Francisco implora con todas sus fuerzas un cese del fuego en Siria, para al menos evacuar civiles
Con motivo de la habitual audiencia pública de los miércoles, una vez más, en la Plaza de San Pedro se elevó la voz del Papa Francisco para pedir paz en Siria, implorando al menos un inmediato cese del fuego para favorecer la ayuda humanitaria.
«Quiero subrayar y reiterar mi cercanía a todas las víctimas del inhumano conflicto en Siria. Consciente de la urgencia, renuevo mi llamamiento, implorando con todas mis fuerzas, a los responsables, para que se provea a un inmediato cese del fuego, que se imponga y respete por lo menos durante el tiempo necesario para consentir la evacuación de los civiles, sobre todo de los niños, que aún están atrapados bajos los cruentos bombardeos», dijo el Papa Francisco.
Reducción de los desastres
Además, siendo víspera del Día Internacional para la Reducción de los Desastres 2016, el Obispo de Roma alentó la promoción de una cultura de prevención y tutela de nuestra casa común, con especial atención a los más necesitados: «Mañana, 13 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres naturales, que este año propone el tema: ‘Reducir la mortalidad’. En efecto, los desastres naturales se podrían evitar o por lo menos limitar, puesto que sus efectos se deben a menudo a faltas en el cuidado del ambiente por parte del hombre. Aliento, por lo tanto, a aunar los esfuerzos de manera previsora en la tutela de nuestra casa común, promoviendo una cultura de prevención, con la ayuda también de los nuevos conocimientos, reduciendo los riesgos para las poblaciones más vulnerables».
Revolución de la caridad
Haciendo hincapié en el Año Jubilar de la Misericordia el Santo Padre recordó la importancia de impulsar la revolución cultural de la caridad, que tanto necesita nuestro mundo indiferente: «Queridos peregrinos, algunos simples gestos de misericordia, a través de la caridad que expresan, pueden cumplir una verdadera revolución cultural de la que nuestro mundo indiferente tiene tanta necesidad. Dejemos que el Espíritu Santo encienda en nosotros el anhelo de brindar a los demás la ternura y la proximidad de Dios»
Partido por la Paz
Algunas horas antes del II Partido por la Paz organizado en la capital italiana el saludo y aliento del Papa: «Dirijo un saludo especial a los organizadores y a los participantes en el ‘Partido para la paz y la solidaridad’, que tendrá lugar en el Estadio Olímpico, promovido por Scholas Occurentes, la Comunidad Amor y Libertad, el Centro Deportivo Italiano y Unitalsi».
La memoria de Juan XXIII
El ejemplo, la ternura y dulzura del amor de padre de San Juan XXIII, en las palabras de aliento del Papa Francisco a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados: «Ayer celebramos la memoria de San Juan XXIII. Invoquen su celeste intercesión, queridos jóvenes, para imitar la dulzura de su amor paternal. Récenle en los momentos de la cruz y del sufrimiento, queridos enfermos, para afrontar las dificultades con su misma mansedumbre. Aprendan de Él, queridos recién casados, el arte de educar a sus hijos con su ternura y ejemplo».
La catequesis: obras corporales y espirituales
El Papa Francisco dedicó su catequesis a las obras de Misericordia corporales y espirituales, que tocan las exigencias más importantes y esenciales de las personas. Hablando en italiano el Santo Padre recordó que en las catequesis precedentes fue abordando el gran misterio de la Misericordia de Dios, meditando acerca de la actuación del Padre en el Antiguo Testamento, hasta llegar a los relatos evangélicos, de los que se desprende que Jesús, con sus palabras y gestos, “es la encarnación de la Misericordia”.
Después de destacar que la Misericordia no está reservada sólo a algunos momentos especiales, sino que abraza toda nuestra existencia cotidiana, el Obispo de Roma invitó a preguntarnos ¿cómo podemos ser testigos de la misericordia? Y respondió que el mismo Señor nos indica un camino muy sencillo, hecho de pequeños gestos que, sin embargo, tienen gran valor, hasta el punto de que Él mismo nos ha dicho que sobre estos gestos seremos juzgados…
De ahí que Francisco haya afirmado que una de las páginas más bellas del Evangelio de Mateo – que el Evangelista, por haber experimentado directamente su Misericordia considera como el “testamento de Jesús” – nos refiere que el Señor dice que cada vez que demos de comer a quien tiene hambre, o de beber a quien tiene sed; o que vistamos a una persona desnuda, acojamos a un extranjero, visitemos a un enfermo o a un encarcelado, se lo hacemos a Él (Cfr. Mt 25,31-46).
Y a estos gestos – dijo Su Santidad – la Iglesia los llama obras de Misericordia “corporales”, porque socorren a las personas en sus necesidades materiales. Mientras de las “espirituales”, es decir de las que se refieren a otras exigencias, igualmente importantes, sobre todo hoy porque tocan el aspecto íntimo de las personas y con frecuencias suelen hacer sufrir, incluso, más, el Pontífice aludió, por ejemplo al hecho de “soportar pacientemente a las personas molestas”, lo que podría hacer sonreír – dijo – por considerarlo algo poco importante, pero que, en cambio, contiene un sentimiento de profunda caridad.
Al igual que las otras seis obras de Misericordia espirituales, que él mismo recordó, a saber:
-aconsejar a quienes lo necesiten;
-enseñar a quienes se equivocan;
-poner en guardia a los pecadores;
-consolar a los afligidos;
-perdonar las ofensas
-y rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
Francisco concluyó su catequesis invocando al Espíritu Santo para que “encienda en nosotros el deseo de practicar las obras de misericordia, para que nuestros hermanos sientan presente a Jesús, que no los abandona en sus necesidades sino que se hace cercano y los abraza con ternura”.
