El Papa Francisco señala las cuatro «coordenadas» que deben guiar la vida de la Iglesia
El Papa Francisco ha seguido este miércoles durante la audiencia general con sus catequesis sobre la oración y una vez más debido a la pandemia la ha realizado sin público desde la Biblioteca Apostólica.
En este caso, el Santo Padre se centró en la oración de la Iglesia naciente y reflexionando sobre los Hechos de los Apóstoles indicó que “la imagen de la comunidad primitiva de Jerusalén es punto de referencia para cualquier otra experiencia cristiana” ya que es “una Iglesia en camino, trabajadora, pero que encuentra en las reuniones de oración la base y el impulso para la acción misionera”.
De este modo, el Papa habló de las “coordenadas” que deben guiar la vida de la Iglesia. Explicó que del relato del Evangelio de San Lucas surgen cuatro características de la vida eclesial y que “recuerdan que la existencia de la Iglesia tiene sentido si permanece firmemente unida a Cristo”. Se trata de estas cuatro, dijo el Papa:
-La escucha de la enseñanza de los apóstoles.
-La custodia de la comunión recíproca.
- La fracción del pan.
- La oración.
Tal y como recoge Vatican News, la predicación y la catequesis testimonian las palabras y los gestos del Maestro; la búsqueda constante de la comunión fraterna preserva de egoísmos y particularismos; la fracción del pan realiza el sacramento de la presencia de Jesús en medio de nosotros: Él no estará nunca ausente, Él vive y camina con nosotros. Y finalmente la oración, que es el espacio del diálogo con el Padre, mediante Cristo en el Espíritu Santo.
Por ello, en la Iglesia todo lo que crece fuera de esas “coordenadas” carece de fundamento. “Es Dios quien hace la Iglesia, no el clamor de las obras. La Iglesia no es un mercado ni un grupo de empresarios de una empresa nueva. Es obra del Espíritu Santo. Es la palabra de Jesús la que llena de sentido nuestros esfuerzos. Es en la humildad que se construye el futuro del mundo”, agregó.
Por ello, Francisco dijo sentir tristeza cuando ve una comunidad que aún con buena voluntad “se equivoca, porque se organiza como un partido político. ¿Dónde está la oración, el amor comunitario, la eucaristía? Sin eso, la Iglesia se torna un partido político, que actúa por medio de mayorías y minorías. Para valorar si una situación es eclesial o no, hay que someterla a estas cuatro coordenadas. Si falta esto, falta el Espíritu. Sin Él seremos un partido eclesial, pero no la Iglesia. La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción, como dice Benedicto XVI”.
De este modo, el Papa recordó que “la oración infunde luz y calor: el don del Espíritu hace nacer en ellos el fervor. Al respecto, el Catecismo tiene una expresión muy profunda: ‘El Espíritu Santo, que recuerda así a Cristo ante su Iglesia orante, conduce a ésta también hacia la Verdad plena, y suscita nuevas formulaciones que expresarán el insondable Misterio de Cristo que actúa en la vida, los sacramentos y la misión de su Iglesia’”.
“Esta es la obra del Espíritu en la Iglesia: recordar a Jesús. 'Él os enseñará y os recordará'. Pero no como un ejercicio mnemónico. Los cristianos, caminando por los senderos de la misión, recuerdan a Jesús haciéndolo presente nuevamente; y de Él, de su Espíritu, reciben el “impulso” para ir, para anunciar, para servir. En la oración el cristiano se sumerge en el misterio de Dios que ama a cada hombre y desea que el Evangelio sea predicado a todos. Dios es Dios para todos, y en Jesús todo muro de separación es definitivamente derrumbado: como dice San Pablo, Él es nuestra paz, ‘el que de los dos pueblos hizo uno’”, añadió.