¿Sabía usted que Dios mandó hacer imágenes? (I)
Después de una interrupción de unos días sobre el tema de las imágenes porque creí conveniente tratar un par de temas de actualidad. Hoy seguimos con el tema de las imágenes.
Dicen algunos que hay que retirar las imágenes porque hay que adorar sólo a Dios. Pero lo que pasa es que el mismo Dios manda construir imágenes: “No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso” (Ex. 20, 3-5). Si tener imágenes en casa o en la Iglesia fuese malo, Dios no habría mandado hacer imágenes. Sin embargo, Dios le manda a Moisés: Harás igualmente dos querubines de oro; los harás de oro labrado a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. (Ex. 25, 18).
También cuando moría mucha gente por las mordeduras de las serpientes, le dijo: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. (Nm 21,8).
Otros ejemplos de imágenes permitidas por Dios en el AT: "Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio" (Ex 25, 18-20).
En II de Crónicas, 3, 7 se dice: “Recubrió de oro la Casa, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas, y esculpió querubines sobre las paredes”.
Y en 1014 se dice nada menos que esto: “En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revistió de oro. Las alas de los querubines tenían veinte codos de largo. Un ala era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y tocaba el ala del otro querubín. El ala del segundo querubín era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y pegaba con el ala del primer querubín… Hizo también el velo de púrpura violeta, púrpura escarlata, carmesí y lino fino, y en él hizo poner querubines”.
Los manda poner no para adorarlos, sino como símbolo de la adoración de los ángeles como invitación para que nosotros adoremos a Dios.
Es absolutamente falso que los católicos adoremos imágenes. La foto del esposo no es una necesidad para la esposa, pero la ayuda a recordarlo. Es tan sólo un signo que facilita el recuerdo. El cristiano tampoco necesita imágenes para orar. Tan sólo son una ayuda para elevar los sentidos. El hombre siempre ha usado pintura, figuras, dibujos, esculturas, etc. Estos medios sirven para ayudarnos a visualizar lo invisible; para explicar lo que no se puede explicar con palabras.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica ( 2130) “Ya en el Antiguo Testamento, Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado.Las primeras comunidades cristianas representaban al Salvador del mundo con imágenes del Buen Pastor; mas adelante aparecen las del Cordero Pascual y otros iconos representando la vida de Cristo. Testigo de todo esto son las catacumbas donde aún se conservan imágenes hechas por los primeros cristianos. Estas imágenes dan testimonio de su fe y del uso de las imágenes.
(Continuará)
José Gea
Dicen algunos que hay que retirar las imágenes porque hay que adorar sólo a Dios. Pero lo que pasa es que el mismo Dios manda construir imágenes: “No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso” (Ex. 20, 3-5). Si tener imágenes en casa o en la Iglesia fuese malo, Dios no habría mandado hacer imágenes. Sin embargo, Dios le manda a Moisés: Harás igualmente dos querubines de oro; los harás de oro labrado a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. (Ex. 25, 18).
También cuando moría mucha gente por las mordeduras de las serpientes, le dijo: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. (Nm 21,8).
Otros ejemplos de imágenes permitidas por Dios en el AT: "Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio" (Ex 25, 18-20).
En II de Crónicas, 3, 7 se dice: “Recubrió de oro la Casa, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas, y esculpió querubines sobre las paredes”.
Y en 1014 se dice nada menos que esto: “En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que revistió de oro. Las alas de los querubines tenían veinte codos de largo. Un ala era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y tocaba el ala del otro querubín. El ala del segundo querubín era de cinco codos y tocaba la pared de la sala; la otra ala tenía también cinco codos y pegaba con el ala del primer querubín… Hizo también el velo de púrpura violeta, púrpura escarlata, carmesí y lino fino, y en él hizo poner querubines”.
Los manda poner no para adorarlos, sino como símbolo de la adoración de los ángeles como invitación para que nosotros adoremos a Dios.
Es absolutamente falso que los católicos adoremos imágenes. La foto del esposo no es una necesidad para la esposa, pero la ayuda a recordarlo. Es tan sólo un signo que facilita el recuerdo. El cristiano tampoco necesita imágenes para orar. Tan sólo son una ayuda para elevar los sentidos. El hombre siempre ha usado pintura, figuras, dibujos, esculturas, etc. Estos medios sirven para ayudarnos a visualizar lo invisible; para explicar lo que no se puede explicar con palabras.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica ( 2130) “Ya en el Antiguo Testamento, Dios ordenó o permitió la institución de imágenes que conducirían simbólicamente a la salvación por el Verbo encarnado.Las primeras comunidades cristianas representaban al Salvador del mundo con imágenes del Buen Pastor; mas adelante aparecen las del Cordero Pascual y otros iconos representando la vida de Cristo. Testigo de todo esto son las catacumbas donde aún se conservan imágenes hechas por los primeros cristianos. Estas imágenes dan testimonio de su fe y del uso de las imágenes.
(Continuará)
José Gea
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