El Papa urge en el Ángelus a librarse de los «apegos»: consejos para sacerdotes, familias y amigos
Durante el rezo del Ángelus de este domingo el Papa Francisco habló de la importancia de liberarse de los apegos a la vez que hizo un llamamiento a cuidar a los demás y actuar con gratitud.
De este modo, el Pontífice habló del papel de Juan el Bautista, que desplazándose a un segundo plano y “se retira de la escena” dejando el sitio a Jesús para explicar la importancia de “hacernos a un lado en el momento oportuno”.
Tal y como recoge Aciprensa, Francisco explicó que “Juan pone a sus discípulos sobre las huellas de Jesús” pues “no está interesado en tener seguidores” ni “en obtener prestigio y éxito”.
“Con este verdadero espíritu de servicio, con su capacidad de dejar sitio, Juan el Bautista nos enseña una cosa importante: la libertad respecto a los apegos”, añadió el Papa.
En este sentido, dijo que “es fácil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados”.
“Esto aunque es natural, no es algo bueno, porque el servicio implica la gratuidad, el cuidar de los demás sin ventajas para uno mismo, sin segundos fines”, recordó a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
Recomendó “cultivar, como Juan, la virtud de hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es Jesús”, defendió. Y concretamente consideró el Santo Padre que esto es importante “para un sacerdote, que está llamado a predicar y celebrar no por afán de protagonismo o por interés, sino para acompañar a los demás hacia Jesús”.
Pero también es importante para los padres, “que crían a los hijos con muchos sacrificios y luego deben dejarlos libres de emprender su propio camino en el trabajo, en el matrimonio, en la vida”. “Y lo mismo vale para otros ámbitos como la amistad, la vida de pareja, la vida comunitaria. Liberarse de los propios apegos y saber hacerse a un lado cuesta, pero es muy importante: es el paso decisivo para crecer en el espíritu de servicio”, apuntó.
“¿Somos capaces de hacer sitio a los demás? ¿De escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud?”, preguntó a todos. Para acabar, pidió a la Virgen María “que nos ayude a librarnos de los apegos para hacer sitio al Señor y dar espacio a los demás”.