El Papa Pío XII definió solemnemente la Asunción de la Virgen María a los cielos el 1 de noviembre de 1950, estableciendo su festividad, según era ya tradición, el 15 de agosto. En 1951, el sacerdote Maurice Proulx dirigió esta película sobre el acontecimiento, con narración de una estrella de la radio canadiense, Ferdinand Biondi. La fuerza de las imágenes traduce la excepcional importancia que revistió ese momento para la Iglesia. El pueblo cristiano respondió masivamente, y una muchedumbre inmensa respaldó la proclamación de un dogma que ya se celebraba con particular calado social en los países mediterráneos y en América.