Lunes, 25 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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¿Aún habla Dios con las personas?

por Juan del Carmelo

           Esta es una historia más…, de las que llegan a mis manos por diversos caminos y concretamente esta, me da pie para tratar de un tema que creo que a todos nos interesa. La historia, puede ser verídica o inventada, no lo sé, pero tantas probabilidades tienen de ser una cosa o la otra y en todo caso nos sirve para nuestros comentarios y reflexiones, sobre las formas que Dios tiene de hablarnos. Hay quienes piensan que el Señor no se prodiga hoy en día en la forma que se prodigaba en el A. T. y esto no es así. Son varias las veces que el Señor habló directamente  a determinados personajes bíblicos, pero no asociemos la voz de Dios con su presencia física, pues a ninguno se le apareció, generalmente las apariciones eran de ángeles. Por otro lado estas voces divinas y apariciones angélicas no fueron tantas y ellas están repartidas entre 3.985 años, que son los años que median, de acuerdo con el A.T. entre la creación de Adán y el nacimiento de nuestro Señor en Belén. En los dos mil años posteriores al nacimiento de nuestro Señor, conocemos un sinfín de apariciones privadas que como es normal, nunca entrañan la visión directa del Señor, porque a Dios en este mundo nadie lo ha visto: “A Dios nadie le vio jamás; Dios unigénito que está en el seno del Padre, ese le ha dado a conocer”. (Jn 1,18). Lo que sí han abundado y modernamente más, son las apariciones marianas. La historia a narrar es la siguiente:

 

Un joven, con preocupación por el desarrollo de su vida espiritual, fue a una reunión de personas con sus mismas inquietudes, en casa de un matrimonio amigo que los había convocados. Era una noche francamente desapacible de un jueves, y a la mañana siguiente tenía que levantarse temprano para ir a su trabajo.

            En la reunión, después de tomar unos una taza de café con leche y otros una taza de té con algunas piezas de biscochos y bollería, pasaron a comentar varios temas religiosos. Empezaron comentando la necesidad de cumplimentar la voluntad de Dios y lo difícil que esto puede ser cuando se tiene dudas. Uno de los que estaban en la tertulia, comentó: Antiguamente, Dios hablaba a las personas y más de una vez, esto lo podemos leer en el Antiguo testamento, pero ahora Dios no habla como antes. Cada uno de los presentes, dio su opinión sobre este tema y nuestro joven protagonista, no dijo nada pero le impactó fuertemente el tema acerca del hecho de que antiguamente Dios hablase más que ahora, o al menos lo hiciese de forma diferente y casi no prestó atención al resto de las conversaciones pensando en esto de cómo nos habla Dios  y de sí Dios actualmente le habla a alguien directamente.

            Terminó la reunión, se despidió de todos y entró en su coche para ir a su casa pues ya era tarde, y al día siguiente tenía que madrugar, pues le esperaba mucho trabajo pendiente. Siguió pensando en Dios  y mentalmente le invocó diciéndole: Señor si aún hablas con las personas, habla conmigo. Yo te escuchare. Haré todo para obedecerte. Y mientras conducía por la avenida principal de la ciudad, tuvo un pensamiento muy extraño, como si una voz hablase dentro de su cabeza: "Para  y compra un litro de leche". El movió su cabeza y dijo en alto: Dios, ¿eres tú, Señor? No obtuvo respuesta y continuó dirigiéndose para su casa. Sin embargo, nuevamente, surgió el pensamiento: "Compra un litro de leche". El joven pensó en el pasaje de la Biblia que habla de Samuel y cómo él no reconoció la voz de Dios, y cómo Dios habló con Samuel. ¡Muy bien, Señor! En caso seas el Señor o no, voy a comprar la leche. Así que paró, compró la leche y reinició su camino a casa. Cuando pasaba por la séptima avenida, nuevamente sintió una llamada: “Gira en aquella calle". Esto es una locura pensó y medio bromeando, se dijo en voz alta: "Muy bien, Señor. Lo haré". Siguió avanzando algunas manzanas cuando de repente sintió que debía parar.

Se detuvo y miró a su alrededor. Era un área mixta comercial y residencial. No era la mejor área, más también no era la peor de la vecindad. Los establecimientos estaban cerrados y la mayoría de las casas estaban a oscuras, como si las personas ya se hubiesen ido a dormir, excepto una del otro lado de la calle y que estaba cerca. Nuevamente, sintió algo, "Ve y dale la leche a las personas que están en aquella casa del otro lado de la calle". El joven miró la casa. Comenzó a abrir la puerta del coche, pero se volvió a sentar.  "¡Señor, esto es una locura! ¿Cómo puedo ir a una casa extraña en medio de la noche?". Una vez más, sintió que debería ir a dar la leche. Finalmente, abrió la puerta, "Muy bien, Dios, si eres el Señor, iré y entregaré la leche a aquellas personas”.

