Ensayo sobre Franco (y 7)
He acabado de escribir un Ensayo sobre el espinoso asunto de la posible exhumación del cadáver de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera de la cripta de la Abadía del Valle de los Caídos.
Desde hoy y en sucesivas entregas iré reproduciendo el Ensayo..
Espero aportar datos para el pensamiento presente y futuro, y para el diálogo de hoy y de mañana. Esta aportación solamente busca el diálogo y la paz.
9.- Reacciones y rechazos
La llegada de la democracia supuso en España que los partidos políticos fueran legales cesando la clandestinidad donde habían parasitado durante años, sin tener el valor de oponerse al único hombre que había vencido en una guerra al comunismo internacional y al socialismo utópico.
Ocurrió, gracias a Dios, que los directivos de los varios partidos viejos y nuevos, hicieron una Transición de la ley a la ley, que fue modélica para todo el mundo, cuando muchos pronosticaban que España volvería a darse bofetadas cainitas.
La Constitución de 1978 fue una obra de concordia y convivencia entre todos los españoles de un bando y otro, de un partido y otro, de unas regiones y otras. Desde esta unidad en el perdón y la reconciliación España comenzó un periodo de paz, de crecimiento económico, de integración en Europa, de prestigio internacional, donde la monarquía se convirtió en el garante de la legalidad, como ocurrió en la intentona golpista del 23 de febrero de 1981.
Y así se turnaron, según mandaban las urnas, unos partidos y otros, la derecha y la izquierda. Hasta que una gris mañana del 11 de marzo de 2004 casi doscientas personas murieron en los trenes de cercanías en Madrid mediante el sistema de bombas activadas por teléfonos móviles. Más de dos mil quinientos heridos acompañaron a los muertos. La verdad pura y dura de aquella masacre aún está por dilucidar, porque una cosa es la verdad juzgada, y otra muy diversa la verdad asumida y aceptada por la lógica y el sentido común.
Las oscuras fuerzas tras aquel horrendo crimen están aún por descubrir. El hecho es que las elecciones generales que se celebraron el día 14 estuvieron mediatizadas por toda la catástrofe ferroviaria. Saliendo un presidente del gobierno por accidente, con el cual comenzó la demolición de toda la España levantada sobre el consenso de la Transición.
Llegó una segunda generación de socialistas al poder, nietos de los habían hecho la guerra y cayeron derrotados por Franco, a quien nunca perdonaron ni podrán perdonar que les venciera con las armas y la razón de la España tradicional en sus manos.
El presidente por accidente, con ciertos aires de iluminado, aconsejado en las zahurdas masónicas, enemigas acérrimas del franquismo sociológico sobre el que se pudo construir la actual democracia, tomó una serie de medidas de ingeniería social incompatibles con la Constitución y el sentido común.
Entre ellas estuvo la inicua llamada ley de memoria histórica, mediante la cual se deseó volver a la “romántica” exaltación republicana de los años treinta, enalteciendo a sus protagonistas, entre los que se encontraba un abuelo del iluminado monclovita de entonces.
Con aquella ley se preparó el camino al rebrote de los odios sociales y pueblerinos enfrentados durante la Guerra Civil. Renacieron las venganzas internas y externas entre las mismas familias, y lo más grave: se justificó cualquier decisión que fuera hacia la anulación de la victoria de Franco y sus consecuencias en todos los órdenes.
La abadía del Valle de los Caídos era, es y será el objeto del deseo socialista para vengarse del caudillo Francisco Franco. Intentaron en el año 2009 ocupar la basílica con una mentira como una catedral: que se estaba deshaciendo la piedra de la Piedad que corona la entrada. Cerraron la iglesia al culto y colocaron un artefacto para impedir que alguien saliera herido.
Los monjes salieron a la calle a celebrar la Misa dominical, en el frio y nevado invierno del año 2009, ya que la gente acudía a la ceremonia con más y mejores actitudes que antes. Era la primera vez que un gobierno cerraba una iglesia desde los tiempos republicanos.
La crisis económica, que el socialismo es siempre incapaz de solucionar, obligó a aquel iluminado a convocar elecciones generales en un 20 de noviembre de 2011. Ganó por mayoría absoluta la derecha acomplejada.
