Ante la situación de la Iglesia, el Papa pide rezar el Rosario e invocar a San Miguel Arcángel
A través de la Red Mundial de Oración del Papa, el Santo Padre ha pedido a los católicos de todo el mundo que recen con especial empeño el Santo Rosario, invocando a la Virgen María y al Arcángel San Miguel para que ayuden a la Iglesia en estos tiempos difíciles, y la defiendan de los “ataques del demonio”, informa la agencia de noticias de la Santa Sede Vatican News.
Para este mes de octubre, el Papa Francisco ha pedido a todos los fieles que hagan un esfuerzo mayor en nuestra oración personal y comunitaria. Por ello, invita a rezar el Santo Rosario cada día y, con especial devoción, pidiendo a la Virgen María que ayude a la Iglesia en estos tiempos de crisis, y pide también invocar la intercesión del Arcángel San Miguel, “Jefe de los Ejércitos celestes”, para que la defienda de los ataques del maligno.
La difusión de esta intención del Santo Padre ha sido encargada a la Red Mundial de Oración del Papa, y en este contexto, su director, el P. Frédéric Fornos, S.J., ha explicado la importancia de sumarnos a la petición de Francisco.
“Esta petición llega ahora, en particular, tras estos últimos meses donde la Iglesia vive situaciones difíciles, entre ellas, han aparecido con mucha más fuerza que antes, abusos sexuales, abusos de poder y de conciencia por parte de clérigos, personas consagradas y también laicos; sumando así divisiones internas. Y ciertamente, muchos católicos piensan que es un momento difícil de confusión donde se escuchan cosas que pueden sorprender, incluso horrorizar...”.
“Cosas que son favorecidas por el mal espíritu, como dice san Ignacio de Loyola, ‘el mortal enemigo de la naturaleza humana’, es decir; el enemigo que quiere destruir nuestro interior”, explica el P. Fornos destacando que en la tradición cristiana el mal tiene diversas figuras como la de satanás, que en hebreo significa el adversario; o el diablo que viene de la palabra griega diabolos, “el acusador, el que divide, el que siembra discordia”.
El seductor del mundo y padre de la mentira
En la Biblia, se encuentran muchas figuras como estas para ayudarnos a percibir la realidad del mal: “Hablamos del seductor del mundo, el padre de la mentira, que nos ataca y encuentra complicidades en nuestro corazón”, añade el director de la Red Mundial de Oración del Papa, afirmando que vivimos “dentro de un combate espiritual en el cual la Iglesia está desde un inicio y en el que cada uno de nosotros está involucrado, ya sea en su vida personal, espiritual y comunitaria”.
“Como vemos, el mal se manifiesta de varias maneras y la misión de evangelización de la Iglesia se hace más difícil, incluso se va desacreditando”-asegura el P. Fornos- destacando que parte de ello se debe a nuestra responsabilidad al dejarnos llevar por las pasiones que no nos abren a la verdadera vida, entre ellas: la riqueza, la vanidad y el orgullo.
“Son los escalones por los cuales quiere arrastrarnos el mal, el cual es un seductor. Trayendo pensamientos e intenciones buenas... poco a poco va llevando a la persona a sus perversas intenciones, como la discordia y la mentira”, argumenta Fornos.
Ser fieles a la cruz, como María
Por otra parte, el sacerdote jesuita hace hincapié en que el Papa Francisco nos recuerda en su Carta al Pueblo de Dios, del 20 de agosto del 2018, que “si un miembro sufre, todos sufren con él… cuando experimentamos la desolación que nos producen estas llagas eclesiales, con María nos hará bien instar más en la oración (S. Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 319), buscando crecer más en amor y fidelidad a la Iglesia”.
Recemos el Santo Rosario
Frente a esta situación, el Pontífice pide que todos los católicos y todos los fieles, recemos de manera intensa y especialmente cada día del mes de octubre el Santo Rosario, para que la Virgen María, “quien siempre estuvo a los pies de la cruz de Jesús y no se dejó vencer por el miedo”, ayude a la Iglesia en estos momentos de dolorosa dificultad; a la vez que invocamos el poder del Arcángel San Miguel, “jefe de los ejércitos celestes y protector de la Iglesia” (Apocalipsis 12, 7-9), para que la defienda de los ataques y trampas del maligno.
Oraciones tras el rezo del Rosario
Y así, el Papa nos invita al final del Rosario a concluir recitando una de las invocaciones más antiguas a la Santa Madre de Dios: el “Sub Tuum Praesidium”:
“Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!”, junto con la oración tradicional a San Miguel escrita por León XIII: “San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén”.
Por su parte, la Red Mundial de Oración del Papa iniciará este pedido del Santo Padre el 1 de octubre, día de Santa Teresita de Lisieux, rezando con especial intensidad a lo largo de todo el mes.