El Papa avisa de peligro de juzgar severamente desde fuera «sin esforzarse por leer los corazones»
El Papa Francisco exhorta a tomar el ejemplo de Jesús como guía a seguir, a ser conscientes de nuestras faltas, no solo de las ajenas, y a discernir siempre el camino correcto a seguir para guiar a las personas, concretamente a aquellos que tienen un papel de liderazgo, resume la periodistas Mireia Bonilla, de la agencia de noticias de la Santa Sede Vatican News.
"El discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje será como su maestro". Con esta expresión, el Papa Francisco a invitado a seguir el ejemplo de Jesús y su enseñanza para ser guías seguros y sabios, a la hora de la oración mariana del Ángelus.
Ser conscientes de nuestro rol para guiar sabiamente
El pasaje del Evangelio de hoy presenta breves parábolas con las que Jesús quiere mostrar a sus discípulos el camino para vivir sabiamente, de hecho –dice el Papa– “con la pregunta: ‘¿Puede un ciego guiar a otro ciego?’, quiere subrayar que el guía no puede ser ciego, sino que debe ver bien, es decir, debe poseer sabiduría; de lo contrario, corre el riesgo de perjudicar a las personas que se confían a él”.
Francisco además asegura que es de esta manera que Jesús “llama la atención de quienes tienen responsabilidades educativas o de liderazgo” exhortándolos a ser conscientes de su delicado papel y a discernir siempre el camino correcto a seguir, para guiar a las personas.
Admitir nuestros propios errores, no solo los ajenos
Otra frase significativa del pasaje de hoy es: "¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no ves la viga que llevas en el tuyo?” La cual –dice el Papa– nos exhorta a no ser presuntuosos e hipócritas: “Muchas veces es más fácil o más cómodo ver y condenar las faltas y pecados de los demás, sin poder ver los propios con la misma lucidez”. Ante esta actitud, el Santo Padre señala que existe la tentación de “ser indulgente con uno mismo, justificando incluso las actitudes equivocadas” mientras que cuando se trata de los otros, “a menudo, se juzga severamente desde fuera, sin esforzarse por leer en sus corazones”.
Por eso –puntualiza–, “mientras observamos y corregimos las faltas de nuestro prójimo, también debemos ser conscientes de que nosotros tenemos faltas. De esta manera, seremos creíbles, actuaremos con humildad, dando testimonio de caridad”.
¿Cómo saber si nuestro ojo tiene una viga?
Durante el Ángelus, Francisco ha introducido otra de las frases del Evangelio de hoy que nos ayuda a esclarecer si hemos sido tentados por esta actitud equivocada, cuando Jesús dice: "No hay árbol bueno que produzca malos frutos, ni árbol malo que produzca buenos frutos. De hecho, cada árbol se reconoce por su fruto". “El fruto es la acción, pero también las palabras –asegura el Papa– porque el que es bueno saca de su corazón y de su boca lo bueno, y el que es malo saca lo malo, haciendo el ejercicio más dañino: murmurar”.
Imploremos el discernimiento: un don del Señor
Por último, el Pontífice expresa que la enseñanza de Jesús, propuesta en el Evangelio de este domingo, “nos ofrece indicaciones útiles para nuestro camino de fe”, y además nos invita “a hacer un sano discernimiento, antes de cada elección y de cada acción”.
“El discernimiento es un don del Señor, que debe ser implorado con una oración incesante, y es al mismo tiempo una conquista personal y un ascetismo que requiere humildad y paciencia, la capacidad de escuchar y el esfuerzo por comprender a los demás”, ha concluido.