Con la derecha en el poder en mitad de una posible intervención de la economía por parte de las autoridades europeas, lo único importante era la economía y salvar al pueblo español de una catástrofe realmente dura. Así ocurrió.
El partido popular no quitó la ley de memoria histórica, entre otros desmanes legales de los socialistas. Ni siquiera cayeron en la cuenta que el mismo rey Juan Carlos I firmante de la ley estaba deslegitimando su propia monarquía a la luz del mismo texto legal. Lo cual suponía y supone que la monarquía puede ser derribada con arreglo a la misma ley de memoria histórica.
El rey Juan Carlos I consideró abdicar en su hijo Felipe VI, quien es el que está protagonizando los momentos más duros de la historia española de estos años.
Los casos de corrupción política y económica en la izquierda socialista siempre han sido masivos, pero los medios de comunicación apesebrados los han tapado como han podido. Sin embargo, casos menores, pero de corrupción, al fin y al cabo, han sido televisados al cien por cien al tratarse de gentes del partido popular el cual, según el pensamiento de la izquierda, está condenado a no gobernar nunca en España.
El comunismo de la Transición metido en Izquierda Unida sufrió una falta de ideología desde la caída del Muro de Berlín en el año 1989. Por el contrario, desde tierras cubanas y venezolanas se pagó, costeó y se sigue haciendo que los podemitas nacidos del 15 M, ocupante de la Puerta del Sol en el verano del año 11, puedan mantener en pie un comunismo con olor a petróleo y con un sistema populista de domesticación de las personas completa sumiéndolas en la pobreza absoluta y en la barbarie de un sistema opresor, que en Cuba camina hacia los sesenta años de su creación.
Cuando llegaron las siguientes elecciones generales en el año 15, a punto estuvo de formarse un frente popular similar al de febrero del 36, pero la inacción del resto de partidos condujo a la repetición de elecciones en junio del 16, de donde salió un pobre resultado para el partido popular y el resto de opciones políticas resaltando la fragmentación del parlamento.
La propia corrupción política, la debilitación del gobierno central y el supremacismo racista hizo que el separatismo catalán intentara dar el golpe con un referéndum en urnas de cartón, que fue prohibido por la derecha en el poder. Era el 9 de noviembre del año 14. Como no se usaron medidas correctivas legales fuertes, aquel ensayo les envalentonó para que volvieran a dar un golpe de Estado en plan fuerte mediante otra mascarada de referéndum del 1 de octubre de 2017, conduciendo a la proclamación de la república catalana como habían hecho en el 34 y en el 36. Los responsables están en la cárcel en espera de juicio, otros fugados en el extranjero y la sociedad de aquella región española completamente dividida y enfrentada.
El rey tuvo que salir por televisión incitando al cumplimiento constitucional, algo que nadie del gobierno había hecho. Se aplicó el artículo 155 del texto legal, pero de forma chapucera y se convocó elecciones en tres meses, volviendo a salir el separatismo racista unido como ganador absoluto.
La debilidad del gobierno del partido popular, aunque efectiva en el campo económico, no trabajó en nada en el plano ideológico. Sin embargo, los socialistas que se habían limpiado a su secretario general por intentar crear un frente popular en el año 16, tuvieron que asumir su ascenso al cargo tras pasar por el proceso de primarias. La visión suicida del socialismo se impuso a la sensatez de otros miembros del partido.
Esa victoria le prestó fuerzas al secretario general socialista para crear el frente popular, similar al del año 1936. Tras aprobarse los presupuestos del partido popular en mayo pasado, tras salir la primera sentencia de un caso de corrupción de la derecha, el socialismo se confabuló con todos los enemigos de España, presentes en el Congreso, proponiendo una moción de censura contra las derechas. Ganó por los escasos votos nacionalistas vascos, y el gobierno salió derribado, subiendo al poder el socialismo revanchista. Fue el 1 de junio de 2018.
Con 84 diputados en el Congreso, el socialista ha conformado un gobierno netamente de miembros del partido, pero ha entregado unos cheques en blanco a sus socios votantes, entre ellos todas las izquierdas y los separatistas vascos y catalanes.
Una de sus medidas estrella ha sido la intención de sacar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Era un deseo que tiene el socialismo en su mente desde hace muchos años. Estirando la inicua ley de memoria histórica, pretende hacer semejante profanación ilegal con fecha el 18 de julio de este mismo año.
