Estúpidos, no valéis nada

A veces ciertos hechos obligan a posicionarse. Y por eso mismo, a veces, hay que plantarse ante ciertos “asuntillos” menores a primera vista, pero de largo recorrido después.

1º De nuevo la Mariaemilia (así, de corrido) Casas devolviendo bien los favores. El Tribunal Constitucional español, aberrante instituto jurídico en el que se dio poder a los políticos para elegir a sus miembros, bajo la dirección de la susodicha y en una sentencia cuya ponente es la susodicha, tacha de inconstitucional la práctica del homeschooling de una familia malagueña. Nótese, “malagueña”. Y recuérdese qué autonomía ha sido agraciada con el pleno al quince de lo peor en el informe Pisa. Acertaron. Andalucía.

Esto es, una familia que huye de la deseducación, de la aberración, de la inmoralidad oficial y obligada y, nuestro constitucional tribunal le ordena que no, que vuelvan a la recua, con los demás burros. Que o rebuznan todos o se acaba el chiringuito. La susodicha es clara:

“Sin embargo, según hemos indicado ésta no es la única finalidad que deben perseguir los poderes públicos a la hora de configurar el sistema educativo en general y la enseñanza básica en particular, que han de servir también a la garantía del libre desarrollo de la personalidad individual en el marco de una sociedad democrática y a la formación de ciudadanos respetuosos con los principios democráticos de convivencia y con los derechos y libertades fundamentales, una finalidad ésta que se ve satisfecha más eficazmente mediante un modelo de enseñanza básica en el que el contacto con la sociedad plural y con los diversos y heterogéneos elementos que la integran, lejos de tener lugar de manera puramente ocasional y fragmentaria, forma parte de la experiencia cotidiana que facilita la escolarización. En definitiva, la medida propuesta.”

Sobran palabras. Pensaba que la educación obligatoria trataba de transmitir conocimientos, pues resulta que no. Se trata de formar en valores. Pero ¿cuáles? Si los padres huían de la educación en Andalucía y la Mariaemilia los devuelve a la Andalucía, pues será que la Andalucía lo tenía claro. Y vaya, sin duda alguna. Helos aquí: enséñese que hay derecho a matar fetos, que hay derecho a recibir técnicas sexuales desde los 3 años, que hay derecho a ser de los más zotes de la occidentalidad, y que habrá derecho a matar abuelos o a matar enfermos… Por tanto, también ya desde hoy hay obligación de ser burro, eso sí, con todas las bendiciones oficiales y administrativas. 

Con lo que no proteste y aténgase a las consecuencias en caso de intentar cualquier medida de reacción porque la feroz Mariaemiliacasas -la que tardó incontables años en sentenciar sobre el Estatut- pronta y felizmente le despachará -ahora en escasos meses- todas las maldiciones de tan alto tribunal para devolver a sus hijos al porquil del que no debieron salir. Que para eso si que hay prisas.
 

2º Dice Pacopepe que la maravillosa pluma de Leopoldo Abadía merece ser traída a su blog. Cierto, Abadía es simpático como pocos. Pero en esto, en este tema, no. El leitmotiv de tal artículo traído a colación es simple: “no precuparse” por el mañana. Y donde se destila tal optimismo uno no puede dejar de ver a "alguien que no ve", así de simple. Pues resulta que el Papa reconoce en su libro lo preocupado que está ante el mañana, del mundo y de la Iglesia. Pero Abadía no. Pues perdóneme, pero preocuparse no sé si es práctico, pero de entrada es natural. Resultará ahora que los católicos debemos comulgar con ese optimismo enfermizo que ya denunciara en su día el tal Ratzinger.

Gracias a la preocupación por el mañana la mundana Teresa de Jesús se convirtió en la gran santa Teresa, o los pastorcitos Francisco y Jacinta en pocos años alcanzaron una santidad admirable, desconcertantemente sacrificada y serena. Pero no, ustedes no se preocupen, que así el turrón se degusta mejor.

3º Se le hizo ver estos tiempos a mi querida Ana Catalina Emmerick que, con su desinhibida observación, los describía con sencillez en toda su crudeza espiritual. En aquella ocasión se le dio ver la situación del mundo como una tierra de viñedos. Y mientras avanza por tan desolado escenario de descuido y negligencias, llega a la aldea.

“Vi en ella muchas casas hermosas… Dentro (de ellas) estaba en el más perfecto orden todo cuanto pertenece a la vida; vi allí sentados señores sacerdotes leyendo y estudiando toda suerte de libros inútiles, pero ninguno salía fuera a cultivar la viña.

En el centro de ella había como una especie de aldea en torno de una iglesia, pero no había camino que condujera a ella. Todo estaba lleno de maleza y toda la iglesia cubierta de verdín. En ella se hallaba reservado el Santísimo Sacramento; pero no había ninguna lámpara ante el altar.”
 

Me acordaba de esta visión, de los libros inútiles, en estos días  previos a la Navidad en la que se preparan tantos regalos. Y me acordaba de la cruda descripción del desprecio eucarístico. Con lo fácil que sería volver a poner al Señor en el centro de las Iglesias… Un simple regalo navideño para los fieles, pero me temo que como Mariaemiliacasas no haga algo, no caerá esa breva. Lo tenemos asumido, va en nuestra condición: somos estúpidos y no valemos nada.

- No ha derecho a ser libre para educar a los propios hijos.

- No ha derecho a preocuparse por el mañana.

- No ha derecho a gozar de Nuestro Dios en el centro de Su casa, como manda la cortesía, la educación y el sentido común (me dejo la fe, para no ofender).
 

Lo sé. Lo copiaré cien veces de cara a la pared.

x         cesaruribarri@gmail.com