Cardenal Brandmüller: «Quien pide que se cambie un dogma es un hereje, aunque vista la púrpura»
En un nuevo momento del debate entre cardenales y obispos con vistas a la segunda parte del sínodo extraordinario sobre la familia, que tendrá lugar en octubre, el cardenal alemán de 86 años Walter Brandmüller ha sido muy tajante en una alusión que sólo puede entenderse respecto a sus compatriotas los cardenales Walter Kasper y Reinhard Marx.
"Es evidente que la práctica pastoral de la Iglesia no puede estar en oposición a la doctrina a la que está vinculada, ni simplemente ignorarla. Toda praxis pastoral debe seguir la Palabra de Dios si no quiere fracasar. Es impensable un cambio del magisterio, del dogma. Quien, sin embargo, conscientemente lo hace, o insistentemente lo pide, es un hereje, aunque vista la púrpura romana", declaró quien fuera presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas entre 1998 y 2009, elevado al cardenalato en 2010 por Benedicto XVI y luego consagrado obispo. Brandmüller fue además uno de los cinco cardenales autores de un libro para contrarrestar la propuesta de Kasper de que se pueda dar de comulgar a personas que viven en adulterio si reúnen ciertas condiciones.
Walter Kasper.
En la entrevista concedida a Maike Hickson para LifeSiteNews, el cardenal Brandmüller señala que la admisión a la comunión de esas personas sólo "sería posible si esa pareja tomase la decisión de vivir en adelante como hermano y hermana, una solución a tener en cuenta cuando el cuidado de los hijos desaconseja la separación": "La decisión de seguir ese camino sería una expresión convincente de arrepentimiento por su anterior y prolongado acto de adulterio".
"Es una insoluble contradicción interna", continuó, "que alguien que quiere recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo y unirse a Él, al mismo tiempo desprecie conscientemente sus mandamientos". E interrogado sobre si esta incoherencia se debe a la falta de fe en la Presencia Real de Cristo en la eucaristía, el purpurado alemán responde: "No todos los católicos creen en la Presencia Real de Cristo en la hostia consagrada. Puede constatarse este hecho en la forma en la que muchos, incluidos sacerdotes, pasan ante el sagrario, sin hacer la genuflexión".
Reinhard Marx.
El cardenal Brandmüller también rechazó la reciente pretensión del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, en el sentido de que la conferencia episcopal alemana podría tomar sus propias decisiones al respecto: "Las conocidas afirmaciones del cardenal Marx están en contradicción con el dogma de la Iglesia. Y son irresponsables desde un punto de vista pastoral, porque exponen a los fieles a dudas y confusiones. Si él piensa que puede tomar un camino nacionalmente independiente, pone en riesgo la unidad de la Iglesia. Lo que sigue siendo cierto es que todos estamos vinculados por el magisterio y la práctica de la Iglesia y sus doctrinas claramente definidas".
"Es evidente que la práctica pastoral de la Iglesia no puede estar en oposición a la doctrina a la que está vinculada, ni simplemente ignorarla. Toda praxis pastoral debe seguir la Palabra de Dios si no quiere fracasar. Es impensable un cambio del magisterio, del dogma. Quien, sin embargo, conscientemente lo hace, o insistentemente lo pide, es un hereje, aunque vista la púrpura romana", declaró quien fuera presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas entre 1998 y 2009, elevado al cardenalato en 2010 por Benedicto XVI y luego consagrado obispo. Brandmüller fue además uno de los cinco cardenales autores de un libro para contrarrestar la propuesta de Kasper de que se pueda dar de comulgar a personas que viven en adulterio si reúnen ciertas condiciones.
Walter Kasper.
En la entrevista concedida a Maike Hickson para LifeSiteNews, el cardenal Brandmüller señala que la admisión a la comunión de esas personas sólo "sería posible si esa pareja tomase la decisión de vivir en adelante como hermano y hermana, una solución a tener en cuenta cuando el cuidado de los hijos desaconseja la separación": "La decisión de seguir ese camino sería una expresión convincente de arrepentimiento por su anterior y prolongado acto de adulterio".
"Es una insoluble contradicción interna", continuó, "que alguien que quiere recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo y unirse a Él, al mismo tiempo desprecie conscientemente sus mandamientos". E interrogado sobre si esta incoherencia se debe a la falta de fe en la Presencia Real de Cristo en la eucaristía, el purpurado alemán responde: "No todos los católicos creen en la Presencia Real de Cristo en la hostia consagrada. Puede constatarse este hecho en la forma en la que muchos, incluidos sacerdotes, pasan ante el sagrario, sin hacer la genuflexión".
Reinhard Marx.
El cardenal Brandmüller también rechazó la reciente pretensión del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich, en el sentido de que la conferencia episcopal alemana podría tomar sus propias decisiones al respecto: "Las conocidas afirmaciones del cardenal Marx están en contradicción con el dogma de la Iglesia. Y son irresponsables desde un punto de vista pastoral, porque exponen a los fieles a dudas y confusiones. Si él piensa que puede tomar un camino nacionalmente independiente, pone en riesgo la unidad de la Iglesia. Lo que sigue siendo cierto es que todos estamos vinculados por el magisterio y la práctica de la Iglesia y sus doctrinas claramente definidas".
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