Para aplacar a la ciudadanía ha usado al actual presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal inane Blázquez, arzobispo de Valladolid, que cuenta con la mano servil del cardenal Osoro, otro inane, arzobispo de Madrid. Ambos prelados miedosos y cobardes se han amparado en el resto de obispos de la comisión permanente de la Conferencia, reunida en Madrid los días 26 y 27 de junio.
No han propuesto el asunto al resto de obispos españoles, entre los cuales existen algunos que fueron educados en el Seminario de Toledo, cuando regía la sede primada el cardenal Marcelo González Martín, quien hizo el entierro de Francisco Franco.
La cobardía y la profanación de la tumba del anterior Jefe de Estado lleva consigo que los religiosos benedictinos permanezcan en la abadía, que será convertida en una especie de “parque temático” de la paz y la reconciliación, pero en manos de los ateos políticos socialistas y comunistas, que les molesta no solamente la Cruz que corona el lugar, sino también que aquel lugar sea visitado por millones de turistas. Quitado Franco y José Antonio, las izquierdas habrán ganado la Guerra Civil, algo que es mentira.
La sociedad española no se ha estado quieta, un grupo de cristianos ha escrito una carta a Osoro, donde lo ponen en el sitio que se merece en estos términos:
“Estimado Sr. Cardenal D. Carlos Osoro:
Con perplejidad estamos leyendo y escuchando en los medios de comunicación que el Arzobispado de Madrid que usted ostenta no se opondría a la profanación de la tumba de Francisco Franco.
Quisiéramos recordarle que Francisco Franco fue condecorado por SS Pío XII con la más alta honorificencia de la Santa Sede: la Orden Suprema de Cristo. Sólo con este dato, que usted a buen seguro conoce, es suficiente para que, privada y públicamente, se oponga a la agresión que el Gobierno de España anhela perpetrar contra los restos mortales de Francisco Franco.
Si no fuese suficiente lo anterior, déjenos que cumplamos con la obligación moral que nos asiste a “los súbditos de celo y libertad, para que no teman corregir a los prelados, especialmente si el crimen es público y corre peligro la mayoría de los fieles”. Es enseñanza de Santo Tomás de Aquino (In Gal.2,11, nº 76-77).
Francisco Franco fue un “Cristiano Ejemplar”, como lúcidamente reflejó Don Manuel Garrido Bonaño O.S.B, monje del Valle de los Caídos, en un libro que le recomendamos a usted para sus ratos de lectura espiritual.
Francisco Franco salvó a España del comunismo y atajó la que fue la mayor persecución religiosa que conoce la historia: trece obispos, seis mil sacerdotes y religiosos y decenas de miles de católicos asesinados y martirizados por odio a la Fe. Seguro que usted recuerda aquella sangre martirial que se convirtió en semilla de cristianos. Tal fue aquella sangre martirial que el pueblo español, bajo la Jefatura de Francisco Franco, se constituyó en Estado Católico, con la bendición y apoyo de la Iglesia en España, heroica, ejemplar, que no conoció ni un solo caso de apostasía.
Francisco Franco reconstruyó iglesias quemadas, restauró santuarios profanados y acudió magnánimo a la llamada de todos aquellos españoles que sufrieron el horror de la contienda. Sí, incluso aquellos que habían sido condenados a penas gravísimas, encontraron en Francisco Franco el perdón de un padre y la verdadera reconciliación. Conocerá usted el sistema de remisión de penas, verdaderamente reconciliador, que buscaba la reconstrucción de todo un pueblo arrasado y la conquista del hombre, atrapado en las garras del marxismo ateo que hoy viene a reivindicarse con su aplauso y sonrisa. Sabrá usted que, en Getafe, muy cerca de Madrid, hace ahora cien años que fue inaugurado el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, fusilado por las hordas comunistas que hoy quisieran derribar la magna Cruz del Valle de los Caídos. El 1 de junio de 1969, Francisco Franco daba por concluida la construcción, levantado sobre las ruinas del antiguo monumento, del Santuario del Sagrado Corazón, bajo cuya protección y reinado el Jefe del Estado volvió a consagrar a España, leyéndose al finalizar un telegrama enviado por Pablo VI para la ocasión e impartiendo la bendición final su predecesor, el arzobispo de Madrid don Casimiro Morcillo.
