Francisco: en la raíz de la crisis hay «una traición al bien común» de personas y grupos de presión
Francisco se reunió en la Piazza Maggiore de Bolonia con miembros del mundo del trabajo: sindicalistas, miembros de cooperativas, empresarios y desempleados. Fue su segundo acto en la ciudad, tras la visita a un centro de acogida a extranjeros. Antes, en Cesena, lo había hecho con ciudadanos en un acto público en la calle, y con consagrados en la catedral.
"Habéis entendido que sólo juntos se puede salir de la crisis y construir un futuro", les dijo el Papa: "Sólo el diálogo, en las recíprocas competencias, puede permitir encontrar respuestas eficaces e innovadoras para todos”.
Valoró en particular "la experiencia cooperativa que nace del valor fundamental de la solidaridad”. En la misma línea, pidió anteponer, en las relaciones laborales y empresariales, la solidaridad y el bien común a los beneficios económicos: “No pleguemos nunca la solidaridad a la lógica del beneficio financiero”.
El Papa se mostró especialmente preocupado por el desempleo, y en particular el que afecta a los jóvenes, y recordó que “la lucha contra la pobreza se realiza en gran parte por medio del trabajo. No se ofrece una verdadera ayuda a los pobres sin que puedan encontrar trabajo y dignidad. Se trata de un desafío apasionante, como en los años de la reconstrucción después de la guerra, que tanta pobreza dejó”.
En cuanto a la crisis económica que aún vive Europa, "se trata también de una crisis ética, espiritual y humana. En su raíz se encuentra una traición al bien común, tanto por parte de personas individuales como de grupos de poder. Es necesario, por lo tanto, quitarle la centralidad a la ley del beneficio, y asignársela a la persona y al bien común”, afirmó, según recoge Aciprensa.
Para concluir, Francisco observó que en la plaza en la que se encontraban se situaban tres edificios emblemáticos: la iglesia, la sede del ayuntamiento y la universidad. “Cuando estos tres entes dialogan y colaboran entre ellos, se refuerza el precioso humanismo que la ciudad expresa y respira, tiene un horizonte y no tiene miedo de afrontar los desafíos que se le presenta”.
"Habéis entendido que sólo juntos se puede salir de la crisis y construir un futuro", les dijo el Papa: "Sólo el diálogo, en las recíprocas competencias, puede permitir encontrar respuestas eficaces e innovadoras para todos”.
Valoró en particular "la experiencia cooperativa que nace del valor fundamental de la solidaridad”. En la misma línea, pidió anteponer, en las relaciones laborales y empresariales, la solidaridad y el bien común a los beneficios económicos: “No pleguemos nunca la solidaridad a la lógica del beneficio financiero”.
El Papa se mostró especialmente preocupado por el desempleo, y en particular el que afecta a los jóvenes, y recordó que “la lucha contra la pobreza se realiza en gran parte por medio del trabajo. No se ofrece una verdadera ayuda a los pobres sin que puedan encontrar trabajo y dignidad. Se trata de un desafío apasionante, como en los años de la reconstrucción después de la guerra, que tanta pobreza dejó”.
En cuanto a la crisis económica que aún vive Europa, "se trata también de una crisis ética, espiritual y humana. En su raíz se encuentra una traición al bien común, tanto por parte de personas individuales como de grupos de poder. Es necesario, por lo tanto, quitarle la centralidad a la ley del beneficio, y asignársela a la persona y al bien común”, afirmó, según recoge Aciprensa.
Para concluir, Francisco observó que en la plaza en la que se encontraban se situaban tres edificios emblemáticos: la iglesia, la sede del ayuntamiento y la universidad. “Cuando estos tres entes dialogan y colaboran entre ellos, se refuerza el precioso humanismo que la ciudad expresa y respira, tiene un horizonte y no tiene miedo de afrontar los desafíos que se le presenta”.
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