El Papa hizo repetir 5 veces a los jóvenes una frase de San Alberto Hurtado como compromiso de vida
"Es bueno no hacer el mal, pero es malo no hacer el bien": hasta cinco veces, tres antes de rezar el Ángelus y dos después, repitió e hizo repetir el Papa esta frase a los miles de jóvenes italianos congregados este domingo en la Plaza de San Pedro. "Lo decía San Alberto Hurtado" (1901-1952), aclaró, y es un buen resumen de lo que Francisco ha querido transmitirles en estos dos días de encuentro preparatorio para el sínodo sobre la juventud que tendrá lugar del 3 al 28 de octubre.
En la vigilia de oración del sábado en el Circo Máximo de Roma, y este domingo en el Angelus que siguió a la misa presidida por el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la conferencia episcopal italiana, el pontífice ha querido arrancar de los jóvenes un compromiso activo.
Comentando las palabras de San Pablo de la epístola del día ("No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis marcados para el día del rescate", Ef 4, 30), se preguntó: "¿Cómo se entristece al Espíritu Santo? Para no entristecer al Espíritu Santo es necesario vivir en manera coherente con las promesas del Bautismo renovadas en la Confirmación. De manera coherente, no con hipocresía. El cristiano no debe ser hipócrita, debe vivir de manera coherente".
"Las promesas del Bautismo tienen dos aspectos", explicó: "Renuncia al mal y adhesión al bien. Renunciar al mal significa decir 'no' a las tentaciones, al pecado, a Satanás. Más en concreto, significa decir 'no' a una cultura de la muerte que se manifiesta en la huida de la realidad hacia una felicidad falsa que se expresa en la mentira, en el fraude, en la injusticia, en el desprecio al otro. A todo esto, 'no'".
Sin embargo, "no basta con no hacer el mal para ser un buen cristiano; es necesario adherirse al bien y hacer el bien... ¡Cuántas personas no hacen el mal, pero tampoco el bien, y su vida discurre en la indiferencia, en la apatía, en la tibieza! Esta actitud es contraria al Evangelio". Fue en este contexto donde quiso insistir tanto en la frase de San Alberto Hurtado: "Es bueno no hacer el mal, pero es malo no hacer el bien".
"No os sintáis bien cuando no hacéis el mal", recalcó el Papa: "Cada cual es culpable del bien que podía hacer y no hizo. No basta no odiar, hay que perdonar. No basta no tener rencor, hay que rezar por los enemigos. No basta con no ser causa de división, hay que llevar paz donde no la hay. No basta con no hablar mal de los demás, hay que interrumpir cuando oigamos hablar mal de alguien, detener el cotilleo: eso es hacer el bien".
"Si no nos oponemos al mal", concluyó, "lo alimentamos de forma tácita. Es necesario intervenir ahí donde el mal se difunde, porque el mal se difunde ahí donde faltan cristianos audaces que se opongan con el bien".
El acto concluyó con la bendición por el Papa de las imágenes de la Virgen de Loreto y del Crucifijo de San Damián que llevarán los jóvenes italianos a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Panamá del 22 al 27 de enero.