras diferentes que encierran conceptos diferentes, incluso opuestos, y que, en principio, sería complicado confundir si no se promoviera esa confusión de forma deliberada.
Por ejemplo la que se produce entre patriotismo y nacionalismo, propiedad privada y capitalismo.
- Mantegamos también la alerta en otros campos del lenguaje si no queremos hacernos complices de algunos de los males que padecemos, como el apoyo que de forma inadvertida dan muchos medios a los separatismos cuando, por ejemplo, dan el nombre de grupo parlamentario con el gentilicio de la región a la representación política del partido secesionista, cuando éstos no representan ni la quinta parte de los votos emitidos y la cuarta parte de sus representantes en Cortes [5] .
- Por último también se produce una manipulación del lenguaje transformando palabras, que en principio debieran ser neutras e incluso encerrar conceptos positivos, para satanizarlas.
Y lo peor es que estos tipos de confusiones, que son potenciadas por los media del Sistema están logrando tomar carta de naturaleza en la sociedad y son aceptadas entre las personas e instituciones que son afectadas por estas manipulaciones, sin que se reaccione en muchas ocasiones.
No seamos nosotros complices, por acción, pero también por omisión, en el avance de esta prostitución del lenguaje que supone nuestro "colaboracionismo" con los que quieren imponer un Nuevo Orden social, opuesto al basado en los valores cristianos.
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Es la misma diferencia que podemos ver entre la unión espiritual que se respiraba en la España del siglo de oro, donde, a pesar de aduanas interiores, diferentes legislaciones locales, etc, prevalecia la unidad fruto de la creencia de una misión común, frente a la uniformidad de la España de las autonomías donde la "homologación" a Europa, el "discurso cultural dominante", etc... crea una sociedad monótona y dirigida y donde el "pensamiento único" impone su tiranía.
Como resultado del éxito de esta confusión mucha gente, asumiento el engaño incautamente, se asombra de que bajo gobiernos socialistas las empresas financieras crezcan escandalosamete, mientras la legislación laboral crea los contratos basura y el desempleo se dispara, cuando la pauperización social esta dentro de la naturaleza del socialismo y es necesaria para que este se autojustifique.
El "liberalismo", sin embargo, basado en el relativismo filosófico, es la inseguridad juridica y la tiranía económica, es el darwinismo social y la dictadura del número en las urnas frente a la persona individual.
Por ejemplo hablar del Grupo Vasco del Congreso cuando uno se refiere al partido separatista, que va contra los intereses de los vascos, PNV
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