Atravesó la calle y toco el timbre. Pudo oír un ruido viniendo desde dentro, parecido al llanto de un bebé.  La voz de un hombre sonó alto: ¿Quién está ahí? ¿Qué quiere? La puerta se abrió antes que el joven pudiese huir. De pie, estaba un hombre, tenía un olor extraño y no parecía feliz de ver a un desconocido de pie en la puerta de su casa. "¿Qué pasa?". El joven le entrego la botella de leche. "Compré esto para ustedes". El hombre tomó la leche y corrió adentro hablando alto. Después, una mujer pasó por el corredor con la leche en dirección a la cocina.
El hombre la seguía, sosteniendo en brazos un bebé que lloraba. Lagrimas corrían por el rostro del hombre y luego comenzó a hablar, medio sollozando: "Nosotros oramos". Tenemos muchas cuentas que pagar este mes y nuestro dinero se había acabado. No teníamos más leche para nuestro bebe. Apenas ore le pedí a Dios que me mostrase una manera de conseguir leche. Su esposa grito desde la cocina: “Pedí a Dios que me mandara un ángel con un poco... ¿Ud. es un ángel?”. El joven tomó su cartera y sacó todo el dinero que había en ella y lo colocó en las manos del hombre. Se dio media vuelta y se fue a su vehículo, emocionado. El experimentó que Dios, todavía responde los pedidos de los justos.

 

            Indudablemente que Dios nos está continuamente hablando y tratándonos como si cada uno de nosotros y eso que somos ya actualmente 7.000 MM de seres humanos, como si fuésemos la única persona que existiese sobre este mundo. Su infinitud le permite esto y muchas más cosas, que nuestra pobre mente limitadísima no alcanza a comprender. Todo lo que nos dice es para guiarnos a lo único que a Él le interesa, nuestro deseo de amor hacia Él y nuestra eterna salvación. A demás de estas ideas dichas, debemos también tener en cuenta para comprender al señor, que Él como Espíritu puro que es, siempre cuando nos habla se dirige a nuestra mente que ahora es la parte eterna de nuestra persona y nunca a nuestro  cuerpo corruptible.

 

            Y dicho lo anterior, uno se pregunta: ¿Cómo nos habla Dios? Dios nos habla de muchas y variadas formas. Si miramos admirados la belleza de los campos, mares, ríos, montañas, bosques, sol, luna estrellas o cualquier otra maravilla de la naturaleza que nos rodea, es Dios quien nos habla, porque nos permite que apreciemos toda estas bellezas y pensemos en su Creador que es Él y solo Él. Si  a lo largo de nuestra vida nos quedamos admirados por una casualidad inexplicable que nos beneficia, es Dios quien nos habla para que meditemos lo mucho que nos quiere. Si somos sujetos de una desgracia imprevista, es también Dios el que nos habla para que reaccionemos y abandonemos el equivocado camino que estamos llevando. ¡Cuántas conversiones! que han sido el inicio de una maravillosa vida de amor al Señor, se han iniciado con una desgracia personal.  En todos los acontecimientos que ocurren alrededor de nuestras vidas, está la mano de Dios tratando de que tomemos nota de lo acertado o desacertado del camino que estamos recorriendo, porque nunca hemos de olvidar, que él está más interesado en nuestra propia salvación que nosotros mismos.

 

            Ahora bien, dicho lo anterior también es de considerar, que tener una clara visión de las actuaciones Dios y ver con perfección su mano es necesario tener un cierto grado de vida espiritual, haber comenzado al menos a limpiar las legañas de nuestros ojos espirituales, pues ellos son los únicos que están capacitados para ver a Dios, porque aquí los ojos de nuestra alma, para nada nos sirven. Desde luego que cuanto más desarrollada esté la vida espiritual de una persona, con mayor claridad acertará a ver la mano de Dios, y también la del demonio, en todo lo que la rodea.

 

            Se dice, que nosotros rezamos a Dios hablando y Él nos contesta cuando leemos y desde luego esto funciona así. Un mismo libro puede ser leído por una persona, sin que nada de su contenido le impacte y a otra le deja pensativo cada línea del mismo libro de que se trate. Personalmente, más de una vez me ha pasado, que he empezado a leer un libro de espiritualidad, y en el segundo capítulo  lo he dejado por ser ladrillo insoportable; un par de años después, he retomado el mismo libro y lo he encontrado maravilloso.

  

            Dios, en este caso la persona del Espíritu Santo, también utiliza las inspiraciones y mociones que pone en nuestra alma y que nos incitan a la realización del bien, al igual que el demonio a sensu contrario, nos tienta con el deseo de realizar el mal ofendiendo al Señor. Frente a las tentaciones demoniaca y las inspiraciones y mociones del Espíritu Santo, nosotros disponemos de nuestra voluntad, que puede rechazar unas y admitir otras o viceversa. En todo caso, nuestra voluntad es libre y autónoma y el demonio no puede entrar en ella, de la misma forma que Dios si lo desea puede entrar, pero eso nunca lo hará pues ellos sería, intervenís en nuestro libre albedrío, y Él quiere que vayamos hacia Él por amor y convicción y nunca llevados a Él a rastras.

 

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-                  Libro. LA HUELLA DE DIOS. Isbn.- www.readontime.com/isbn=9788461164523

-                  Libro. MILAGROS EN LA EUCARISTÍA.- www.readontime.com/isbn=9788461179091

-                  MOSAICO ESPIRITUAL.- www.readontime.com/isbn=9788461220595

-        Experiencias en libros de carácter espiritual. Glosa del 25-08-10

-        Sentidos del alma. Glosa del 21-12-09

-        Visión corporal, visión espiritual. Glosa del 22-08-11

-        Cincelar la visión de nuestra alma. Glosa del 13-07-11

-        ¿Qué nos dice el Señor cuando nos escribe? Glosa del 22-01-11

Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

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