Dedicado a la pastoral con los sordos
Aciprensa
El P. Hugo Otaíza López, conocido en Chile por su servicio pastoral a las personas con discapacidad auditiva, falleció el jueves 16 de agosto a los 88 años de edad.
El P. Otaíza dedicó sus más de 60 años de vida religiosa a transmitir la Palabra de Dios a los católicos con discapacidad auditiva, celebrando Misas en lenguaje de señas y trabajando pastoralmente con personas con capacidades diferentes.
El sacerdote diocesano residía en la casa destinada a presbíteros ancianos y enfermos de la Arquidiócesis de Santiago.
Su cuerpo es velado en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la comuna de Providencia. La Misa de exequias se realizará el sábado 18 de agosto a mediodía y su funeral a las 2:00 p.m. en el Cementerio Católico de Santiago.
Cada domingo, personas de distintos puntos de Santiago llegaban hasta la parroquia San Francisco de Sales para asistir a la Misa que a las 10:00 p.m. celebraba el P. Otaíza para los fieles con discapacidad auditiva.
“Comencé con discapacitados mentales, formando grupos estables en diferentes zonas pastorales de Santiago para realizar catequesis especiales. Creo que algunos aún continúan funcionando”, dijo el sacerdote en una entrevista al Periódico Encuentro en 2014.
Entró al seminario a los 18 años y fue ordenado sacerdote en 1956. A mediados de los años 70, cuando asumió como párroco de la parroquia San Isidro, conoció a personas con discapacidad auditiva y que más adelante formarían la Comunidad Católica de Sordos Oyentes.
A los 24 años decidió aprender el lenguaje de señas, el cual aprendió muy rápido y que lo llevó al trabajo pastoral con estas personas.
En 2012 llegó el momento de su jubilación, pero el P. Otaíza todavía se sentía con ánimo y ganas de seguir trabajando. Continuó, entonces, celebrando Misas en lenguaje de señas y con pizarra en la parroquia San Francisco de Sales.
Además de la Eucaristía, el sacerdote también se dedicó a confesar y celebrar distintas ceremonias en lenguaje de señas, como matrimonios, bautizos y primeras comuniones.
La celebración más significativa era la del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, cuando el P. Otaíza celebraba la Misa en la parroquia San Andrés, hasta donde llegaban personas con discapacidad auditiva de diferentes partes de Chile.
“Hemos hecho un largo trabajo pastoral. A la larga, se ha establecido una comunicación personal entre ellos y yo, incluso tenemos signos propios para entendernos”, contó el sacerdote al Periódico Encuentro.
En esa misma entrevista, el pastor confesó que una de sus principales inquietudes era que cuando él ya no esté, los católicos con discapacidad auditiva no queden a la deriva. “En este sentido el futuro es bien incierto”, expresó entonces.
Descanse en paz.