La acedia, una pereza y tristeza espiritual: el Papa explica cómo la vencen los maestros de fe
Este Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma de 2024, el Papa Francisco ha predicado en su catequesis de la audiencia pública sobre la acedia, una mezcla de pereza y tristeza espiritual, que lleva a la mediocridad y la indolencia, hundiendo a la persona.
El Papa recordó el momento del Evangelio en que Cristo encuentra dormidos a sus discípulos, que no han sido capaces de velar y orar ni una hora. "Velad y orad, no sea que caigáis en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil", les dice Jesús.
El Papa detalló que en griego acedia significa "falta de cuidado". Es una pereza que hace a la persona "inoperante, indolente, apática".
"Esta es una tentación muy peligrosa; no bromees con ella. Quien cae víctima de ella está como aplastado por un deseo de muerte: siente asco por todo; su relación con Dios se le hace aburrida; e incluso los actos más santos, los que en el pasado le habían calentado el corazón, ahora le parecen completamente inútiles", explicó.
Citó al monje Evagrio, un clásico de los Padres del Desierto: "Cuando lee, el perezoso bosteza a menudo y se deja vencer fácilmente por el sueño, arruga los ojos, se frota las manos y, retirando los ojos del libro, mira fijamente a la pared; luego volviéndolos de nuevo al libro, lee un poco más (...); finalmente, inclinando la cabeza, pone el libro debajo y se duerme en un sueño ligero...".
En la catequesis del Miércoles de Ceniza el Papa Francisco ha hablado de la acedia y cómo combatirla.
El Papa ve en este caso algo cercano a la depresión. En la acedia, la oración es aburrida, las batallas espirituales parecen absurdas, las pasiones se deshacen y se busca la mera distracción, se evita el pensar.
Contra la acedia, el Papa recuerda que los clásicos espirituales proponen "la paciencia de la fe".
bajo la acedia, uno querría estar en otro sitio, y fantasea... Pero la respuesta correcta es centrarse en acoger el "aquí y ahora", acoger la presencia de Dios ya, tal como estoy.
La acedia hace creer a sus víctimas que "no vale la pena" actuar, reza, preocuparse... Muchos abandonan así "la vida de bien" que habían emprendido.
Algunos santos proponen ante esa tentación rebajar algo el nivel de compromiso, fijarse metas más al alcance de la mano, pero al mismo tiempo resistir y perseverar apoyándose en Jesús.
Incluso en las peores situaciones, la fe "permanece en el corazón, como quedan las brasas bajo las cenizas. Siempre permanece. Y si alguno de nosotros cae en este vicio o tentación de la pereza, que intente mirar en su interior y guardar las brasas de la fe. Y así seguimos", propuso el Papa.
Cuaresma: para pensar en los que sufren
En sus mensajes a los asistentes a la catequesis, el Papa mencionó el inicio de la Cuaresma como ocasión de pensar en los que sufren.
"Hagamos de este tiempo una ocasión de conversión y de renovación interior en la escucha de la Palabra de Dios, en la atención a nuestros hermanos y hermanas que necesitan, necesitan tanto. Y aquí no olvidemos nunca a la atormentada Ucrania y a Palestina e Israel que tanto sufren. Recemos por estos hermanos y hermanas que sufren la guerra. Sigamos adelante en este proceso de conversión, en la escucha de la Palabra de Dios, en la atención a nuestros hermanos y hermanas necesitados, y sigamos adelante intensificando la oración, especialmente para pedir la paz en el mundo", dijo el Pontífice.
En su saludo a los fieles polacos, el Papa recordó cómo la Cuaresma es una ocasión privilegiada para la solidaridad: "Con motivo del inicio de la Cuaresma, hoy se celebra en todas las iglesias de vuestro país una colecta para ayudar a Ucrania. Ante tantas guerras, no cerremos nuestro corazón a los necesitados. Que la oración, el ayuno y la limosna sean el camino para construir la paz".