Lunes, 25 de noviembre de 2024

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Rompecabezas de preguntas

por Juan del Carmelo

           A diferencia de los distintos productos que podemos comprar…, que todos ellos viene con un manual de instrucciones, el ser humano lo mismo que el ser animal que viene a este mundo, viene sin ningún manual de instrucciones y mantenimiento. ¡Claro que! Dios que todo lo tiene previsto!, y debió de pensar que este manual no nos era muy necesario, visto el poco caso que le hacemos a los que se acompañan a nuestro productos manufacturados, pues siempre ponemos en marcha estos, sin leer las instrucciones con las que no los venden. Y lo que suele ocurrir es que rompemos el producto y nos quejamos, de lo mal que se fabrica hoy en día, porque eso de reconocer nuestra ignorancia, atrevimiento o soberbia, ¡eso jamás! Nosotros somos demasiados listos como para tener la culpa de algo.

 

            Desde luego, está claro, que venimos al mundo sin libro de instrucciones, pero a cambio traemos nuestras cabezas con unas mentes en las que existe un rompecabezas, pleno de preguntas de todo orden, tanto del orden material como del espiritual. Y en la medida que vamos abriendo los ojos a la vida, empezamos a requerir a nuestros padres y a todos los mayores que nos rodean, con preguntas de todo orden. Las repuestas a estas preguntas, nos van encajando en nuestras mentes las piezas del gran rompecabezas que tenemos en nuestra mente y con el cual hemos nacido.

 

            Unos tienen un espíritu más inquisitivo y cuando ya no encuentra contestaciones verbales a sus preguntas, echan mano de los libros y los hay que llegan hasta más de los ochenta años, sin parar de leer con lo que obtienen un gran caudal de conocimientos, aunque es tanto lo que se puede llegar a saber, que nadie se muere sin haber logrado organizar en su mente todos los rompecabezas, que el conocimiento humano hoy en día le ofrece. Sobre esta clase de personas el resto de los mortales, decimos que tiene una cabeza muy bien amueblada. Pero también las hay que en extremo opuesto, en su vida cogen un libro, no vaya a ser que este les muerda, aunque es de pensar que quizás esta clase de personas lleven razón, porque hay tal bazofia de libros y tanto daño ocasionan a mentes sencillas, que el maligno, no hace otra cosa que frotarse las manos de satisfacción.

 

            Los rompecabezas de preguntas, que existen en nuestras mentes, pueden pertenecer a dos distintos órdenes, al material y al espiritual, porque bien sabemos que tenemos cuerpo y un alma, aunque eso de tener alma, hasta los hay que lo niegan y se auto equiparan a los animales, lo cual no tiene nada de extraño, porque el que así piensa es un animal intelectual, y pongo el adjetivo intelectual, para que no suene lo que digo a insulto, ya que está muy lejos de mí el insultar a un ser humano creado por mi Dios.

 

            Lo que aquí nos interesa, es el que podríamos llamar rompecabezas de carácter espiritual, el cual no aparece en la mente humana con retraso sobre el rompecabezas material, y conforma va aumentando la edad corporal va teniendo más trascendencia e importancia el rompecabezas espiritual que el material. La gran diferencia que existe entre ambos, es la de que si bien en el orden material, los rompecabezas se pueden llegar a completar, por encontrarse con total evidencia las respuestas correctas a todas las preguntas. No ocurre así con el rompecabezas espiritual, en el cual existe sobre todo una pregunta, sobre la que ningún ser humano puede obtener la evidencia de una respuesta, sea esta, positiva o negativa. Naturalmente me estoy refiriendo a la pregunta del millón: ¿Existe Dios?

