¿Tu cura habla del Cielo? El Papa denuncia que en catequesis y misas no se habla de la eternidad
“La reflexión escatológica sobre la vida eterna y sobre la resurrección no encuentra el espacio y la atención que se merece en la catequesis y en las celebraciones”, ha denunciado el Papa Francisco en un encuentro con académicos pontificios este martes 4 de diciembre.
“En ocasiones da la impresión de que este tema se olvida y se deja fuera voluntariamente porque, aparentemente, resulta lejano, extraño a la vida diaria y a la sensibilidad contemporánea”, constata.
Como remedio, el Papa Francisco ha pedido hablar de la esperanza cristiana en la otra vida usando un lenguaje nuevo, más comprensible, con belleza, aprendiendo de cómo lo hacían los Padres de la Iglesia en los primeros siglos del cristianismo.
“El lenguaje tradicional empleado en la predicación o en la catequesis para anunciar esta verdad de fe puede parecer hoy prácticamente incomprensible y transmitir, en ocasiones, una imagen poco positiva y atractiva de la vida eterna”, afirma el Pontífice. “El otro rostro de la vida puede, así, percibirse como monótono y repetitivo, aburrido, además de triste y del todo insignificante e irrelevante para el presente”.
El Papa Francisco recomendó recurrir a los textos de San Gregorio de Nisa, obispo en Capadocia en el siglo IV, especialmente a su homilía sobre el Cantar de los Cantares. Este gran teólogo, hermano de San Basilio Magno, “concebía la vida eterna como una condición existencial no estática, sino dinámica y vivaz”.
También citó a Santo Tomás de Aquino, quien subrayaba que “en la vida eterna se cumple la unión del hombre con Dios”. Las reflexiones de los Padres de la Iglesia y de los grandes teólogos, dijo el Papa, pueden ayudar a transmitir eficazmente “la belleza de la Eternidad”.
Exhortación a pastores y teólogos
Francisco ha tratado el tema en un mensaje (aquí en italiano) dirigido al Cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y del Consejo de Coordinación entre las Academias Pontificias con motivo de la XXIII Sesión Pública de las Pontificias Academias. El encuentro tenía por tema "Eternidad: el otro rostro de la vida".
“Deseo que, tanto a nivel teológico como a nivel del anuncio, de catequesis y de formación cristiana, se renueve el interés y la reflexión sobre la eternidad, sin la cual la dimensión del presente queda privada de un sentido último, de la capacidad de renovación, de la esperanza en el futuro”, indica el texto del Papa.
“Proponer eficazmente y apasionadamente, tanto mediante un lenguaje adecuado a nuestra cotidianidad como en la oportuna profundización, el corazón de nuestra fe, la esperanza que nos anima y que da fuerza al testimonio cristiano en el mundo: la belleza de la eternidad”.
El Papa afirmó que las palabras del Credo niceno-constantinopolitano, “espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”, y “creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna”, reflejan la esperanza cristiana en un futuro glorioso, de una salvación eterna.
El Papa advierte de que “uno de los fenómenos que marca la cultura actual, de hecho, es el cierre a los horizontes trascendentes, el repliegue sobre uno mismo, el vínculo casi exclusivo al presente, olvidando o censurando las dimensiones del pasado y, sobre todo, del futuro”, indicó.
De esta manera, sobre todo entre los jóvenes, “el futuro, así como la muerte, se presentan, en este contexto, inevitablemente como algo muy lejano, indescifrable y del todo inexistente”.
Además, denuncia el Pontífice “el lenguaje tradicional empleado en la predicación o en la catequesis para anunciar esta verdad de fe puede parecer hoy prácticamente incomprensible y transmitir, en ocasiones, una imagen poco positiva y atractiva de la vida eterna”. “El otro rostro de la vida puede, así, percibirse como monótono y repetitivo, aburrido, además de triste y del todo insignificante e irrelevante para el presente”.
Por último, el Papa citó a los premiados por las Academias Pontificias, como el doctor Stefano Abbate por su tesis doctoral sobre “La secularización de la esperanza cristiana a través de la gnosis y el ebionismo. Estudio sobre el mesianismo moderno” y el doctor Francisco Javier Pueyo Velasco por su obra “La plenitud terrena del Reino de Dios en la historia de la teología”.
Además, se le ha concedido la Medalla del Pontificado al doctor Guillermo Contín Aylón, por la tesis “Vado ad Patrem. La Ascensión de Cristo en el Comentario a Juan de Santo Tomás de Aquino”.