«Quiero subrayar y reiterar mi cercanía a todas las víctimas del inhumano conflicto en Siria. Consciente de la urgencia, renuevo mi llamamiento, implorando con todas mis fuerzas, a los responsables, para que se provea a un inmediato cese del fuego, que se imponga y respete por lo menos durante el tiempo necesario para consentir la evacuación de los civiles, sobre todo de los niños, que aún están atrapados bajos los cruentos bombardeos», dijo el Papa Francisco.
Reducción de los desastres
Además, siendo víspera del Día Internacional para la Reducción de los Desastres 2016, el Obispo de Roma alentó la promoción de una cultura de prevención y tutela de nuestra casa común, con especial atención a los más necesitados: «Mañana, 13 de octubre, se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres naturales, que este año propone el tema: ‘Reducir la mortalidad’. En efecto, los desastres naturales se podrían evitar o por lo menos limitar, puesto que sus efectos se deben a menudo a faltas en el cuidado del ambiente por parte del hombre. Aliento, por lo tanto, a aunar los esfuerzos de manera previsora en la tutela de nuestra casa común, promoviendo una cultura de prevención, con la ayuda también de los nuevos conocimientos, reduciendo los riesgos para las poblaciones más vulnerables».
Revolución de la caridad
Haciendo hincapié en el Año Jubilar de la Misericordia el Santo Padre recordó la importancia de impulsar la revolución cultural de la caridad, que tanto necesita nuestro mundo indiferente: «Queridos peregrinos, algunos simples gestos de misericordia, a través de la caridad que expresan, pueden cumplir una verdadera revolución cultural de la que nuestro mundo indiferente tiene tanta necesidad. Dejemos que el Espíritu Santo encienda en nosotros el anhelo de brindar a los demás la ternura y la proximidad de Dios»
Partido por la Paz
Algunas horas antes del II Partido por la Paz organizado en la capital italiana el saludo y aliento del Papa: «Dirijo un saludo especial a los organizadores y a los participantes en el ‘Partido para la paz y la solidaridad’, que tendrá lugar en el Estadio Olímpico, promovido por Scholas Occurentes, la Comunidad Amor y Libertad, el Centro Deportivo Italiano y Unitalsi».
La memoria de Juan XXIII
El ejemplo, la ternura y dulzura del amor de padre de San Juan XXIII, en las palabras de aliento del Papa Francisco a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados: «Ayer celebramos la memoria de San Juan XXIII. Invoquen su celeste intercesión, queridos jóvenes, para imitar la dulzura de su amor paternal. Récenle en los momentos de la cruz y del sufrimiento, queridos enfermos, para afrontar las dificultades con su misma mansedumbre. Aprendan de Él, queridos recién casados, el arte de educar a sus hijos con su ternura y ejemplo».
La catequesis: obras corporales y espirituales
El Papa Francisco dedicó su catequesis a las obras de Misericordia corporales y espirituales, que tocan las exigencias más importantes y esenciales de las personas. Hablando en italiano el Santo Padre recordó que en las catequesis precedentes fue abordando el gran misterio de la Misericordia de Dios, meditando acerca de la actuación del Padre en el Antiguo Testamento, hasta llegar a los relatos evangélicos, de los que se desprende que Jesús, con sus palabras y gestos, “es la encarnación de la Misericordia”.
Después de destacar que la Misericordia no está reservada sólo a algunos momentos especiales, sino que abraza toda nuestra existencia cotidiana, el Obispo de Roma invitó a preguntarnos ¿cómo podemos ser testigos de la misericordia? Y respondió que el mismo Señor nos indica un camino muy sencillo, hecho de pequeños gestos que, sin embargo, tienen gran valor, hasta el punto de que Él mismo nos ha dicho que sobre estos gestos seremos juzgados…
De ahí que Francisco haya afirmado que una de las páginas más bellas del Evangelio de Mateo – que el Evangelista, por haber experimentado directamente su Misericordia considera como el “testamento de Jesús” – nos refiere que el Señor dice que cada vez que demos de comer a quien tiene hambre, o de beber a quien tiene sed; o que vistamos a una persona desnuda, acojamos a un extranjero, visitemos a un enfermo o a un encarcelado, se lo hacemos a Él (Cfr. Mt 25,31-46).
Y a estos gestos – dijo Su Santidad – la Iglesia los llama obras de Misericordia “corporales”, porque socorren a las personas en sus necesidades materiales. Mientras de las “espirituales”, es decir de las que se refieren a otras exigencias, igualmente importantes, sobre todo hoy porque tocan el aspecto íntimo de las personas y con frecuencias suelen hacer sufrir, incluso, más, el Pontífice aludió, por ejemplo al hecho de “soportar pacientemente a las personas molestas”, lo que podría hacer sonreír – dijo – por considerarlo algo poco importante, pero que, en cambio, contiene un sentimiento de profunda caridad.
Al igual que las otras seis obras de Misericordia espirituales, que él mismo recordó, a saber:
-aconsejar a quienes lo necesiten;
-enseñar a quienes se equivocan;
-poner en guardia a los pecadores;
-consolar a los afligidos;
-perdonar las ofensas
-y rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
Francisco concluyó su catequesis invocando al Espíritu Santo para que “encienda en nosotros el deseo de practicar las obras de misericordia, para que nuestros hermanos sientan presente a Jesús, que no los abandona en sus necesidades sino que se hace cercano y los abraza con ternura”.
Comentarios