 

            En la encíclica “Veritatis splendor” Juan Pablo II hace alusión a las preguntas transcendentes que acucian al hombre al decir que:  “Por otra parte, son elementos de los cuales depende la «respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana que, hoy como ayer, conmueven íntimamente los corazones: ¿Qué es el hombre?, ¿cuál es el sentido y el fin de nuestra vida?, ¿qué es el bien y qué el pecado?, ¿cuál es el origen y el fin del dolor?, ¿cuál es el camino para conseguir la verdadera felicidad?, ¿qué es la muerte, el juicio y la retribución después de la muerte?, ¿cuál es, finalmente, ese misterio último e inefable que abarca nuestra existencia, del que procedemos y hacia el que nos dirigimos?”.

 

            La mayoría de las preguntas trascendentes, que el hombre se hace, tienen su base u origen en el hecho de que el ser humano no está hecho para este mundo, aquí está solo de paso, estamos atravesando un puente que nos lleva desde la nada desde donde Dios nos sacó, hasta el encuentro con nuestro Creador, y solo se trata de cruzar un puente, aunque algunos se emperren en construir su casa en medio del puente y construirla pesando y actuando como si eternamente se fuesen a quedar en medio del puente. Aquí solo estamos para ser calibrados en relación a nuestra capacidad de amar al que más nos ama, al Señor, que lo es todo para nosotros, que nos ama locamente. Mucho más de lo que nos pueda amar terrenalmente, nuestra madre, nuestro padre, nuestra mujer,  nuestros hijos, nuestros hermanos o hermanas, nada es comparable al amor que el Señor nos tiene. Él es nuestra roca, nuestro refugio nuestro amor eterno.

 

            Pero sin apartarnos de la idea de los rompecabezas mentales, los espirituales son mucho más difíciles de organizar, porque las preguntas que nos pueden dar la clave, para la ordenación de las piezas del rompecabezas, no las vamos nunca a encontrar ni en nuestro cuerpo ni en la materia de nuestro mundo, que nos rodea. Tenemos que entrar en el interior de nuestra alma, y desde allí sumergirnos en el amor de nuestro Amado, para encontrar respuestas. Esa es la vida espiritual, la que tenemos que cuidar y desarrollar, y en la medida en que avancemos en nuestra vida interior, veremos como sorprendentemente, encontramos muchas respuestas con una categoría de lógica aplastante y las piezas de nuestro rompecabezas mental se van colocando cada una en su sitio.

 

            Será entonces cuando podremos llegar a pensar que no necesitamos que nos hablen en parábolas: “Acercándosele los discípulos, le dijeron: ¿Porque les hablas en parábolas? Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido dado a conocer los misterios del reino de los cielos; pero a esos, no. Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado. Por esto les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden; y se cumple con ellos la profecía de Isaías que dice: "Cierto oiréis y no entenderéis, veréis y no conoceréis. Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender en su corazón y convertirse, que yo los curaría". ¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Pues en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”. (Mt 13,10-17). Es aquí muy significativa la frase: “Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado” Donde lógicamente, el Señor no se está refiriendo ni al dinero ni a los talentos humanos de nuestra mente, sino a sus divinas gracias, que siempre le serán incrementadas al que ha sabido aprovechar las recibidas, y perderá hasta la posibilidad de recibirlas, aquel que no ha sabido apreciar el tremendo don que significa la gracia divina, dada gratuitamente.

 

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-        Libro. RELACIONARSE CON DIOS. Isbn. 978-84-612-2058-8.

-        Preguntas transcendentes. Glosa del 14-01-10

-        Señor creo en Ti. Glosa del 27-05-10

-        ¿Qué es la fe? Glosa del 16-01-11

-        El árbol de la fe. Glosa del 07-12-10

-        Dudas de fe. Glosa del 24-09-09

-        ¿Es dubitativa nuestra fe? Glosa del 26-04-11

-        Fe y razón. Glosa del 12-01-10

-        Fe de carbonero y razón. Glosa del 04-10-10

-        Fortaleza de la fe. Glosa del 20-06-10

-        Vivir la fe. Glosa del 27-12-09

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