Lunes, 25 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Nueva Evangelización

Dios construye su templo en nosotros

La divina proporción | Madrid | 06 marzo 2021

Lo que Cristo hace y dice, es un signo de una realidad que está más allá de la pura apariencia que tenía delante. El templo de Dios deberíamos ser cada uno de nosotros. La Iglesia debería manifestarse al mundo por nosotros, los bautizados.

Subamos a la Montaña junto a Cristo

La divina proporción | Madrid | 27 febrero 2021

Cristo cambia su aspecto en lo alto del Tabor y lo hace para que sea evidente la plenitud la Belleza, Bondad y Verdad, que cobran sentido en Unidad. ¿Cristo es para nosotros un líder humano? ¿Un líder social? ¿Un líder político? ¿Una herramienta para imponer nuestras ideologías a los demás? Me temo que si reducimos al Señor a un líder humano, estamos perdidos en la inmensidad del yermo de lo cotidiano.

El tiempo se ha cumplido. Conviértanse y crean

La divina proporción | Madrid | 20 febrero 2021

Tal como se dice en el Evangelio de hoy: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio". La mano de Cristo está dispuesta para recogernos, pero nosotros tememos dar el primer paso. Ese el problema, nos asusta intentar andar sobre las aguas de lo cotidiano, porque sabemos que es imposible para nosotros mismos.

Ayunar es de otra época ¿o no?

La divina proporción | Madrid | 17 febrero 2021

El ayuno es algo que hoy en día no entendemos. ¿Para qué dejar de comer? ¿No es dejar de hacer otras cosas que nos gustan? Ayunar es bastante más que dejar de comer, pero dejar de comer es imprescindible para ayunar. ¿Qué nos hace autoengañarnos diciendo que ayunamos de cualquier otra cosa?

Si quieres puedes limpiarme: ejemplo de Fe y Esperanza

La divina proporción | Madrid | 13 febrero 2021

El leproso nos representa perfectamente. Muchas veces nos presentamos ante el Señor llenos de dolor y profundo arrepentimiento. Después, nuestra coherencia se transforma en justo lo contrario. Nuestra naturaleza caída y limitada nos juega estas malas pasadas. Sobre todo cuando nos creemos que ya no necesitamos a Cristo y olvidamos orar con constancia y humildad.