De cara a las elecciones en Perú los obispos recuerdan que la Iglesia ya condena el comunismo
El próximo 6 de junio el Perú se juega su futuro en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del que saldrá el futuro mandatario del país americano. Son unos comicios históricos y el futuro presidente será o bien Keiko Fujimori, hija del expresidente encarcelado Alberto Fujimori, o bien Pedro Castillo, cuya ventaja está cayendo y que se define como comunista.
Para añadir más tensión si cabe a estas elecciones, el Perú se encuentra conmocionado con la matanza de 16 personas, entre ellas dos niños, en Vraem, y que las autoridades atribuyen al grupo Sendero Luminoso, de corte maoísta.
De cara a la importancia de las elecciones, los obispos católicos del Perú han publicado una carta a través de la Conferencia Episcopal en la que animan a acudir a las urnas y donde recuerdan que la Iglesia ya ha condenado el comunismo.
El documento menciona que “es un deber ciudadano ir a votar y emitir un voto responsable, pensando en el presente y en el futuro del país”, mientras que los obispos también añaden que “la Iglesia invoca a votar de forma libre y bien informada e igualmente hace un llamado a la conciencia ciudadana para la buena elección de sus gobernantes”.
Por ello, en la misiva episcopal recuerdan que “la Iglesia, en fidelidad a la dignidad humana, siempre ha rechazado y condenado al comunismo por ser un sistema perverso que reduce al ser humano a la esfera de lo económico y restringe las libertades fundamentales de la persona; así mismo, la Iglesia rechaza al capitalismo salvaje que reduce al ser humano al ‘consumismo’ y al afán de lucro desmedido, en desmedro de la dignidad humana”.
Por otro lado, los obispos citan las palabras del Papa Francisco durante la visita a Perú en 2018 y aseguran que “la buena política debe también atender las urgentes necesidades, sobre todo de los más pobres y vulnerables y debe ser capaz de unirnos, no de dividirnos, pues ‘nadie se salva solo’; todos somos parte integrante de un país ‘de todas las sangres’, nadie puede ser ‘descartado’”.
Esta es la carta íntegra firmada por los obispos peruanos: