El Papa se va de ejercicios dejando en el Angelus un aviso contra tres modalidades de engaño mundano
Al finalizar el Angelus de este domingo, Francisco se despidió de los fieles hasta el próximo fin de semana, pues desde esta tarde y hasta el viernes se encerrará con la Curia para los tradicionales ejercicios espirituales de Cuaresma. No habrá, pues, audiencia general de los miércoles, ni ningún otro acto protocolario o pastoral. Las meditaciones de este año correrán por cuenta del benedictino Bernardo Francesco Maria Gianni, quien se inspiró en unos versos del poeta italiano Mario Luzi (1914-2005) para definir el tema sobre el que versarán: La ciudad de los ardientes deseos. Miradas y gestos pascuales en la vida del mundo. El retiro tendrá lugar en la Casa Divino Maestro de Ariccia, localidad cercana a Roma.
El mensaje del Papa en el Angelus, comentando el Evangelio de las tres tentaciones con la que el demonio intentó seducir a Jesucristo, fue una advertencia contra tres engaños mundanos de los que esas tentaciones son signo y figura: "Tres caminos que el mundo siempre sugiere prometiendo grandes éxitos, tres caminos para engañarnos. El deseo de posesiones -tener, tener, tener-, la gloria humana y la instrumentalización de Dios son tres caminos que nos conducirán a la ruina".
El deseo de posesiones es "la lógica insidiosa del diablo", que parte "de la natural y legítima necesidad de alimentarse, de vivir, de realizarse, de ser felices, para empujarnos a creer que todo eso es posible sin Dios, incluso contra Dios". Contra ello, hay que "abandonarse con plena confianza a la providencia del Padre, que siempre cuida de sus hijos".
"La gloria humana" es la segunda tentación. Para nuestra "autoafirmación" a veces se pierde "toda dignidad personal" y uno "se deja corromper por los ídolos del dinero, del éxito y del poder". Uno se emborracha de este mal "con una alegría vacía que desaperece pronto".
En cuanto a "instrumentalizar a Dios para beneficio propio", consiste en "pedirle gracias que sirven y servirán en realidad solo para satisfacer nuestro orgullo".
Estos tres caminos son "ajenos a la forma de actuar de Dios y de hecho nos separan de Dios, porque son obra de Satanás", y Jesús las venció antes que nosotros para enseñarnos a "adherirnos plenamente al proyecto del Padre", indicándonos los remedios: "La vida interior, la fe en Dios, la certeza de Su amor, la certeza de que Dios nos ama, de que es Padre. Con esa certeza venceremos cualquier tentación".
"Hay una cosa sobre la que querría llamar la atención, una cosa interesante", concluyó el Papa: "Jesús, al responder al tentador, no dialoga con él, sino que responde a las tres provocaciones solo con la Palabra de Dios. Esto nos enseña que con el diablo no se dialoga, no se debe dialogar, solo se le responde con la Palabra de Dios".
Tras el rezo del Ángelus, Francisco recordó que el sábado fueron beatificados en Oviedo nueve seminaristas mártires de la persecución religiosa en España: "Amaron tanto al Señor", dijo el Papa, "que lo siguieron en el camino de la Cruz. Que su heroico testimonio ayude a los seminaristas, sacerdotes y obispos a mantenerse limpios y generosos para servir fielmente al Señor y al pueblo santo de Dios".