Francisco Franco ha sido el mejor y más grande de los gobernantes que ha tenido España en los últimos siglos, llevando a nuestra Patria a la mayor protección del Bien Común que ha conocido nuestro pueblo. Ahí están los datos: florecimiento de las vocaciones religiosas, a cuya experiencia, estoy seguro, usted debe su vocación sacerdotal. Allá, en aquella industrial y obrera ciudad de Torrelavega, en la que usted anduvo sus primeros pasos ministeriales, se
acordará de Don Teodosio Herrera Fuente, ejemplar sacerdote, que murió en olor de santidad, y que si viese su complicidad con los enemigos de Dios y de la Iglesia a buen seguro redactaría una carta parecida a esta; creación de la clase media, acabando con las grandes diferencias sociales y revistiendo al obrero y al trabajador de una dignidad y una protección sin igual. Se fomentó la virtud, el trabajo, la unidad. Se fomentó la natalidad, la familia, la educación. Se crearon cientos de escuelas, decenas de universidades, muchas de ellas laborales, para los hijos de los obreros. A ellos fueron destinadas los miles de viviendas sociales que se construyeron por toda España. “Ni un hogar sin lumbre ni un español sin pan”, lema que encarnó Francisco Franco y que, con sacrificio y entrega, hizo realidad. Los hechos mandan y son innegables, salvo que la objetividad se vea empañada por la ceguera del odio y el rencor.
No queremos la paz sino es como obra de la justicia y de la verdad. Y si para conquistar la Verdad, la que nos da Cristo y no la del mundo, hay que enfrentarse a los poderosos, debemos estar en disposición de elegir “con Cristo o contra él”.
Solicitamos de usted, como católicos, una postura firme ante la clara intención de los enemigos de Dios, de la Iglesia y de España de profanar los restos mortales de Francisco Franco y tomar por asalto la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
Le encomendamos al Buen Pastor para que pueda apacentar a sus ovejas y cumplir la misión sagrada de cuidar a su grey y ahuyentar a los lobos. De lo contrario, muy a nuestro pesar, rescataremos aquella carta de San Ignacio de Loyola a San Pedro Canisio, el 13 de agosto de 1554, en la que decía: “Los pastores católicos que con su mucha ignorancia pervierten al pueblo, parece deberían ser muy rigurosamente castigados, o al menos separados de la cura de almas”, pues “más vale estar la grey sin pastor, que tener por pastor a un lobo” Con el mismo deseo que tuvieron nuestros mártires, para que Cristo Reinase en España, le saludan atentamente,
Miguel Menéndez
Empresario
Almudena Manrique
Enfermera
José María Leiva
Arquitecto Técnico
Joaquín Arnau
Economista
Carmen Cendán
Profesora
María Nieves Casado
Administrativo
Silvia Bendala
Profesora
Jorge de Lapuente
Empresario
María Callejo
Veterinaria
Juan Bautista Sanz-Gadea
Abogado
José Manuel Tejada
Economista
Luis Miguel Sánchez
Militar
Francisco Javier Zaragoza
Abogado
José Luis Marín
Empresario
Francisco Bendala
Militar
Almudena Montojo
Profesora
María Cano
Ama de Casa
Sonsoles Cid
Auxiliar Administrativo
José María Manrique
Militar
Luis Martínez
Ingeniero
Julio Callejo
Abogado”
Esta carta abierta ha sido publicada en muchos medios de comunicación nacionales e internacionales, ya que el asunto es mirado con inmenso interés por la opinión pública mundial, ante la que esperan que no se profanen las tumbas ni de Franco ni José Antonio.
10.- Conclusión
Desde el actual gobierno se ha dado la orden a la Guardia Civil que refuerce la vigilancia sobre el todavía recinto sagrado del Valle de los Caídos.
Aún falta conocer el parecer colectivo de los descendientes de Francisco Franco, quienes deben ser consultados antes de la profanación.
Todavía, espero que algún obispo hable sobre el asunto, me dirijo especialmente a los hijos espirituales del cardenal don Marcelo González Martín.
Y mi parecer personal es que se detengan todos los siniestros planes del gobierno del frente popular si desean dar un ejemplo de convivencia pacífica a los españoles de hoy y a los ciudadanos del mundo entero.
Tomás de la Torre Lendínez