Eamon Martin, arzobispo coadjutor de Armagh
El hombre de Benedicto XVI para renovar Irlanda dice a los políticos abortistas que no comulguen
«Si un legislador viene y me dice ´¿puedo ser un fiel católico y apoyar el aborto?´ yo le diría ´no, tu comunión se rompe si apoyas el aborto», afirma.
En enero de 2013 Benedicto XVI designó al sacerdote Eamon Martin como arzobispo coadjutor de Armagh, la sede primada de Irlanda, una forma de señalar que la isla necesita sangre nueva y "manos limpias" tras revelarse la ineficacia de años de los obispos irlandeses tanto contra los abusos sexuales como para avivar una nueva evangelización.
En pleno debate del aborto en Irlanda, cuando se quieren utilizar, como en España, los "coladeros" del "riesgo para la salud de la madre" para implantar el aborto en un país que hasta ahora no lo practica, el arzobispo ha hablado del papel de los políticos católicos en una entrevista en el Sunday Times.
"Si un legislador viene y me dice ´¿puedo ser un fiel católico y apoyar el aborto?´ yo le diría ´no, tu comunión se rompe si apoyas el aborto´".
Y añade: "te excomulgas tú mismo; cualquier legislador que clara y públicamente afirma eso, no debería acercarse a recibir la comunión".
Para que quede más claro, añade que "ayudan y apoyan el aborto" y no pueden comulgar los políticos que apoyan la nueva propuesta gubernamental en Irlanda, que permitiría el aborto en cualquier momento simplemente con que la mujer diga que si no se le permite se suicidará.
"Hemos de tener la valentía de seguir a nuestra conciencia informada, afrontar el reto de poner la fe en práctica en nuestra vida, no importan las consecuencias que nos acarrée. En este tema, nuestra conciencia ha de estar formada por nuestra comunión con el Pan de Vida, el mandamiento del ´no matarás´ y la creencia cristiana fundamental en la sacralidad de toda vida humana", añade.
¿Y los parlamentarios españoles?
Pero ¿qué pasa en un caso como el que se debate en España? La ley que está planteando el ministro Gallardón permitirá, incluso en el mejor de los casos, miles de abortos cada año. Pero con la ley actual hay casi 120.000 abortos legales. ¿Puede un político católico (del PP o de cualquier otro partido) apoyar una ley como la de Gallardón?
Estos temas se planteaban el cardenal Ratzinger y la Congregación de Doctrina de la Fe en 2002 en la "Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política de 2002". Allí se dice:
"Quienes se comprometen directamente en la acción legislativa tienen la «precisa obligación de oponerse» a toda ley que atente contra la vida humana. Para ellos, como para todo católico, vale la imposibilidad de participar en campañas de opinión a favor de semejantes leyes, y a ninguno de ellos les está permitido apoyarlas con el propio voto. Esto no impide, como enseña Juan Pablo II en la Encíclica ´Evangelium vitae´ a propósito del caso en que no fuera posible evitar o abrogar completamente una ley abortista en vigor o que está por ser sometida a votación, que «un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, pueda lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública».
El debate estaría focalizado en varios puntos:
- ¿De verdad no es "posible evitar o abrogar completamente la ley abortista en vigor"?
- ¿La nueva ley limita los daños y disminuye los efectos negativos, de verdad?
- ¿Los políticos y parlamentarios implicados han expresado su "absoluta oposición personal al aborto de forma clara y notoria a todos"?
Son preguntas para los parlamentarios que se dicen católicos en el Parlamento español y en cualquier otro...
En pleno debate del aborto en Irlanda, cuando se quieren utilizar, como en España, los "coladeros" del "riesgo para la salud de la madre" para implantar el aborto en un país que hasta ahora no lo practica, el arzobispo ha hablado del papel de los políticos católicos en una entrevista en el Sunday Times.
"Si un legislador viene y me dice ´¿puedo ser un fiel católico y apoyar el aborto?´ yo le diría ´no, tu comunión se rompe si apoyas el aborto´".
Y añade: "te excomulgas tú mismo; cualquier legislador que clara y públicamente afirma eso, no debería acercarse a recibir la comunión".
Para que quede más claro, añade que "ayudan y apoyan el aborto" y no pueden comulgar los políticos que apoyan la nueva propuesta gubernamental en Irlanda, que permitiría el aborto en cualquier momento simplemente con que la mujer diga que si no se le permite se suicidará.
"Hemos de tener la valentía de seguir a nuestra conciencia informada, afrontar el reto de poner la fe en práctica en nuestra vida, no importan las consecuencias que nos acarrée. En este tema, nuestra conciencia ha de estar formada por nuestra comunión con el Pan de Vida, el mandamiento del ´no matarás´ y la creencia cristiana fundamental en la sacralidad de toda vida humana", añade.
¿Y los parlamentarios españoles?
Pero ¿qué pasa en un caso como el que se debate en España? La ley que está planteando el ministro Gallardón permitirá, incluso en el mejor de los casos, miles de abortos cada año. Pero con la ley actual hay casi 120.000 abortos legales. ¿Puede un político católico (del PP o de cualquier otro partido) apoyar una ley como la de Gallardón?
Estos temas se planteaban el cardenal Ratzinger y la Congregación de Doctrina de la Fe en 2002 en la "Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política de 2002". Allí se dice:
"Quienes se comprometen directamente en la acción legislativa tienen la «precisa obligación de oponerse» a toda ley que atente contra la vida humana. Para ellos, como para todo católico, vale la imposibilidad de participar en campañas de opinión a favor de semejantes leyes, y a ninguno de ellos les está permitido apoyarlas con el propio voto. Esto no impide, como enseña Juan Pablo II en la Encíclica ´Evangelium vitae´ a propósito del caso en que no fuera posible evitar o abrogar completamente una ley abortista en vigor o que está por ser sometida a votación, que «un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, pueda lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad pública».
El debate estaría focalizado en varios puntos:
- ¿De verdad no es "posible evitar o abrogar completamente la ley abortista en vigor"?
- ¿La nueva ley limita los daños y disminuye los efectos negativos, de verdad?
- ¿Los políticos y parlamentarios implicados han expresado su "absoluta oposición personal al aborto de forma clara y notoria a todos"?
Son preguntas para los parlamentarios que se dicen católicos en el Parlamento español y en cualquier otro...
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