Arzobispo de Viena (Austria)
El cardenal Schönborn pide a los curas disidentes «renunciar a desobediencia» o dejar sus cargos
El Arzobispo de Viena (Austria), Cardenal Cristoph Schönborn, solicitó a un grupo de sacerdotes renunciar a un manifiesto denominado "Llamado a la desobediencia" o de lo contrario abandonar sus cargos administrativos en la Iglesia Católica.
Los sacerdotes firmantes de ese manifiesto buscan, entre otras cosas, la abolición del celibato y la ordenación de mujeres. Los presbíteros son encabezados por el P. Helmut Schüller, Vicario General de la Arquidiócesis de Viena entre 1995 y 1999 y ex director de Cáritas Austria.
Según informó la agencia Reuters, el Arzobispo de Viena indicó a los presbíteros que firmaron el manifiesto, organizados en un grupo llamado Iniciativa de Sacerdotes, que no nombrará a estos al puesto de decano, ni renovaría las asignaciones de quienes ya tuvieran puestos.
"Usted puede fácilmente permanecer como miembro de Iniciativa de Sacerdotes. Sólo debe distanciarse del ‘Llamado a la desobedicencia’ en una forma apropiada", indicó el vocero de la Arquidiócesis de Viena, Nikolaus Haselsteiner.
Haselsteiner explicó que "en una compañía cualquiera, un jefe de departamento puede decir que no le importa lo que dice el director ejecutivo".
El líder de Iniciativa de Sacerdotes, P. Helmut Schüller, dijo que su grupo representa el 10% del clero de Austria, mientras que otros informes indican que no superarían el 7.5%.
El grupo disidente ha insistido en dar la Santa Comunión a protestantes y católicos divorciados vueltos a casar, a pesar de la enseñanza católica de la necesidad de que quienes comulguen estén propiamente preparados. La organización ha pedido el fin del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres como sacerdotes.
El P. Peter Meidinger, un decano en la arquidiócesis, dijo que él se había retirado del "Llamado a la desobediencia" tras conversar con el Cardenal.
El sacerdote indicó que el manifiesto usó la palabra "desobediencia" en el sentido de "desobediencia cívica", un concepto que, en sus palabras, es usado "cuando los líderes simplemente no están preparados para escuchar a la gente".
En una entrevista con ACI Prensa, el pasado 14 de mayo, el Cardenal Schönborn criticó el llamado a la desobediencia porque "no puedes construir una vida en la Iglesia sobre la base de la desobediencia".
El Cardenal dijo que no ha habido aún sanciones contra la Iniciativa de Sacerdotes porque confía en "la posibilidad del diálogo personal", pero también indicó que los sacerdotes tendrán que decidir por ellos mismos.
El Arzobispo de Viena señaló que "prácticamente no hay sacerdotes jóvenes" entre los grupos católicos disidentes, y criticó "una cierta nostalgia" entre los presbíteros viejos que parecen pensar que si la Iglesia fuera "un poco más liberal", entonces los templos estarían llenos otra vez y tendrían la aceptación popular que una vez tuvieron.
El Cardenal dijo que este tipo de pensamiento es "un sueño" y "una ilusión".
El 5 de abril de 2012, en la Misa Crismal, el Papa Benedicto XVI criticó duramente al grupo de sacerdotes y su llamado a la desobediencia, indicando que esta es "sólo un afán desesperado de hacer algo, de trasformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas".
Benedicto XVI señaló en esa ocasión que para una nueva fecundidad en la Iglesia "es necesario estar llenos de la alegría de la fe, de la radicalidad de la obediencia, del dinamismo de la esperanza y de la fuerza del amor".
Los sacerdotes firmantes de ese manifiesto buscan, entre otras cosas, la abolición del celibato y la ordenación de mujeres. Los presbíteros son encabezados por el P. Helmut Schüller, Vicario General de la Arquidiócesis de Viena entre 1995 y 1999 y ex director de Cáritas Austria.
Según informó la agencia Reuters, el Arzobispo de Viena indicó a los presbíteros que firmaron el manifiesto, organizados en un grupo llamado Iniciativa de Sacerdotes, que no nombrará a estos al puesto de decano, ni renovaría las asignaciones de quienes ya tuvieran puestos.
"Usted puede fácilmente permanecer como miembro de Iniciativa de Sacerdotes. Sólo debe distanciarse del ‘Llamado a la desobedicencia’ en una forma apropiada", indicó el vocero de la Arquidiócesis de Viena, Nikolaus Haselsteiner.
Haselsteiner explicó que "en una compañía cualquiera, un jefe de departamento puede decir que no le importa lo que dice el director ejecutivo".
El líder de Iniciativa de Sacerdotes, P. Helmut Schüller, dijo que su grupo representa el 10% del clero de Austria, mientras que otros informes indican que no superarían el 7.5%.
El grupo disidente ha insistido en dar la Santa Comunión a protestantes y católicos divorciados vueltos a casar, a pesar de la enseñanza católica de la necesidad de que quienes comulguen estén propiamente preparados. La organización ha pedido el fin del celibato sacerdotal y la ordenación de mujeres como sacerdotes.
El P. Peter Meidinger, un decano en la arquidiócesis, dijo que él se había retirado del "Llamado a la desobediencia" tras conversar con el Cardenal.
El sacerdote indicó que el manifiesto usó la palabra "desobediencia" en el sentido de "desobediencia cívica", un concepto que, en sus palabras, es usado "cuando los líderes simplemente no están preparados para escuchar a la gente".
En una entrevista con ACI Prensa, el pasado 14 de mayo, el Cardenal Schönborn criticó el llamado a la desobediencia porque "no puedes construir una vida en la Iglesia sobre la base de la desobediencia".
El Cardenal dijo que no ha habido aún sanciones contra la Iniciativa de Sacerdotes porque confía en "la posibilidad del diálogo personal", pero también indicó que los sacerdotes tendrán que decidir por ellos mismos.
El Arzobispo de Viena señaló que "prácticamente no hay sacerdotes jóvenes" entre los grupos católicos disidentes, y criticó "una cierta nostalgia" entre los presbíteros viejos que parecen pensar que si la Iglesia fuera "un poco más liberal", entonces los templos estarían llenos otra vez y tendrían la aceptación popular que una vez tuvieron.
El Cardenal dijo que este tipo de pensamiento es "un sueño" y "una ilusión".
El 5 de abril de 2012, en la Misa Crismal, el Papa Benedicto XVI criticó duramente al grupo de sacerdotes y su llamado a la desobediencia, indicando que esta es "sólo un afán desesperado de hacer algo, de trasformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas".
Benedicto XVI señaló en esa ocasión que para una nueva fecundidad en la Iglesia "es necesario estar llenos de la alegría de la fe, de la radicalidad de la obediencia, del dinamismo de la esperanza y de la fuerza del amor".
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