El Papa explica la «provocación y enseñanza» que hay en la difícil parábola del administrador infiel
Francisco anunció este domingo, tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, que dedicará la audiencia general del próximo miércoles a hablar sobre su reciente viaje a Kazajistán para el séptimo Congreso de los Líderes de las Religiones mundiales y tradicionales. También pidió el cese de los combates entre Azerbaiyán y Armenia y oraciones "por el martirizado pueblo ucraniano".
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Antes de eso y del rezo, el Papa glosó la parábola del Evangelio del día, la del administrador infiel (Lc 16, 1-13), "un poco difícil de comprender", dijo, al ser una "historia de corrupción" cuyo protagonista "roba, y cuando es descubierto, actúa con astucia para salir de esa situación": "¿Qué quiere decirnos Jesús?", se preguntó el pontífice.
Una provocación
Se trata, en primer lugar, de "una provocación", expresada por el mismo Cristo cuando afirma que "los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz". En efecto, dijo Francisco, "los discípulos de Jesús a veces estamos dormidos, o somos ingenuos, no sabemos tomar la iniciativa para buscar salidas en las dificultades", como en los momentos de crisis "personal, social, pero también eclesial: a veces nos dejamos vencer por el desánimo, o caemos en la queja y en el victimismo".
La Plaza de San Pedro presentó este domingo un número de fieles algo mayor que en domingos anteriores.
Lo que nos pide el Señor, por el contrario, es "ser astutos según el Evangelio", es decir, "ser despiertos y atentos para discernir la realidad, ser creativos para buscar soluciones buenas, para nosotros y para los otros".
Una enseñanza
Además de esta "provocación", continuó, hay "otra enseñanza" también expresada por Jesucristo: "Haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas". Esto quiere decir que "para heredar la vida eterna no es necesario acumular los bienes de este mundo, lo que cuenta es la caridad": "No uséis los bienes de este mundo solo para vosotros mismos y para vuestro egoísmo, sino utilizadlos para generar amistades, para crear relaciones buenas, para actuar en la caridad, para promover la fraternidad y ejercer el cuidado hacia los más débiles".
Para concluir, el Papa recordó que ante las "historias de corrupción" de nuestro mundo de hoy, "a los cristianos no se nos permite desanimarnos o, peor aún, dejarlo pasar, permanecer indiferentes. Al contrario, estamos llamados a ser creativos en el hacer el bien, con la prudencia y la astucia del Evangelio, usando los bienes de este mundo -no solo los materiales, sino todos los dones que hemos recibido del Señor- no para enriquecernos a nosotros mismos, sino para generar amor fraterno y amistad social", concepto este último que repitió para resaltar que "es muy importante".